¿Por qué estás obsesionado con tu esposa falsa? Novela capítulo 41

[Traductor: Pryse]

“Diálogos”

‘Pensamientos’

*Sonidos*

T/N: (nota de traductor)

Capítulo

"Uhh... el Señor dice que le dará diez lingotes de oro a quien sea capaz de mover su espada cien pasos de distancia".

"¿Qué significa eso?"

Al pensarlo, a pocos pasos de donde se colgó el decreto, pudieron ver una espada clavada en el suelo. La superficie lisa y plateada de la espada brillaba bajo los rayos del sol. Incluso para los granjeros incultos, no parecía una espada común. Mirando de cerca, vieron que el patrón en la empuñadura de la espada era el mismo que el patrón de la nueva bandera en la parte superior de la torre.

Los plebeyos que estaban alrededor de la espada comenzaron a susurrar entre ellos.

"¿Es esa realmente la espada del señor? Parece muy cara".

"Pero, ¿por qué dejarían una cosa tan preciosa aquí?"

"¿No escuchaste el contenido del decreto? ¡Dijo que el señor dará diez de oro a quien pueda caminar con la espada durante cien pasos!"

"¿Puedes recibir oro solo por cargar una sola espada? ¿Eso te suena real?"

La gente podía escuchar sonidos de asombro. Lo más probable es que la espada estuviera hecha de hierro, por lo que sería pesada. Pero levantarlo no sería una tarea difícil para ningún hombre completamente sano. Tampoco había cien pasos a una distancia lejana.

¿Podrían recibir oro por hacer algo que fuera tan fácil como un pastel? Por supuesto, dudaban si habían leído correctamente.

"Tan seguro como el día, debe haber alguna otra intención detrás de ello..."

"¡Exactamente!"

"¿Qué, qué diablos podría estar tratando de hacer el Señor?"

"¿Y si el nuevo señor es solo un inconformista? Puede que solo quiera despilfarrar oro, nunca se sabe..."

En ese momento, una mujer se adelantó y habló.

"Todos ustedes, escuchen lo que tengo que decir. Tiene que haber una pista en el decreto".

Todos se voltearon simultáneamente para mirar a la mujer,

"No es una espada cualquiera. Es la espada del señor. Escuché que las familias nobles tienen espadas de honor que se transmiten sólo a los jefes de la familia. Si tengo razón, esa debe ser la reliquia del marquesado de Invernalia".

"Entonces, ¿no es muy valiosa? ¿Qué pasaría si alguien la robara mientras está aquí...?"

"Sí, exactamente. ¡El Señor nos está probando para ver si nos atrevemos a tocar su espada!

Ahora que lo pensaron, sonaba creíble. El castillo de Vallon fue originalmente territorio del conde Altair. Por supuesto, el Marqués de Invernalia estaría alerta para ver si la gente del territorio que acababa de recibir tendría quejas en su contra o si comenzaría una revuelta.

Esencialmente, el nuevo señor estaba tratando de probar qué tan bien lo obedecerían.

"Si alguien que codicia los diez de oro tocara esa espada..."

"Ellos, seguramente serían ejecutados".

¿Cómo se atreven las personas humildes como ellos a tocar los tesoros de una familia noble? - Eso es probablemente lo que diría el señor, antes de cortarles el cuello. Luego ordenaría que la cabeza de la persona que se había atrevido a tocar su espada fuera colgada en la pared del castillo como ejemplo para todos los demás.

Todas sus caras palidecieron al pensar en una escena tan horrible.

"Como era de esperar, estos nobles bastardos son tan temibles..."

"Si, si realmente lo hubiéramos tocado, habría habido un gran problema".

Aquellos que se habían enganchado por la mención del oro se acariciaron el pecho sigilosamente. El jefe de la aldea dio un paso adelante para consolar a aquellos que se habían asustado.

"Ahora, todos, no estén tan nerviosos. Si nadie pone un dedo en la espada, no habrá ningún problema, ¿no? Si obedecemos completamente al nuevo señor, él nos mostrará misericordia".

"Tal vez incluso se reduzcan los impuestos".

"Sería tan encantador si eso sucediera. Muy bien, todos, vayan a sus negocios ahora".

Y así pasó el tiempo.

Al día siguiente, al día siguiente, incluso después de que hubieran pasado tres días, la espada del señor permaneció allí, elevada como el día en que se colocó.

Cada vez que la gente del pueblo pasaba por la puerta principal del castillo, se tragaban la baba que amenazaba con escapar de sus bocas.Diez de oro. Era una cantidad que ningún granjero común podría tocar, incluso si trabajara como una mula, día y noche, durante el resto de sus vidas. Cada vez que la espada les llamaba la atención, su codicia por el oro solo se multiplicaba.

Cinco días después de que se publicara el decreto, finalmente se adelantó un retador.

"Ayyy, lo intentaré".

Esta persona que se había presentado primero, a riesgo de su vida, era Peter Bills, un joven que era conocido en todo el pueblo por su temperamento audaz.

"¡Tienes que estar vivo antes de poder disfrutar del lujo! ¿Qué harás si realmente te ejecutan?"

Alguien trató de detenerlo, como si estuvieran realmente preocupados por él, pero...

"Mis padres ya han fallecido, y no tengo hermanos. Incluso si muero, no habrá nadie que me llore".

"¡Nosotros también podríamos ser castigados, ya sabes! ¿Qué haremos si el Señor nos responsabiliza a todos?

Alguien, atrapado en el miedo, señaló mientras lo agarraban. Peter lo dejó a un lado mientras respondía.

"Tenemos que comenzar la temporada agrícola pronto, así que ¿podría el señor matar a todos sus siervos? Si alguien muere, seré yo. No intentes detenerme".

Solo había una forma en que la vida de un agricultor pobre se llevaría a cabo: toda su vida, esforzaba su espalda, rompiéndosela con el trabajo agrícola hasta que contraen una enfermedad grave y morían. Si al menos tuviera una familia que amaba, podría seguir aguantando mientras piensa en su familia. Pero él no tenía nada de eso.

‘¡En lugar de seguir viviendo así, es mejor arriesgarse solo esta vez...!’

Se adelantó y agarró la espada que estaba incrustada en el suelo. Solo tuvo que ejercer un poco de fuerza para sacarlo.

"¡Argh! ¡Estás arriesgando tu vida por un momento de codicia!"

La gente del pueblo se llenó de frustración, lo culpó por su estupidez, sin dejar de temer que todos fueran castigados.

Con todo tipo de miradas sobre él, Peter caminó hacia el centro del pueblo, con la espada en una mano. Los aldeanos se dispersaron para ir a hacer su trabajo con miedo en sus corazones, mientras rezaban para que la ira del Señor no se extendiera a aquellos que eran inocentes.

Un caballero vino del castillo a buscar a Peter en su casa más tarde ese día.

En el momento en que se difundió la noticia de que un caballero había venido en persona a buscarlo, los aldeanos comenzaron a buscar en secreto lo que se desarrollaría. Algunos incluso se escondieron detrás de los árboles para ver la escena.

"¿Eres Peter Bills, el que movió la espada del Señor Marqués?"

"Sí... era yo".

¿Por fin ha llegado el castigo que todos esperaban? Peter tragó nerviosamente. Había actuado lleno de confianza frente a todos los aldeanos, pero no había manera de que pudiera estar sin miedo.

‘¿Es-Está realmente aquí para tener mi cabeza?'

La espada que colgaba de la cintura del caballero parecía destacar aún más.

Justo cuando pensó que al menos debería postrarse y pedir perdón, el caballero volvió a hablar.

"¡Peter Bills, arrodíllate para recibir la recompensa del Señor!"

“¡¿?!"

Tan pronto como el caballero dijo esas palabras, los soldados que habían estado de pie detrás de él se adelantaron.

Dos soldados colocaron el cofre que habían estado llevando en el suelo. Cuando abrieron el cofre, se vió...

"¡¿Huhh?!"

Era oro, su brillantez era lo suficiente como para cegar la vista.

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-La tasa impositiva se limitará al 40 %.

-El trabajo obligatorio será solo dos días a la semana.

-Antes de que los plebeyos puedan ser ejecutados, se debe llevar a cabo un juicio justo, incluso si la otra parte es una noble.

-Si aquellos que se escaparon durante el gobierno del conde Altair regresan, no serán acusados de ningún delito y no recibirán ningún castigo.

-Las mismas reglas se aplican a los migrantes.

"Es bueno que sea conciso y fácil de leer".

Nadia estaba mirando el decreto que se había publicado en todo el pueblo con una sonrisa satisfecha. Ahora toda la gente en el territorio debe estar hablando incesantemente sobre la nueva fortuna de Peter Bill y sobre los decretos del nuevo señor. Ella giró la cabeza mientras preguntaba.

"Ah, sí. Glenn, ¿te han devuelto la espada?"

"Fue devuelta hace un tiempo. Me había preguntado qué ibas a hacer con la espada. Resulta que estabas tratando de que confiaran en nosotros".

"Tienes que hacer eso para que tu mandato sea más fácil".

Los plebeyos no confiaban en la gente noble. Eso se debió a que, para los nobles, las promesas que hicieron con "gente debajo de ellos" valían menos que los guijarros que se encuentran en las calles. Debido a eso, los aldeanos solo habían pensado que el señor estaba otorgando el oro por capricho: después de haber ganado un nuevo territorio, el señor debe haber sido feliz y haber querido arrojar su riqueza. Eso fue hasta que los administradores llegaron con el nuevo decreto y dijeron:

"¿Cómo pudo Peter Bills recibir esa fortuna? Por supuesto, fue porque creía en lo que dijo el señor. Ahora ya no pueden conseguir eso. La bendición de ser recompensado con oro por mover la espada terminó".

"¡Echen un vistazo al decreto! Esa es la promesa que el Señor les está haciendo a todos ustedes. El Señor ha prometido darles un precio justo por su trabajo, el derecho a tomarse días de descanso y un sistema a través del cual puedes quejarte si te tratan injustamente".

"¡Si confían en el señor y trabajan lealmente, podrán disfrutar de una vida más cómoda que solo recibir oro!"

Después de haber sufrido bajo la tiranía del conde Altair durante tanto tiempo, todos se sorprendieron por esto. Hablaron y hablaron sobre el nuevo señor y todos los nuevos cambios que había hecho. Y debido a eso, la noticia se difundió por todas partes, tal y como Nadia había esperado.

Cuando la noticia llegó a regiones lejanas, los agricultores comenzaron a dirigirse de nuevo al castillo de Vallon.

"Glenn".

"¿Uhm?"

"Deberías prepararte. Estarás muy ocupado dentro de poco".

No mucho después, la predicción de Nadia se cumplió.

FELIZ NAVIDAD <3