Me Encanta Destruir La Trama De Los Mundos Novela capítulo 25

En el lugar más profundo del edificio una criatura siniestra se había despertado. Ojos escarlatas como si estuvieran hechos de lava ardiente, iris cortados verticalmente haciéndolo naturalmente inhumano. Piel blanca sin ningún rastro de sangre. Cabello largo y negro. En su cabeza había unos cuernos que solo poseían los del linaje demoníaco. El hombre estaba bañándose en una alberca hecha de sangre humana y cadáveres.

Fue en ese momento que la criatura fue completamente despertada. No lejos de él se encontraban los fantasmas y seres malignos que lo reverenciaban. Ahora se inclinaban ante su presencia.

—El Lord ha despertado.

—Es agradable ver que el Lord finalmente ha despertado.

—Mi Lord, ¿Son suficientes los sacrificios para esta noche?

—Si el Lord todavía quiere más podríamos preparar más, pero...

—Hay una barrera que nos impide salir.

—¡Es una gran barrera!

—No la pudimos romper.

—¡¡Somos demasiado débiles!!

—¡Ese maldito Rey Fantasma nos ha traicionado!

—¡¡¿Está protegiendo a algunos humanos?!!

—Esa es la comida del señor.

—¡Por favor, castigue al Rey Fantasma Xue por su mala conducta!

—¡¡¡Mi Señor!!!

Los sirvientes fantasmas, así como los pequeños demonios entre la multitud, rogaban a su Señor que castigara al Rey Fantasma que los aterrorizo mientras el Lord dormía. El temperamento del Rey Fantasma siempre había sido impredecible. Normalmente no le importan los mortales, pero a veces los salvaba. Además, esa barrera molesta también la había creado él. No podían entender por qué el Rey Fantasma que supuestamente odiaba a los humanos los ayudaba a veces.

Además, los poderes del Rey Fantasma eran suficientes para ser asesinados. Los que se atrevían a desobedecer a ese Rey, perecían bajo sus manos. Nunca podrían reencarnar después de ser asesinados por ese Rey.

El demonio recién despertado entrecerró los ojos mientras miraba a su alrededor, viendo a sus sirvientes esparcidos a su alrededor. Esta vez eran muy pocos. Era claro que alguien los había estado matando para disminuir sus poderes. El Dios Demonio recordó al cultivador que había caído en su tierra hace unos cientos de años.

El Abismo era su territorio, así como su prisión. Era un desviado de su propia raza y un hereje de la humanidad. Tenía sangre de humanos y demonios. También era porque a ninguno de los dos lados le gustaba. No era aceptado por nadie.

Al final terminó encadenado y encarcelado en esa tierra maldita. Incapaz de vivir ni de morir. Ni siquiera se le permitía reencarnar. Por eso odiaba al mundo y deseaba destruirlo. Ese lugar injusto que no lo aceptaba en lo absoluto.

Y luego ese hombre cayó junto con otros cinco cultivadores humanos. Todos eran cultivadores, obviamente. Cuando los vio, quiso matarlos y lo hizo.

Pero entre los cultivadores sólo uno se mantuvo recto con elegancia y gracia. No había nada más que indiferencia en sus ojos. Sabía que incluso si ese humano lo estaba mirando, nunca podría entrar en su línea de visión. Era extremadamente hermoso. Una encarnación de la luna y el sol. Su cabello dorado brillaba bajo un ligero toque de luz y sus iris plateados brillaban en la oscuridad como la luna.

Cuando ese hombre lo miraba, no había miedo ni disgusto en sus ojos. Solo un consuelo sereno como si estuviera libre de cualquier cosa en ese mundo. Estaba cubierto de su propia sangre provocando que su túnica carmesí casi se volviera negra. Su piel era pálida, claramente herida de muerte, pero su exquisito rostro no mostraba indicios de dolor o emociones. Solo había somnolencia y fatiga.

A pesar de su frágil figura y de estar cubierto de sangre, ese humano se veía extremadamente hermoso. Tan hermoso que el Dios Demonio quería matarlo, hacerlo menos hermoso y contaminarlo para que pudiera ser odiado por todo el mundo. Hizo lo que le dijo su instinto. Después de matar a esos cinco cultivadores, el Dios Demonio atacó a Xue Jing queriéndo contaminarlo con su Qi demoníaco para hacerle perder el control.

¿Quién habría pensado que esa hermosa persona era tan decisiva que utilizó su propio cuerpo como el núcleo de una formación para doblar sus cadenas y ponerlo en un profundo sueño? Una vez que el Dios Demonio fue golpeado con extrema somnolencia, lo último que escuchó fue la voz de ese hermoso hombre.

“No puedo reencarnar hasta que venga por mí. Pero no podía dejar que te comieras mi alma también. Solo puedo hacerte dormir hasta entonces. No te preocupes, me quedaré aquí contigo hasta que mi marido venga. De esa manera no te sentirías muy solo.”

Antes de que el Dios Demonio se durmiera, esas fueron las palabras que escuchó.

“Ah~ no hay manera de que te quedes como dijiste”, es lo que había respondido el Dios Demonio.

En su momento de sueño, sus subordinados hicieron todo lo posible para despertarlo. La única manera de despertarlo era mediante el sacrificio de sangre. No había manera de que los cultivadores humanos se lo permitieran. Pasaron cientos de años hasta que el Dios Demonio notó el débil control de ese hombre sobre la formación que le puso. Claramente, el alma del hombre se está debilitando.

Esa última vez que lo vio fue de hace tres a cinco años cuando uno de sus subordinados fue convocado con éxito por niños juguetones llamando a un demonio menor. Uno de los niños fue poseído y su subordinado logró cazar suficientes humanos como sacrificio. Se despertó una noche.

En el momento en que despertó, la primera vez que lo hizo se fue a buscar el alma de ese humano. Se sorprendió al ver que realmente estaba esperando que su esposo fuera por él. Se había enojado tanto sin razón y se burló del hombre que aquella persona estaba esperando, diciéndole que no vendría. Pelearon con palabras durante varias noches hasta que Xue Jing se hartó de él y una vez más lo puso a dormir. Pero esta vez su sueño no era completo. Solo su cuerpo estaba dormido, podía mover su alma mientras hubiera un médium. El medio más compatible que poseía era una pluma, era llamado como Hada de la Pluma cada vez que era convocado.

Cada vez que lo convocaban lo primero que comprobaba era si Xue Jing seguía ahí. Y cada vez que lo encontraba esperando en esa tierra maldita que lo aislaba del mundo real. En su mente siempre lo llamaba tonto. Un tonto ciego enamorado que esperaba a alguien que nunca iría.

Habían pasado incontables cientos de años de esa manera. El Dios Demonio realmente no esperaba que sus subordinados lo despertaran con éxito. Lo primero que vino a su mente fue que algo le debió haber pasado a Xue Jing.

El Dios Demonio Shen Jue habló.

—¿Dónde está Xue Jing?

Los seres a su alrededor clamaban en confusión. Nadie conocía realmente el nombre del Rey Fantasma como lo hacía el Dios Demonio.

—El Rey Fantasma. ¿Dónde está? —preguntó el Dios Demonio Shen Jue.

Fue entonces cuando alguien respondió a su pregunta.

—Nuestro Señor, el Rey Fantasma había estado escondiendo a algunos humanos antes de que el Maestro Celestial llegara. Cuando el Maestro Celestial apareció, comenzó a purificar a los seres que se topaban con él.

—Vimos que el Maestro Celestial iba hacia el territorio del Rey Fantasma. ¡Podría estar aquí para purificar al Rey Fantasma!

Al escuchar eso, el Dios Demonio Shen Jue no pudo más que correr hacia donde estaba Xue Jing. Xue Jing era el compañero que lo había acompañado durante cientos de años, aunque últimamente sus recuerdos se habían vuelto borrosos gracias al tiempo, tanto que a veces ya no recordaba quién era y qué era. Lo que más le preocupaba era que el Qi demoníaco en esa tierra maldita pudo haber contaminado su alma causando que se convirtiera en un loco como lo hizo antes.

Tres de ellos no tardaron en salir del edificio.

El rostro de Lin Xia se enfrió cuando vio que un demonio que poseía el Qi rojo apareció frente a ellos, pero frunció el ceño cuando vio indicios de que el alma del demonio tenía un brillo dorado. Le desconcertaba que algo así pudiera pasar.

“¿Un demonio con buen karma? Su Qi demoníaco no es negro completamente. ¡¿Él no está contaminado?! ¡¿Qué demonios está sucediendo aquí?!”, eran los pensamientos de Lin Xia.

El dios demoníaco Shen Jue frunció el ceño cuando vio a Xue Jing después de tanto tiempo. Sintió algo en él que lo perturbaba. Solo podía mirar al Maestro Celestial que parecía un inmortal de pie a su lado.

“¿Es este el hombre llamado Lin Xia? ¿El que Xue Jing había estado esperando todo este tiempo?”, pensó Shen Jue.

El Dios Demonio y el Maestro Celestial se miraron el uno al otro con expresiones de disgusto en sus rostros. La tensión y el aura abrumadora en la zona podría sofocar a los seres más débiles como fantasmas ordinarios. Hubo toneladas de gritos de dolor en sus alrededores obviamente afectados por el choque de aura entre un Dios Demonio y un Maestro Celestial.

No tomó un tiempo para que los dos se enfrentaran.

Lin Xia empujó a Xue Jing a una distancia segura.

—Quédate aquí. Lucharé contra él —dijo Lin Xia.

Xue Jing miró a los dos y saltó sin responder. Basado en sus ojos vacíos y sonrisa astuta, parecía que se preocupaba por lo que iba a pasar entre los dos hombres.

Ver la reacción de Xue Jing hizo la expresión del Dios Demonio aún más molesta.

—Demonio, ya has reunido el karma suficiente que te permitirá reencarnar. ¿Por qué no lo haces? —habló Lin Xia.

—Deja de hablar. ¡Solo pelea! —dijo Shen Jue mientras mostraba sus garras negras atacando a Lin Xia sin dudarlo.

Lin Xia sacó una espada de otro lugar y bloqueó el ataque del demonio. Ellos dos lucharon por un tiempo sin preocuparse por el desastre en su entorno. Los temblores de cada choque causaron pequeños terremotos que incluso se podían sentir fuera de la barrera que rodeaba la tierra maldita.

En la esquina, Xue Jing miraba al demonio que le parecía familiar en su mente pero que no podía recordar y al humano que le dio calor hace un rato. Observaba confuso mientras los dos peleaban. Por alguna razón la figura del humano frente a él le hizo doler la cabeza, como si se estuviera partiendo. Su actual él ya no poseía sus viejos recuerdos, solo vagas siluetas fragmentadas, incluso comenzaban a desvanecerse.

El dolor en la cabeza de Xue Jing era abrumador. Ni siquiera se dio cuenta de que sus ojos plateados estaban manchados de sangre color carmesí. En su mente podía oír su propia voz diciéndole tonterías.

“Él no vendría por ti.”

“Se había olvidado de ti.”

“¡¿Realmente crees que eres importante para A-Xia?!”

“¿Cuánto tiempo has esperado? ¿Diez años? ¿Cien? ¿Mil años?”

“Mira... no vino por ti.”

“Ya no eres importante.”

“Aunque esperaras... nadie vendrá.”

“No hay nadie. Él no vendría por ti.”

“Ya no más…”

Como si sintiera su cabeza romperse, Xue Jing la sostuvo con su mano queriendo apretarla. Su Qi plateado lentamente se volvió negro. Claramente su alma se estaba manchando con Qi demoníaco. Todos sus pensamientos y emociones negativas se amplificaron. Sus ojos tenían rastros de lágrimas de sangre.

Una voz susurraba en sus oídos como si lo tentara...

“Cae Xue Jing~ Cae~ Solo por convertirte en un demonio, el dolor disminuiría~ jaja~”

Solo entonces Xue Jing recordó que la voz que estaba escuchando era la suya.

El alma de Xue Jing después de pasar un milenio en esa tierra maldita se fue erosionando lentamente con un Qi maligno.

El primer síntoma de la erosión era el desvanecimiento de los recuerdos.

El segundo síntoma de la erosión era el desvanecimiento de las emociones.

Tercer síntoma de erosión, última simpatía.

—¡¡¡AAHHH AAAH AAHHH!!!

Xue Jing, que estaba completamente erosionado con un Qi maligno se había convertido en un espectro malvado. Un alma loca que perdió su cordura y que solo podía pensar en matar, matar y más matar. Un ser malvado sin sentido cuya existencia estaba solo para destruir. Sus iris plateados ya no estaban rodeados de pupilas blancas, ahora se tornaron negras. Había lágrimas de sangre en la esquina de sus ojos. Su pálida piel se volvió blanca y sus labios se volvieron negros.

El Rey Fantasma Xue Jing se había pasado al lado oscuro.

Traducido por: Valiz