La Hija Mayor Camina Por El Sendero De Las Flores Novela capítulo 64

¿Cómo…?

Con una expresión tensa que no tuvo que forzar, Olivier la miró fijamente.

¿Puedes sonreír así también?

Durante la noche del banquete, su encuentro fue el resultado de varias coincidencias que se cruzaron.

Cuando el criado del Marqués Russell anunció la llegada de la familia Tilrod, él miró inconscientemente hacia la entrada.

Fue puramente debido a su interés personal por los antepasados de la familia Tilrod.

Normalmente, habría desviado la mirada tras una mirada rápida, pero la extraña apariencia de la familia Tilrod llamó su atención.

La señora Tilrod y su hija menor estaban vestidas para coincidir con el evento, pero la hija mayor no.

Además de eso, tan pronto como entró al salón del banquete, ella se convirtió en una flor marchita.

En medio de la multitud de personas coloridas, ella parecía una flor marchita y lamentable, atrapada en la corriente y arrastrada.

Tal vez por eso.

Mientras caminaba hacia el jardín, la vio caer. Intentó levantarse por sí sola sin la ayuda de nadie, y ante eso, Olivier no pudo mirar hacia otro lado.

Sin ninguna explicación, solo sus ojos fueron lo que lo atrajo hacia ella.

Ella estaba sufriendo.

De hecho, parecía como si quisiera llorar.

Él conocía bien esa expresión.

Había bestias a su alrededor, con sus colmillos apuntando a su cuello. En el momento en que revelara su debilidad, la carne suave de su garganta sería desgarrada, la sangre saliendo disparada de sus arterias. Así que conocía esa cara, sabía lo imposible que era deshacer el apretón de los labios.

En ese momento, ella era como un espejo frente a él.

Por solo ese momento, ella le permitió quitarse la máscara de pretensión.

Y ahora, cuando todo estaba a punto de comenzar, ella apareció de nuevo frente a él… sonriendo tan brillantemente.

Tal vez se estaba representando una escena graciosa.

Entonces ella se rió en voz alta.

Cuando se rió tan sinceramente, sus ojos se arrugaron mientras sus manos se abrían ampliamente, cubriendo su rostro.

Pudo ver su pulgar presionando contra su mejilla mientras seguía riendo.

Entonces, un nuevo desarrollo pareció llegar rápidamente. Ella suspiró levemente.

Tal vez incluso parecía enojada.

Ese momento, mientras la miraba, pudo ver todo sobre ella.

Estaba tan llena de vitalidad, como si fuera una flor roja floreciendo bajo el sol del mediodía.

Sus ojos, su sonrisa, sus gestos.

Todo era tan vívido que no tuvo más opción que cerrar los ojos.

Cuando Olivier volvió a abrir los ojos, vio a Yves Russell, parecido a un cuervo, junto a ella.

Ella le susurró algo al Marqués Russell, y luego él asintió secamente.

Cuando Olivier vio eso, sintió una terrible sensación de impotencia de repente.

Realmente no sabía por qué.

Ella se recargó de nuevo en la barandilla y se concentró en la obra, y en ese momento, el Marqués Russell miró hacia arriba.

En el aire entre ellos, las miradas de Olivier e Yves se encontraron.

Yves Russell sonrió de lado.

Sonrió como si hubiera observado todo y leído todo en su mente.

Olivier lo miró de vuelta con una mirada apagada.

Pero aun así, Olivier tuvo que admitirlo.

Habiendo notado los sentimientos de Olivier más rápido que él mismo, Yves Russell lo sorprendió y rompió los muros de acero que él había construido a su alrededor.

Olivier levantó silenciosamente su dedo índice y lo puso sobre sus labios.

Al ver esto, Yves Russell asintió.

Sin una palabra entre ellos, se había llevado a cabo una negociación.

───── •🏵️• ─────

—Era vulgar, como se esperaba. Absolutamente no vale la pena ver más de esto.

Mientras la obra entraba en su segunda mitad, la emperatriz Adrianne se levantó de su asiento.

Aunque dijo que no valía la pena verlo, parecía haber invertido mucha energía observándolo atentamente, dado lo enrojecidos que estaban sus ojos.

Siguiendo a la emperatriz, Olivier también se levantó.

La emperatriz ya había comprendido el significado subyacente de la obra.

El objetivo de Olivier se había cumplido.

Más que eso, los resultados eran satisfactorios.

Y…

Mientras la emperatriz entraba en el salón por un momento, Olivier escribió una nota y se la entregó a su asistente, Joel.

—Entrega esto al Marqués Russell.

Joel se fue de inmediato.

Y justo después, la emperatriz regresó. Ahora parecía bastante tranquila.

Pero su máscara no estaba completamente firme.

Mientras era escoltada por Olivier, la mente de la emperatriz estaba llena de pensamientos complicados mientras miraba a su alrededor, mordiendo sus labios persistentemente.

—Su Majestad.

Al oír su llamado, los ojos de Adrianne se abrieron de par en par mientras lo miraba.

—¿Se siente incómoda?

La frente de Adrianne estaba ligeramente arrugada.

Sin embargo, en sus ojos azules no vio nada diferente de la apariencia habitual de Olivier.

—…ahh, es solo porque me siento cansada.

Adrianne forzó una sonrisa.

Olivier asintió.

—Entonces, volvamos al Palacio Imperial.

—Está bien, hagámoslo.

Adrianne volvió a perderse en sus pensamientos.

Olivier miró detrás de la línea de sirvientes para confirmar que Joel lo seguía. Cuando vio al asistente allí, le ordenó que se preparara para su regreso al palacio.

Traducido por: Valiz

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