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La Hija Mayor Camina Por El Sendero De Las Flores Novela capítulo 53

Como un gato acechando desde lo alto del árbol, se paró en una rama y miró hacia abajo.

Había muchos más monstruos de los que esperaba.

Sacó un puñado de flechas envenenadas del carcaj del goblin muerto. Luego las sostuvo firmemente mientras las imbuía con mana.

¡Boom, boom, boom!

Era la primera vez que infundía mana en flechas, pero el resultado no fue nada malo.

Disparó tantas como pudo, pero debido a su mala puntería, la mayoría terminaron en el suelo. Algunos goblins podían verse cubriéndose la cabeza mientras sus hombros temblaban.

Es probable que no pudieran luchar por un tiempo, ya que habían sido alcanzados por flechas envenenadas.

Radis miró su espada.

Llamas rojas ardían a su alrededor como si fuese un palo de madera encendido.

La forma en que infundió mana en las flechas también era una prueba para ver cuánto podía liberar.

No parece que me esté quedando sin mana.

Con su habilidad con la espada alcanzando ese nivel gracias al entrenamiento que había realizado en su vida pasada, combinada con un mana rico que parecía no tener fin, ni siquiera Radis podía adivinar cuánto tenía.

—Entonces, por esta vez, tendré que usar todo lo que pueda.

Radis tomó su espada de inmediato.

Las llamas que rodeaban la espada de hierro ardieron en un rojo escarlata.

Luego saltó justo en medio de la refriega de monstruos.

Aunque se decía que los goblins no temían al fuego, las llamas frente a ellos eran diferentes de una antorcha.

Incluso desde lejos, su piel comenzaba a arder antes de tocarlas.

Al sentir ese peligro instintivamente, con un chillido, los goblins intentaron retroceder.

Sin embargo, Radis no tenía intención de permitir que se escaparan.

Las llamas ardientes de la espada se extendieron en varias direcciones. Los monstruos ardieron comenzando por sus rostros y pronto, su carne y huesos se derritieron.

Con terribles gritos de agonía, las llamas escarlata florecieron mientras devoraban su sangre negra.

El baile de las llamas terminó solo cuando todos los monstruos visibles habían muerto.

Radis se desplomó y se sentó en el suelo, respirando con dificultad.

Había intentado usar su mana hasta agotarlo, y ciertamente parecía que lo había logrado.

—Lo extendí en todas partes, así que si aún estuviera llena de mana, sería un monstruo.

Usando la espada de hierro que estaba a punto de desmoronarse, escarbó entre la carne chamuscada de los goblins, donde aún podía sentir su miasma.

La cosecha de hoy fue abundante.

Los goblins eran un poco inteligentes y, en proporción a la dificultad de cazarlos, la calidad de las piedras mágicas que podían obtenerse de ellos era bastante buena.

Radis llenó con entusiasmo los bolsillos de sus pantalones y abrigo con piedras mágicas.

Y mientras caminaba sintiendo las piedras mágicas tintineando juntas, se sentía orgullosa.

En su vida pasada, las piedras mágicas solo habían pasado por sus bolsillos, pero ahora, esas piedras mágicas iban a ser sus propios fondos.

—Y…

Recogió los restos de las víctimas en la esquina de la caseta.

Trágicamente, algunos de los huesos parecían haber pertenecido a niños.

Le rompió el corazón saber que había llegado demasiado tarde.

Tomó una espada tosca que estaba en el suelo, cavó superficialmente y enterró los restos.

—Lamento no haber podido ayudarlos.

Radis clavó la espada de hierro, que ya estaba a punto de desmoronarse, en el suelo para que sirviera como lápida.

Después de eso, quemó la cerca de madera destrozada.

Empapada en la sangre negra de los monstruos, Radis se sentó en una roca y observó la caseta en llamas mientras murmuraba para sí misma.

—Sí… la subyugación imperial completa. Aún no ha comenzado.

Por lo que sabía, la subyugación imperial comenzó en serio en el año 495.

Así que Robert aún no era el capitán del escuadrón de subyugación.

Será dentro de tres años.

El actual escuadrón de subyugación imperial sin Robert ya era famoso por sí mismo.

En esta época, cazar monstruos era responsabilidad exclusiva de los escuadrones de subyugación independientes de cada territorio.

Naturalmente, los escuadrones de subyugación formados de esa manera priorizaban la protección y la erradicación de monstruos en sus propios territorios y áreas circundantes, por lo que casetas como esa y pequeñas aldeas en las afueras estaban en mayor peligro.

Después de confirmar que las brasas que devoraban los cadáveres de los monstruos se habían apagado, Radis se levantó.

Bueno, tampoco quería resfriarse, así que se dirigió al lugar que había encontrado el otro día.

Parecía un refugio construido por los aldeanos para quedarse mientras iban y venían, pero incluso tenía un calentador, algo de leña y una pequeña tina, así que podía darse un baño rápido ahí.

El caballo que había montado desde el Marquesado también estaba atado ahí.

Después de hervir un poco de agua, Radis se perdió en sus pensamientos mientras esperaba a que la pegajosa sangre de monstruo fuera lavada.

Si esta segunda vida continúa, debería hacer más de lo que hice antes. Y si me vuelvo aún más fuerte… ¿Podré cambiar el futuro?

Traducido por: Valiz

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