Regresión Inútil Novela capítulo 1

—Eres de otro mundo, ¿Verdad?

Un transeúnte llamó a un chico. El muchacho estaba de pie en medio de la calle, mirando al vacío. Se sentía... familiar, si esa era la forma adecuada de describir esa sensación. Era casi como si lo hubiera extrañado.

El chico parpadeó lentamente antes de darse cuenta de que las palabras del hombre iban dirigidas a él.

—¿Qu-qué?

—Tsk, tsk. Entiendo que estés desconcertado, pero necesitas mantenerte alerta y preparado. Los de otros mundos como tú pueden ser comunes aquí, pero eso no significa que esta ciudad será amable con alguien como tú.

—...no puede ser...

El caos reinaba en su mente. El intento del chico por buscar entre sus recuerdos fue en vano y solo resultó en un ataque de dolor de cabeza brutal. Se desplomó, gimiendo en voz alta. El hombre, alarmado por las acciones del joven, le ofreció su mano para ayudarlo.

—¿Qué pasa? ¿Estás enfermo?

—Ah, no. Es solo un dolor de cabeza leve... —respondió el chico mientras se sujetaba la cabeza con ambas manos. Los recuerdos que habían estado bloqueados previamente inundaron su mente como un tsunami. El chico respiró hondo y su cuerpo comenzó a temblar.

—...Genavis...

—¿Eh? ¿Qué? Pensé que eras de otro mundo.

El rostro del hombre mostraba desconcierto mientras el chico murmuraba un nombre: Genavis. La Ciudad de los Comienzos. La ciudad donde los invocados de otros mundos llegaban por primera vez.

—¿...qué me ocurrió? —El chico miró fijamente sus manos. Eran... pequeñas. Todos los callos que deberían haberse acumulado en sus palmas habían desaparecido. No, no era solo eso. Su línea de visión era más baja de lo habitual. Lo que significaba... que se había hecho más bajo. El chico levantó apresuradamente las manos y se tocó la cara por completo.

Sus palmas entraron en contacto con nada más que piel suave y tersa; las cicatrices que cubrían su rostro habían desaparecido. Inmediatamente bajó las manos y levantó su camisa.

Nada. Ni abdominales marcados, ni cicatrices, nada.

—¿...estás seguro de que estás bien? —El hombre parecía genuinamente preocupado, ya que todo lo que veía era a un joven que, de repente, se quitaba la ropa tras quedarse atontado.

—¿...en qué año estamos ahora?

—¿Qué?

—En el calendario Erian, ¿Qué año es?

—...1103.

El hombre respondió con cautela. 1103 de Eria. Ahora no cabía duda alguna. Había regresado al pasado.

┈┈・୨ ✦ ୧・┈┈

Eria. Ni siquiera él mismo sabía qué era ese maldito mundo. Sin embargo, ese mundo había invocado a varias personas de todas las dimensiones —otros mundos— hacia sí. Hace trece años, Lee Sungmin fue repentinamente invocado a Eria sin motivo aparente.

SIN CLASE.

Hace trece años, cuando fue invocado como otro mundo a la región de Eria, esa fue la clase que le otorgaron. Sin Clase —en otras palabras— significaba que el portador era una hoja en blanco, capaz de aprender cualquier cosa con un bono especial de crecimiento. En cierto modo, era una "regla justa", ya que algunos habían entrenado en artes marciales mucho antes de ser invocados a Eria y otros en magia.

Pero en la realidad, Sin Clase no poseía nada. No habían entrenado en artes marciales ni estudiado magia en el pasado. Si no hubieran sido invocados a Eria, habrían estado destinados a llevar vidas normales sin tener idea de la existencia de tales habilidades y técnicas.

En resumen, Sin Clase se refería a lo absolutamente normal y mundano.

Antes de regresar al pasado, Lee Sungmin sobrevivió trece años en Eria como un Sin Clase. No mostró habilidades destacadas, pero demostró que no debía tomárselo a la ligera.

Sin embargo, murió.

Fue una muerte insignificante. Lee Sungmin reflexionaba mientras se apoyaba en la pared de un callejón. Sí, fue una muerte sin valor, de eso no había duda. Una vez que comenzabas como Sin Clase, tus límites estaban claros como el agua; por mucho que fueras una hoja en blanco con la capacidad de aprender cualquier cosa, ¿Cómo podías aprender cuando no había nada que aprender en primer lugar?

Algunas personas eran invocadas a Eria con dominio absoluto de técnicas marciales inigualables. Incluso más personas comenzaban con habilidades mágicas de primera categoría. Los Sin Clase, sin habilidades adquiridas, comenzaban a un nivel fundamentalmente diferente en comparación con ellos. Aunque todos comenzaban en Genavis, mientras Lee Sungmin, un Sin Clase, luchaba contra monstruos de bajo nivel desesperadamente para no morir, los demás avanzaban con facilidad, masacrando monstruos a diestra y siniestra.

...La Piedra de la Vida Pasada.

Hurgó en su mente en busca de cualquier resto de recuerdos. Estaba seguro de haber escuchado esa frase antes de despertar.

No puede ser.

Un recuerdo parpadeó con fuerza. Era sobre una mazmorra a la que había entrado mientras gritaba¡Qué suerte tengo!.

Lee Sungmin encontró su muerte en esa misma mazmorra. La decepción que sintió al abrir el primer cofre del tesoro que encontró y descubrir que solo contenía una pequeña piedra seguía siendo vívida.

Nada ocurrió incluso cuando intentó usarEvaluación. Contempló tirarla, pero decidió quedársela y mostrársela a un Evaluador profesional más tarde, con la esperanza de una posible conclusión diferente.

La Piedra de la Vida Pasada... ¡Ja! Pensé que solo era un idiota sin suerte, pero supongo que al final tengo algo de suerte, después de todo.

Sus recuerdos se volvían más claros con cada segundo. La Piedra de la Vida Pasada no podía activarse de nuevo. Esa voz permanecía sorprendentemente vívida en sus recuerdos. Lo que significaba que regresar a esa vida fue un golpe de suerte; la fortuna le había sonreído por primera y última vez.

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Estadísticas.

Nombre: Lee Sungmin

Ocupación: SIN CLASE

Habilidad(es):

Ninguna.

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Traducido por: Valiz

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