Regresión Inútil Novela capítulo 39

—¡Eres un maestro!

Heelong rió mientras decía eso. Sungmin respiró con dificultad mientras miraba con furia el rostro de Heelong. La pelea había terminado. Los trece orcos estaban todos derrotados y en el suelo.

—Gracias.

Lee Sungmin respondió mientras limpiaba la piel y la sangre de su lanza. Braus salía arrastrándose desde los arbustos. Miró el cadáver del orco con horror.

—¡Ugh!

Se tapó la boca con la mano, sintiendo que iba a vomitar. Heelong hizo un sonido de desaprobación y murmuró hacia Braus.

—Qué débil. ¡Oye! Deja de vomitar y ven aquí a recoger los cuerpos. Eso es… ¿Tomarás los ojos?

—S, sí…

Braus avanzó lentamente después de vomitar. Si hubieran tenido la bolsa que el gremio les había dado, habrían podido recoger todos los orcos. Pero la bolsa estaba con Renis y Do Sangrang.

Braus sacó un cuchillo. Temblaba mientras caminaba hacia los cuerpos y comenzaba a sacar los ojos. No tenían valor, solo servían como prueba de la misión.

—Te ayudaré.

Sungmin se acercó debido a la lentitud de Braus.

—¿Tienes otro cuchillo?

—Ah, sí. Aquí.

Sungmin sacó fácilmente el globo ocular, y Braus guardó los ojos que Sungmin le dio en una bolsa. Heelong, que los observaba desde lejos, dijo.

—Eres una persona muy justa.

—No realmente.

Sungmin respondió mientras frotaba la sangre de su mano sobre su camisa.

Solo tenía que esperar. La bengala se dispararía desde el lado de Do Sangrang.

Hubo una bengala.

—Parece que eres muy diferente de lo que muestras por fuera. Eres muy cuidadoso y tienes mucha experiencia.

—Aprendí de mi maestro.

—Un gran maestro. Si sigues creciendo así, serás una persona que extenderá su nombre por todo el mundo.

Heelong y Sungmin dijeron mientras caminaban hacia la bengala. Sungmin caminaba detrás de Heelong.

—Gracias.

—Jaja, solo digo lo que pienso. Ahora, vamos. Nos estarán esperando.

La distancia era larga, pero no tardaron tanto en llegar. Cuando llegaron al lugar del humo, había cadáveres de orcos. Una docena de orcos yacían muertos en el suelo.

—¿Cómo estuvo de tu lado?

Dijo Do Sangrang, sentado sobre una roca. Parecía cansado. Renis también estaba sentada junto a él, y, al ver su rostro pálido, parecía igualmente agotada.

—Los maté todos.

Respondió Heelong. Cuando respondieron, Heelong y Wangpe intercambiaron miradas. Sungmin, que estaba detrás de Heelong, pudo ver la mirada que Wangpe le dio. Wangpe cerró un ojo, y parecía una señal.

¿...mira esto?

Era una señal. Eso significaba que Heelong y Wangpe no tenían la habilidad suficiente para usar ondas sonoras para intercambiar señales.

No había confirmación de que fuera algo. Podría ser que el ojo de Wangpe estuviera simplemente picándole.

Pero Sungmin no dejó eso pasar fácilmente. La sospecha lleva a la preparación.

Primero, pensó en la relación. Do Sangrang y Renis estaban en el mismo gremio. Ellos llegaron con la misión, y debían cumplirla.

Braus estaba en la misma situación, con el gremio.

¿Pero Heelong y Wangpe? Ellos no estaban en el gremio. Según lo que contaban, Do Sangrang había buscado compañeros con quienes trabajar, y Heelong y Wangpe se unieron.

Ellos se conocen.

Eso era cierto. No era suficiente para confirmar sus sospechas, pero Sungmin mantuvo la duda en su mente. El problema era qué es lo que ellos querían.

—Ahora, vamos a limpiar el resto.

Dijo Heelong con voz enérgica. Do Sangrang y Renis no parecían estar listos aún, pero asintieron y se levantaron.

—Pelearlos no fue tan difícil.

Idiota, tratando de actuar duro.

Sungmin luchó por no reírse de Do Sangrang. Do Sangrang se cansó después de pelear con un par de orcos. Viendo que Renis tenía tiempo para lanzar hechizos y Sangrang aún se agotaba, habrían sido eliminados si hubieran entrado en la aldea orca como originalmente planeaban.

Pero ya no había preocupaciones. Debido a las dos peleas, no quedaría ningún guerrero. Las personas mayores y las mujeres no eran peligrosas, y la única otra amenaza serían los orcos niños.

—Tienes razón. Los orcos no son nada.

Respondió Heelong.

—Hasta el punto de ser inútiles.

Añadió Heelong. En ese momento, la mano de Wangpe se alzó. ¡Sch! La manga de Wangpe se agitó y un cuchillo arrojadizo negro salió disparado.

—¡Ack!

Traducido por: Valiz

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