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La Hija Mayor Camina Por El Sendero De Las Flores Novela capítulo 82

—¡Vicecapitán!

Laszlo gritó mientras sus hombros estaban empapados de sangre.

—Es raro. ¿Dónde está el equipo de inspección?

Thierry, quien tenía una venda envuelta sobre su cabeza, respondió bruscamente.

—¿No te has dado cuenta?

—¿Qué?

—Nos engañaron. Esto… ¡Esto es una trampa!

Thierry giró la cabeza para mirar a Tez.

—Tez, ¿Dónde conseguiste la carta en ese entonces?

Tez murmuró con el rostro pálido.

—El escudero del equipo de inspección me la dio. Dijo que el equipo ya había partido hacia la región prohibida…

—¿Escudero? ¿Cuál?

—Su nombre era… Fred, creo. No recuerdo su nombre, pero se presentó como un escudero del equipo de investigación. Oye, ¿Crees que soy tonto? En el momento en que recibí la carta, por supuesto que revisé los alojamientos temporales donde se estaba quedando el equipo de investigación, ¡Y ya estaban vacíos!

Había estado callado hasta ese momento, pero Merrick preguntó.

—¿Es Alfred? ¿El chico que dijo que es de la Casa Roderick?

—¡…!

—……

En el momento en que se mencionó la Casa Roderick, Radis apretó los dientes tan fuerte que sus muelas emitieron un sonido de rechinar.

Ninguno de esos hombres sabía cuánto se había esforzado la Casa Roderick en interferir con todo lo que Robert hacía.

Pero, ¿Tealmente llegarían a ese extremo solo por el simple hecho de que Robert fuera hijo de una concubina?

Actúaban como si las leyes no se aplicaran a ellos.

No, no puedo sacar conclusiones apresuradas. Necesito evaluar la situación tal como está.

Radis miró a su alrededor.

Lideró al escuadrón de subyugación hacia la región prohibida para que pudieran encontrar rastros del equipo de inspección imperial.

Ahora estaban cerca del Árbol del Inframundo, que se decía que era el destino del equipo de investigación, pero no había rastros de ellos en absoluto.

Más de la mitad del escuadrón había sufrido heridas mayores y menores a lo largo de ese viaje.

Además, el área más cercana ya era el centro mismo de la región prohibida, donde se encontraba el Árbol del Inframundo.

Radis tomó una decisión.

—La persecución se cancela. ¡Nos retiramos!

Pero en ese momento.

De repente, el cuerpo de Laszlo fue lanzado al aire.

—¡AAACK!

───── •🏵️• ─────

Incontables ramas se extendían desde el tronco del Árbol del Inframundo, proyectando sombras en forma de telaraña a través de la niebla.

Así que no se podía saber con certeza.

Era imposible saber si había una verdadera telaraña acechando dentro de esas sombras.

¡Es lo mismo que entonces!

Radis agarró la telaraña que estaba adherida a la parte posterior de su cuello.

Una brillante llama se levantó de su mano.

Su mirada se centró primero en su mano, y luego miró hacia arriba.

Sobre su cabeza, un hilo tan grueso como un dedo humano bajaba de la niebla blanca y las sombras en forma de telaraña.

De hecho, se estaba quemando rápidamente desde donde lo había agarrado.

Con un sonido de chasquido, el hilo roto cayó.

Con ojos fríos, Radis inspeccionó el hilo que se estaba quemando rápidamente.

Ahora lo sabía. Era el mismo hilo que había arrancado a Laszlo.

—Qué suerte tan terrible, ¿Eh?

Lo decía en serio.

¿Cómo podía ser tan desafortunada?

Había muchos monstruos protegiendo el Árbol del Inframundo.

Elfos que usaban el poder de los espíritus. Centauros que disparaban flechas con gran fuerza. Incluso golems inmortales.

Pero, con mucho, el más peligroso de todos era esta Arachne.

Radis miró hacia arriba.

En esa niebla asfixiante, había una sombra negra.

—¡Tú... tú eres la que...!

Las caras de sus compañeros moribundos pasaron rápidamente por su mente.

En ese momento, Radis fue consumida por una ira incontrolable.

Ya había muerto una vez y esa era su segunda oportunidad en la vida, pero aún así, era algo que no podía olvidar.

¿Cuánto tiempo había pasado repitiendo en su mente los eventos de ese día, culpándose con todo su corazón?

Cuando no notó la trampa, cuando se estremeció ante su propia impotencia, cuando vio a sus compañeros moribundos. Se culpó por todo.

Después de que su segunda vida comenzó, se consoló a sí misma convenciéndose de que ahora era la Radis de dieciséis años. Lo repetía como un mantra, diciendo que nada de eso había pasado, no, que nunca pasaría en el futuro.

Intentó activamente no pensar en ello en absoluto.

Hasta que llegó aquí, a la región prohibida.

Hasta que vió a Arachne.

Su mano apretó la espada que estaba completamente cubierta de óxido.

No. Ahora estaba cubierta de mana.

La espada impregnada de mana temblaba débilmente en su agarre.

¡Hwa-rak!

Un sonido agudo rasgó la densa niebla.

Era la telaraña de Arachne.

Tan rápida como una flecha, tan dura como el acero, tan flexible como un látigo.

Y también tan pegajosa que era casi imposible de quitar una vez que se pegaba a ti.

¡Cuántas personas se habían perdido por esa telaraña en el pasado...!

¡Pero ahora era diferente!

Mientras pensaba eso, Radis infundió mana en la espada oxidada.

Sobre la superficie de la espada, que estaba cubierta por trozos de óxido, se podían ver chispas a simple vista.

Lo estaba infundiendo de manera imprecisa, pero no había otra opción.

Era algo que aprendió a través de las luchas que enfrentó en su vida pasada.

El fuego era el mejor arma contra una telaraña de araña.

Traducido por: Valiz

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