Nunca Quise Tener Un Hijo Suyo Novela capítulo 48

A pesar de sus palabras seguras, Emilia parecía indefensa mientras entraba al baño.

—¿...cómo saco esto?

A pesar de su atrevida declaración, Emilia se sintió perpleja sobre cómo alcanzar y sacar el pañuelo de adentro. Después de desvestirse y entrar al baño, respiró profundamente al sentir la extraña sensación entre sus piernas.

Aunque había entrado algo tan grande, su dedo meñique parecía luchar. Emilia respiró con determinación, sumergió su cuerpo lentamente en la bañera, abrió las piernas y, poco a poco, introdujo los dedos en los pliegues húmedos.

—Huh...

Exhaló lentamente para liberar la tensión. Tratar de relajar las piernas y agarrar el extremo del pañuelo que estaba dentro se convirtió en un desafío. Gracias al pañuelo cuidadosamente enrollado, su mano no lo alcanzaba.

—¡Ah…!

En cambio, parecía que se hundía aún más, lo que la ponía ansiosa. Necesitaba entrar y sacarlo profundamente de inmediato. Emilia se apoyó en la bañera y se arrodilló.

Después de introducir lentamente dos dedos profundamente, sujetó con fuerza el pañuelo húmedo. Un gemido escapó de sus labios junto con el pañuelo extraído con suavidad.

—Ah...

Un líquido que no se había secado por completo dentro de su cuerpo se escapó. La tensión que había penetrado profundamente en todo su cuerpo se liberó, dejándola débil.

Mientras se sumergía profundamente en la bañera, cerró los ojos. En ese momento, le vinieron a la mente los ojos rojos que una vez habían observado su cuerpo.

—Aunque no parecía cercano a su hermana, ¿Era realmente tan familiar como para tocarle el cabello?

Se parecían, pero parecía haber una barrera incómoda entre los dos.

“Si cavo un poco más profundo, podría encontrar algo.”

La razón por la que no se le permitía acercarse a Dahlia y que solo se quedara en la mansión era extraña. Además, parecía que los demás no sabían nada sobre la familia del Duque.

“Debe estar ocultando algo.”

Quizás esa podría ser la debilidad del Duque.

Emilia se lavó la cara y se apartó el cabello rojo. Por ahora, necesitaba encontrar una manera de no tener un hijo. A ese ritmo, podría acabar teniendo uno. Si pudiera salir sola, podría tener la oportunidad de conseguir pastillas anticonceptivas.

Era frustrante.

Su mente era un desastre.

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—¿Va a empezar a trabajar ahora mismo?

—El Barón Vincent parece estar iniciando algo interesante.

—Me enteré. Se enviaron documentos a la mansión, así que los puse sobre el escritorio.

—Lo comprobaré más tarde.

Se desabrochó las mangas y se pasó la mano por el cabello. De hecho, hacerlo en casa de otra persona no era su preferencia, por lo que las acciones de hoy fueron algo impulsivas.

Después de lavarse, Mikhail, con una camisa suelta, se recostó en el sofá con el cabello mojado y goteando. No le importaban las gotas de agua que caían de su cabello mojado. Cerró los ojos y exhaló una bocanada de humo brumoso después de prender fuego al cigarro.

—¿Su mente es complicada?

—¿Hay algo complicado? La fiesta ha ido bien. Puede que mañana aparezca en los periódicos.

—¿...me preparo para ello?

—No es gran cosa, así que no exagere.

—Por si acaso, prepararé contramedidas. ¿Puedo preguntar qué pasó?

Mikhail, con el cigarro entre los dedos, miró a Kartho.

—Me aseguré de que nadie entrara al salón.

—¿Está hablando de la mansión de otra persona?

Él asintió. El rostro de Kartho se puso pálido y su boca parecía seca, como si estuviera reseca.

—Oh, Dios mío. Su Gracia.

Parecía que se acercaba otro regaño. Mikhail volvió a adoptar una expresión sombría y cerró los ojos.

—Es común en los eventos sociales, especialmente porque somos una pareja casada.

—…me pondré en contacto con el periódico.

Al verlo exhalar un largo suspiro, era evidente que sus acciones eran de hecho impulsivas.

—Su Gracia, las recientes tendencias políticas en la facción parlamentaria son alarmantes. ¿No debería informarse a Lady Dahlia?

—Déjelo. Es su último sueño.

—Pero…

—Si le digo que la monarquía está a punto de derrumbarse y que la vida que teníamos antes nunca volverá, no se quedará callada aquí.

Estaba ansiosa porque ni siquiera ahora podía dar un paso al frente. Todavía creía que era la princesa de Bayern y la gente esperaba el regreso de la antigua familia real.

El niño creía que la familia real caída, lograda mediante la rebelión, no era más que una ilusión sin honor ni lealtad.

—Cuando la monarquía se derrumbe, su mundo se derrumbará con ella.

—Además, hay una reacción significativa de la facción parlamentaria con respecto a este incidente.

—Entonces, deberíamos usar eso. No quiero ver a la familia real de Jalliar sentada ahí.

No tenía ningún deseo de convertirse en rey, pero tampoco quería poner a Dahlia en esa posición.

El trono era un lugar manchado de sangre, y quien se sentaba en él tenía que enfrentarse a conflictos interminables. Viviría una vida completamente diferente a la que había vivido hasta entonces y tendría que cargar con muchas cosas.

—Creo que es hora de dejar de jugar a ser princesa.

Un humo espeso se esparció por sus labios.

Traducido por: Valiz

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