Nunca Quise Tener Un Hijo Suyo Novela capítulo 61

Emilia se sentó frente a ella, manteniendo la mayor calma posible.

—Debe ser urgente, considerando que ha venido aquí en secreto a esta hora tan tarde.

—Sí, lo es. Por favor, lléveme al baile del Conde Ablio mañana.

—¿Usted, señorita Dahlia?

Era una idea absurda.

—El Duque Mikhail sin duda lo notará.

—Pero he logrado llegar aquí sin ser detectada, ¿No es así? Lo único que necesito es evitar a mi hermano.

—Y si nos descubren...

—Solo diga que no sabía nada. Necesita una sirvienta que la ayude a vestirse, ¿Verdad? Yo viajaré en un carruaje separado; solo actúe como si no me conociera.

Emilia no pudo rechazarla de inmediato. Después de todo, Dahlia podría hacer tal petición debido a la medicina que ella le había dado.

—Solo observaré el baile. No haré nada y me quedaré en silencio.

—¿...por qué insiste tanto en asistir al baile?

—También estoy en edad de casarme. Tengo curiosidad por los caballeros. Espero conocer a alguien que me guste y casarme.

Matrimonio…

Emilia recordó una época en la que tenía esos sueños: conocer a alguien que amaba, sentirse emocionada solo con el contacto visual, soñar con el matrimonio. Lo había imaginado todo.

—Si las cosas siguen así, terminaré siendo una solterona. Como puede ver, mi hermano reacciona demasiado sensible a todo lo que me concierne.

Dahlia sostuvo una sonrisa triste y luego tomó la mano de Emilia.

—Solo finja no darse cuenta. ¿Por favor?

—Prométame que no actuará de manera impulsiva.

—Lo prometo. No pasará nada.

Dahlia sonrió inocentemente. La sonrisa se sentía ominosa, pero Emilia suprimió sus dudas y en su lugar le preguntó otra cosa.

—Señorita Dahlia. En Valoh, ¿Es común ver cabellos dorados tan hermosos?

Ya le había preguntado a Dell, pero Emilia seguía curiosa.

—…por supuesto. Solo es especial en Bartch. En otros países no destaca.

La sonrisa de Dahlia se desvaneció, sus ojos parecían pesar la intención detrás de la pregunta.

—No quise decir nada con eso. Es solo que después de quitarse el velo, parece una pena cubrir tal belleza.

Alguien más vino a su mente.

La olvidada familia real, los Bayern, cuya línea se pensaba extinta.

Ese nombre tabú surgió en sus pensamientos.

Emilia luego observó de cerca a Dahlia, quien estaba sentada justo frente a ella.

No podía ser.

Pero a pesar de lo inverosímil que era, los ojos de Emilia se abrieron al darse cuenta.

Recordó a un Bayern que había visto en algún lugar. Era sorprendentemente similar.

El retrato de Karsen von Bayern, el último rey de la familia real Stein, y Dahlia guardaban un notable parecido.

Era absurdo. Emilia ya había tenido pensamientos similares la última vez que vio a Dahlia con cabello rubio.

—¿Hay algún problema?

Dahlia parpadeó y preguntó.

—No, no es nada.

Emilia forzó el control de su corazón acelerado.

Seguramente, la línea de los Bayern estaba extinta. Y se creía que la familia real Stein había sido derrocada debido a su tiranía…

Se conocía como una revuelta justa, no una rebelión. Estaba registrada en los libros de historia, y Emilia había aprendido lo mismo.

La familia Loren había liderado el derrocamiento del tirano de la dinastía Stein, allanando el camino para la familia real Jalliar.

El pueblo no se había opuesto a la sucesión de la dinastía Jalliar. El rey Konrad, aunque de una familia colateral, tenía sangre real, por lo que la sucesión no fue disputada.

—No puede ser.

Emilia sintió una presión en su pecho.

Si Dahlia era una descendiente, entonces Mikhail, quien se parecía a ella, también podría ser de la línea Stein.

Desentrañar esa niebla podría acercarla a la verdad que había estado curiosa por descubrir.

Pero no quería.

Una verdad que no quería conocer parecía llamarla.

¿Pero por qué? Incluso si él era de la línea Stein, ¿Por qué tendría resentimiento hacia ella?

Era una revuelta legítima. La familia Loren no cometió atrocidades.

Emilia apretó los puños. En su mente, dos pensamientos chocaban sin cesar.

—¿Realmente lo cree? ¿Está segura de que su padre, que la abandonó, no cometió ninguna atrocidad?

—No, la familia Loren es honorable. Mi padre, que valora el honor, no haría tales cosas.

—Pero ¿No era su padre alguien que haría cualquier cosa por la familia?

—Aun así, no habría abandonado su nobleza de manera tan descarada y vivido sin remordimientos.

El rostro de Emilia se palideció.

Incluso tener tales pensamientos era espantoso para ella.

—¿Hermana? ¿No le entusiasma que vaya?

La voz de Dahlia la sacó de sus pensamientos.

—No, no es eso. Estoy simplemente demasiado cansada después de ver la obra hoy. Y es muy tarde. Por favor, regrese al anexo.

—Tomaré eso como que me concederá mi petición.

Dahlia se levantó. Al ver su rostro esperanzado, Emilia no pudo evitar asentir en señal de acuerdo.

Traducido por: Valiz

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