La Hija Mayor Camina Por El Sendero De Las Flores Novela capítulo 59

Se sentía como si las cadenas que habían sido puestas sobre sus tobillos estuvieran haciendo ruido, pero poco a poco las estaban quitando.

—Lady Radis, ¡Su vestido a medida también ha llegado! ¡Puede usar su nuevo vestido para la obra!

Berry parecía tan emocionada como Radis.

Trajo una caja que contenía el vestido nuevo junto con April, la doncella del Marqués encargada de la ropa.

Al sacar el vestido de terciopelo verde oscuro y seda verde, April habló.

—Como Milady va a ver una obra de teatro, ¿Un vestido con un diseño clásico sería adecuado? ¿Qué le parece este vestido verde?

Por otro lado, Berry eligió un vestido sensual de noche hecho de tela negra y adornado con diseños de rosas.

—Lady Radis, ¿Qué tal este?

Radis fingió contemplarlo, pero finalmente eligió el vestido que April recomendó.

Berry pareció molesta después de eso, pero en el momento en que Radis se dio vuelta con el vestido verde, Berry dio un salto de alegría.

—¡Wow, wow, wow! ¿Qué hago…! ¡Está muy bonita, Lady Radis!

Radis también se sorprendió mucho.

Ese vestido estaba a años luz de ese esponjoso rosa, que se había vendido con un noventa por ciento de descuento en Rhode Boutique.

Hecho de terciopelo verde oscuro y seda verde, el vestido era muy lujoso, bonito y mucho más cómodo de llevar de lo que había pensado.

—Berry, quítate del camino.

Mientras sostenía sus herramientas de maquillaje con ambas manos, Nicky empujó a Berry con su trasero.

Mientras acariciaba la mejilla de Radis con el dorso de la mano, Nicky habló con un tono afectuoso.

—¡Lady Radis! Ahh, ¡Qué linda es! ¡La voy a maquillar perfectamente!

Las habilidades de maquillaje de Nicky eran realmente asombrosas.

Le dio forma a las cejas de Radis de manera que quedaran muy bonitas y rizó sus pestañas de forma impecable.

—¡Milady ya es tan bonita que no tengo nada que hacer!

Y también inundó a Radis con dulces elogios.

Mientras Radis usaba su nuevo vestido, se maquillaba y su cabello se arreglaba con un bonito sombrero, Radis se sorprendió al verse en el espejo.

Su reflejo mostraba a una hermosa joven noble que parecía haber sido sacada de la escena de un banquete en otro lugar. No se parecía a nada que hubiera visto antes.

Radis estaba asombrada.

—¡Wow…!

Berry también exclamó.

—¡Dios mío…!

April también estaba complacida.

—¡Lady Radis, se ve maravillosa!

Nicky empujó a Berry de nuevo con su trasero mientras decía eso con voz emocionada.

—¡Es tan encantadora como un cervatillo, Lady Radis…!

Frustrada de que Nicky la empujara constantemente con su trasero, Berry jaló a Nicky y gritó.

—¡Nicky, basta! ¡Eres una pervertida!

—¡Oh, pero solo me gustan las mujeres bonitas! ¡No una niña como tú!

—¡Vete, vete!

Con una mano en la cintura, Berry empujó a Nicky con su trasero, y las dos fueron luchando fuera de la habitación poco a poco.

Mientras tanto, Radis solo miraba fijamente al espejo sin escuchar las discusiones de Berry y Nicky.

¿Esa soy yo?

La chica en el espejo era realmente bonita.

No, no solo se veía bonita, se veía adorable y preciosa.

Era como si hubiera sido criada por un padre generoso y una madre dulce, y hubiera crecido en una familia armoniosa, como si, a veces, ella y sus hermanos discutieran, pero en general se llevaran bien… se veía como una noble joven.

¿Esa es Radis?

En cualquier momento de su vida, que ya había sido acortada antes, pero todo ese tiempo, Radis nunca se había mirado a sí misma por tanto tiempo.

Cuando estaba en la casa Tilrod, hubo una vez en que pasó frente a un espejo y se vio a sí misma.

Cuando se enfrentó a su reflejo y vio esa mirada tan triste mirándola, se sintió tan mareada. Era como si estuviera mirando al final de un acantilado.

Era lo mismo cuando se disfrazaba de David cada vez que salía para las expediciones de subyugación en Monsterwood.

El momento en que miraba la superficie del agua para lavarse la cara en el agua turbia, o cuando se veía reflejada en la hoja de su espada, veía su rostro demacrado y agotado. Y justo como si tropezara con un vuelo de escaleras, su corazón caía al suelo.

La Radis en el espejo era tan encantadora y bonita que sus recuerdos del pasado casi se sentían como una mentira.

Detrás de ella, vio que Yves Russell, vestido de negro, se acercaba.

Su capa y traje eran completamente negros, pero eso era más aceptable hoy en día. El atuendo formal de los hombres solía ser negro, después de todo.

Con un traje bien hecho sobre su físico sólidamente construido, Yves Russell se veía bastante, no, realmente apuesto. Y su cabello se veía menos desordenado.

Radis miró a Yves Russell en el espejo.

E Yves Russell la miró a ella en ese reflejo también.

Qué par tan extraño.

Eran personas tan diferentes que tendría sentido que vinieran de los lados opuestos de ese espejo en mundos diferentes.

Mientras ambos seguían mirando al espejo, Yves Russell le puso un collar a Radis.

Era un collar de amatista adornado con plata y diamantes.

Sobre el terciopelo verde oscuro, justo cuando la oscuridad de la tela comenzaba a profundizarse, el cordón de plata con diamantes brilló intensamente como el cielo nocturno alrededor de su pecho.

Los labios de Yves Russell podían verse en el espejo sonriendo dulcemente.

Y susurró al oído de Radis.

—Eres hermosa, Radis.

Las palabras parecían tocar una fibra en su corazón.

Traducido por: Valiz

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