Me Encanta Destruir La Trama De Los Mundos Novela capítulo 46

Segunda pequeña estrella - Mi Guardaespaldas Personal

En lo profundo de los pensamientos del propietario original del cuerpo, Meng Anya dejó que los sentimientos restantes del original se desvanecieran por sí solos. Cerró los ojos mientras dejaba que las emociones que el original dejó en su cuerpo lo abandonaran lentamente.

Ignorando su entorno y dejando perdurar la presencia de los pensamientos del original, guardó silencio. Con rastros de lágrimas cayendo por su rostro rosado, Anya abrió sus ojos en forma de fénix y reveló un par de orbes cuyo color parecía teñido bajo el color de la sangre. Los demás continuaron mirándolo en silencio mientras veían a la pequeña y encantadora hada levantar de repente su cabeza con orgullo. Mirando el lejano horizonte de oscuridad en el que se encontraban.

Sus ojos en forma de fénix y sus iris escarlata brillaban con alegría y determinación, sus labios hinchados color cereza ligeramente levantados en una sonrisa arrogante pero encantadora. Los rasgos de Meng Anya eran tan encantadores que sumaban el efecto seductor de su fascinante sonrisa. Las personas que lo rodeaban no pudieron evitar pensar que había un pequeño demonio tentador ante ellos. Cayendo en un estado de fascinación y aturdimiento.

Todos en el área solo pudieron sonrojarse de vergüenza y asombro, bajando la cabeza tímidamente mientras seguían mirando en secreto la figura celestial no muy lejos de ellos. Sólo un hombre mostró una reacción mucho más aparente cuando le dirigió una tentadora mirada aguda y obsesiva, como si quisiera poseerlo. Recuperando el control de su cuerpo, Meng Anya sintió una mirada familiar caer sobre él. No pudo evitar buscar la fuente de esas miradas acaloradas.

Como si sintiera que lo miraban fijamente, miro hacia atrás solo para que sus ojos se enfocaran directamente en la figura desconocida con aquella reconocible aura imponente. Cuando vio los pares de ojos plateados llenos de obsesión y amor apasionado, Meng Anya solo pudo darle una sonrisa más dulce, provocando que el corazón de la otra persona diera un vuelco en el momento en que sus ojos se encontraron por segunda vez.

En ese momento Mo Yijun pensó que le habían robado el corazón y no pudo evitar sentir felicidad y deseo cuando vio a ese hermoso y exquisito diablillo ante él. Sólo podía seguir mirándolo sin poder decir nada como todos los demás.

Con una sonrisa engreída y seductora en su rostro.

—¡Estoy en casa, papá! —dijo Meng Anya, quien desvió la mirada hacia su padre.

Meng Huang se rió alegremente cuando escuchó el raro saludo de su hijo y caminó hacia su hijo dándole un gran abrazo.

—¡Uh! Bienvenido a casa, mi querido hijo~ —dijo papá Meng, sin siquiera notar la figura deslumbrante detrás de él, que parecía querer inmovilizarlo con un agujero en su espalda.

De regreso a la Mansión.

Después de la cena, el dúo de padre e hijo, los invitados y Lin Xia, se reunieron en la sala de estar. Comieron sin siquiera esperar a que el segundo joven maestro llegara a casa. Era una rutina normal, generalmente las personas de esa casa estaban demasiado ocupadas como para comer juntas. La relación entre los jóvenes nunca pudo considerarse buena y el original solía ser distante incluso con su propio padre.

La gente de la mansión estaba acostumbrada a eso y no reaccionaron mucho al respecto. Durante todo el tiempo, los ojos de Mo Yijun estaban dirigidos a la figura de Meng Anya, quien intencionalmente evitaba su mirada. Meng Anya centraba su mirada en su cariñoso padre, quién intentaba malcriarlo mucho más de lo que pensaba.

Esa persona era realmente un personaje interesante. Le recordaba a alguien pero no recordaba a quién. Como esperaba, sus recuerdos de su mundo original estaban sellados por una razón. Al pensarlo por un momento, Meng Anya sintió que era casi imposible que alguien como él aceptara cualquier condición relacionada con su bienestar. Eso iba de acuerdo con su personalidad distante y su linaje.

Solo había unas pocas personas que podían convencerlo de que bajara la guardia y la mayoría eran de su familia. Aparte de su familia, sólo él podía tomar la decisión de sellar sus recuerdos, pero actualmente no tenía suficiente información sobre por qué debería sellar sus recuerdos y cuál era el motivo. Por ahora decidió no pensar en ello ya que así será más interesante.

Tan pronto como terminó la cena, Lin Xia se llevó a rastras a Ye Baiyu cuando lo reconoció, dándoles la excusa para darles privacidad. Los dos no eran cercanos pero se conocían de antes. Teniendo en cuenta el hecho de que Ye Baiyu había pretendido ser el señor del Inframundo frente a Lin Xia, este último había querido limpiarlo.

Ye Baiyu se dejó alejar porque su jefe parecía querer hablar con la persona que le gustaba en privado. Como subordinado de buen carácter, era su deber darle a su jefe privacidad, incluso sacrificándose en el proceso. Actualmente, sólo el padre y el hijo, así como Mo Yijun, permanecían en la sala de estar.

—Hijo~ déjame presentarte a este hombre. Se llama Mo Yijun. Mo Yijun está en el ejército. Papá lo contrató para que se convirtiera en tu guardaespaldas personal. Señor Mo, este es mi hijo, Meng Anya —dijo Meng Huang.

Sólo cuando su padre lo presentó adecuadamente, miró a este último:

—Papá. No sabía que tenías tanto dinero para poder contratarlo —respondió Meng Anya con una sonrisa humorística en su rostro.

Cuando escucharon las palabras de Meng Anya, los dos tuvieron reacciones diferentes. Su cariñoso padre solo mostró una expresión orgullosa, sin entender realmente el significado oculto de las palabras de su hijo y que lo estaba elogiando. Por otro lado, Mo Yijun mostró una leve expresión de asombro mientras miraba a Meng Anya con ojos curiosos.

Esto se debía a que se dio cuenta de que el joven maestro conocía su verdadera identidad y que ni siquiera el presidente Meng conocía. Sus cejas afiladas se levantaron con sorpresa, aunque su rostro permaneció impasible, sólo cuando sus ojos se posaron en Meng Anya su mirada se suavizó ligeramente.

Respondiendo con orgullo su cariñoso padre que era tonto hasta el punto de ser ciego.

—¡Por supuesto! ¡Papá es el mejor! Pero hijo, tú decides si quieres contratarlo como tuyo —dijo Meng Huang mientras su hijo simplemente asentía y sonreía impotente.

Mientras Mo Yijun le dedicó una pequeña y rara sonrisa.

—No está mal —dijo Mo Yijun mientras miraba suavemente su figura con una mirada mimosa.

Le devolvió la sonrisa:

—Te ves bien. Antes de decidir contratarte, tengo algunas preguntas. Por favor, responde con sinceridad —dijo Meng Anya al ver al hombre asintiendo con la cabeza.

—¿Vas a estar conmigo todo el tiempo? —preguntó Meng Anya.

—Sí —respondió Mo Yijun.

—¿Adónde vaya?

—Sí.

—¿Qué pasa si tengo hambre?

—Preparare comida.

—¿Si me quedo dormido?

—Déjarte dormir.

—¿Si alguien intentara hacerme daño?

—Te protegeré.

—¿A mi lado veinticuatro horas al día, siete días a la semana?

—Sí.

—¿Eres mío... mi guardaespaldas?

—Sí, soy tuyo.

Al escuchar la extraña conversación, Meng Huang solo pudo mostrar una expresión desconcertada en su rostro, mientras que la sonrisa de Meng Anya se amplió cuando escuchó la última respuesta de Mo Yijun. Estaba satisfecho de que su hombre siguiera siendo el mismo de antes. Mimarlo sin cesar y cuidarlo más allá de lo normal.

—Está bien. Estás contratado —dijo Meng Anya, quién le dio a Mo Yijun una sonrisa entusiasta antes de mirar a su padre de piel gruesa.

—Papá, lo quiero. Se quedará en mi habitación y estará a mi lado todo el tiempo, sin importar dónde esté, él estará ahí. Mañana iré a la empresa. Buenas noches, papá —dijo Meng Anya, quien tomó la mano de su hombre y lo apartó.

Tiró del hombre que permanecía en silencio y se dejó arrastrar sin esfuerzo por Anya hasta el tercer piso de la mansión, donde todo el piso era considerado su propia habitación.

La Mansión tenía cuatro plantas.

El piso más alto eran las habitaciones de su padre. El tercer piso era el suyo. Meng Lan era propietario del segundo piso, mientras que el primer piso es donde vivían los sirvientes. Eso también representaba la autoridad de los amos dentro de la casa.

Traducido por: Valiz

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