Nunca Quise Tener Un Hijo Suyo Novela capítulo 73

Dahlia trataba a Emilia como si fuera un insecto repulsivo.

—Hermano, puedes irte ahora. Estoy demasiado cansada.

—La boda se celebrará pronto. Te presentaré a todos en ese momento, así que aguanta hasta entonces.

—¿...de verdad?

—No puedes quedarte oculta en la mansión para siempre, y continuar así arriesgaría que te descubran. Sin embargo...

—¿Sin embargo?

Los ojos de Dahlia se entrecerraron, anticipando algo que no le gustaría. Cruzó los brazos y ladeó la cabeza.

—Evita enfrentamientos directos con Adrian. En el momento en que tu existencia sea revelada, todos comenzarán a pensar en el imposible "Bayern".

—¿Eso es todo?

—Sí.

—No tengo ningún deseo de interactuar o encontrarme con esa vulgar línea de sangre tampoco.

Dahlia mencionó que iría a bañarse si no había nada más que discutir. Después de que se fue, Mikhail sintió que un dolor de cabeza comenzaba nuevamente.

—Su Gracia. ¿Debería llamar al médico?

—Debería mejorar después de descansar un poco.

—Lo seguiré.

—Tomemos el pasillo, por si acaso.

Byne asintió y se acercó a Emilia, que aún dormía.

Mikhail se giró para entrar al pasillo primero, pero luego se quedó junto a Byne.

—Guía el camino.

Luego levantó a Emilia, que dormía profundamente, en sus brazos.

—Sería problemático si alguien nos ve, así que la llevaré yo.

La suavidad de su piel se notó de inmediato a través de su delgado vestido.

¿Estaba un poco demasiado delgada?

Su ceño fruncido se profundizó involuntariamente al sentir su espalda contra sus brazos.

Con solo ese cuerpo común...

Sus ojos rojos se deslizaron hacia los ojos cerrados de Emilia. Sus pestañas eran excepcionalmente largas, debajo de ellas reposaba una nariz armoniosa y unos labios carnosos y rojos, que descendían hacia un cuello blanco.

Más abajo, una clavícula prominente y el leve bulto de su pecho que el delgado vestido no podía ocultar completamente atrajo su mirada.

No es solo un cuerpo común después de todo.

Mikhail corrigió su pensamiento anterior. Emilia era delgada, pero tenía su propio atractivo femenino.

Decidió dejar de escrutarla.

Mikhail la recostó en la cama.

No había nada bueno en que estuvieran juntos.

A menos que se rasgaran mutuamente y revelaran sus colmillos. Mikhail la observó dormir por un momento antes de alejarse.

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Lady Luther tomaba té en el jardín, hojeando el periódico.

Había invitado a Adrian para el té de la mañana, pero él se excusó debido a un compromiso previo, dejándola para tomar el té con Leah sola.

Tomarse un té mientras leía el periódico matutino era su rutina para comenzar el día.

El rostro de Lady Luther se endureció al leer el periódico.

—Parece que Adrian finalmente ha perdido la cabeza.

—El rey, por afecto hacia un leal súbdito, parece mostrar un interés excesivo en la esposa del Duque. Circulan rumores sobre una preferencia secreta que también se extiende al leal súbdito.

Todo tipo de artículos especulativos estaban por todas partes.

—¡Otra vez, otra vez! Aquí está. ¡El periódico Spiegel!

Lady Luther arrugó el periódico y rechinó los dientes. Era una cosa que la molestaran de vez en cuando, pero la publicación criticaba consistentemente a la familia real.

Encontrar la base del periódico para erradicarlo parecía imposible; cada vez que pensaban que la habían encontrado, desaparecía. Siempre que localizaban su sede, desaparecía nuevamente.

Lady Luther apenas logró suprimir su creciente ira.

—Por eso la reputación de Adrian no mejorará.

Leah, que había estado observando en silencio, habló.

—Tía, el periódico Spiegel es conocido por donar una parte de sus ingresos para comprar necesidades para los más necesitados. Así que más gente seguirá comprando el periódico Spiegel, y no desaparecerán.

—¿Y cuál es tu punto?

—Si la familia real adoptara un enfoque similar para beneficiar al pueblo, tal vez podríamos convencer a algunos de los que apoyan al periódico Spiegel para que se unan a nuestro lado.

—¿Cómo puedes estar tan segura?

—Porque no están en contra de la familia real por odio, sino porque están siendo engañados por la simple narrativa de bueno contra malo que teje el periódico Spiegel. Es un concepto simple.

Animada por las palabras de Leah, Lady Luther llamó a una sirvienta.

—Tráeme papel y pluma.

La sirvienta actuó rápidamente, trayendo pronto los artículos solicitados. Lady Luther escribió una hora para reunirse con el asesor financiero.

—Programarlo lo antes posible.

—Entendido.

La sirvienta desapareció rápidamente con la carta en una bandeja de plata, reflejando el personal de Lady Luther.

—Leah, ¿Has oído algo sobre la fiesta del Conde Ablio? Algo no me cuadra.

—Hmm, escuché algo peculiar. Todos saben que a hermano le gusta bailar con mujeres nobles casadas, pero es inusual que muestre interés en una sirvienta.

—¿...una sirvienta?

Lady Luther quedó sin palabras. ¿No le bastaba con las mujeres nobles, ahora también una sirvienta?

—Absurdas.

Lady Luther habló con voz llena de furia.

Una sirvienta es absolutamente fuera de lugar.

Coquetear con mujeres nobles casadas era, de alguna manera, más limpio que tratar con una joven, ya que nadie vería al rey como un candidato para el nuevo matrimonio.

Además, era bastante común que el rey ofreciera una amante a un leal súbdito. Aunque, en el caso de Adrian, era al revés.

Traducido por: Valiz

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