La Hija Mayor Camina Por El Sendero De Las Flores Novela capítulo 45

Aunque estaba agotada, las criadas le pidieron a Radis que se cambiara la ropa empapada en sudor y se pusiera ropa seca. Luego le dieron agua con limón y, más tarde, leche tibia con miel.

Luego, la criada con una linda cinta en el cabello colocó una toalla húmeda sobre la frente de Radis. La criada tenía una expresión feliz.

Cuando Allen regresó, se asustó al encontrar a unas diez sirvientas reunidas alrededor de la cama de Radis mientras la sostenían.

—¿Qué le están haciendo a la paciente? ¡Salgan todas!

—¡Simplemente estamos curando a la paciente!

—¿Es necesario que doce personas hagan eso?

Allen expulsó a las criadas de la habitación como si fuera un búfalo enojado.

Y las doncellas lloraban como una bandada de gorriones.

Allen se volvió hacia Radis y se disculpó.

—Lamento mucho haberte hecho pasar por algo tan extraño como esto.

¿Qué quiere decir con extraño? Por mí está bien. Supongo que a todo el mundo le gusta cuidar a alguien para que se recupere.

Con la cara roja por la fiebre, pensó Radis.

Supongo que no me odian. Qué alivio.

Cuando pensó eso, sonrió.

Al observar a Radis así, Allen suspiró por dentro.

“En lugar de llamar guapa a una mujer, ¡Simplemente no podían entenderlo!”

Desde la perspectiva de Allen, Radis tenía el pelo muy corto, pero aún así era una chica bonita.

Aunque pudiera parecer un niño debido a sus fuertes rasgos, las otras mujeres no podían ver la verdad.

Las sirvientas de la mansión extrañamente pensaban que esa dama era hermosa. Estaban armando un gran alboroto, diciendo que Radis era como una jovencita hermosa, parecida a un príncipe, que se parecía al personaje principal de la novela 〈Dame Angela〉. Era la novela más popular en esos días.

Allen ya no sabía qué estaba pasando.

Miró a Radis con cierta compasión y luego habló.

—Conseguiré una criada exclusiva y tranquila que cuidará de ti.

—¿Una criada exclusiva? Estoy muy bien. Es solo un resfriado.

—No tiene por qué sentirse consciente cuando su estado está así, señorita Radis. Solo necesita concentrarse en su recuperación.

Cuando Allen dijo eso, Radis ya no pudo negarse.

Ella sonrió y trató de quitarle importancia a la incomodidad entre ellos.

—Señor Allen.

—Sí, señorita Radis.

—Muchas gracias por su preocupación.

Allen cerró la puerta detrás de él y se secó los ojos con un pañuelo.

—Pobrecita…

Bajo las órdenes de Yves Russell, Allen investigó los antecedentes de Radis.

En la superficie, Allen era el mayordomo de la Casa Russell, pero detrás de escena, en realidad era miembro de la organización de información secreta del Marqués llamada 'Acroates'.

—Es fantástico haber podido contactar con el viejo jardinero de la Casa Tilrod.

Una vez que se estableció contacto con un sirviente de la mansión Tilrod, no fue difícil investigar los antecedentes de Radis.

En particular, el anciano Roto, un jardinero que trabajaba para la familia Tilrod, parecía tener mucho que decir.

—No lo podía soportar. El sueldo es tan valioso como la mierda en la cola de una rata, pero hay tantas cosas que hacer. Y hay una cosa: hay una cabaña abandonada que lleva cien años lejos de la mansión, pero ¿Querían que yo pagara por la puerta rota de la cabaña? Han pasado años desde que le conté a mi esposa sobre esa puerta rota, pero ¿Qué razón hay para pedirme cuentas por ello? No es un lugar para un anciano como yo, y mientras lloraba, mi esposa me dijo que me fuera de ese lugar. La "generosidad" de esa familia es simplemente demasiado.

Con un vaso de ron fuerte en una mano, el viejo Roto comenzó a lamentarse y a divagar.

—He visto crecer a las señoritas y al joven maestro desde que eran niños. Pero la señora y el maestro trataron a Lady Radis de manera extraña.

El viejo jardinero levantó su gruesa mano.

—Si te muerdes diez dedos, solo te dolerán esos dedos, ¿no? Eso es mentira. Si te muerdes solo el dedo anular, te dolerá la mandíbula y ese dolor irá directo al cerebro. Luego, tendrás que apretar los otros dedos con fuerza para que el dolor desaparezca. La pobre Lady Radis era así.

Con el puño en la mano sosteniendo la plata, el anciano Roto contó toda la historia de la cancelación de la aceptación de David Tilrod en la academia.

La joven, que había sido obediente todo ese tiempo a la terrible Señora, parecía haber comenzado finalmente a rebelarse. Roto agregó que pensaba que Radis era una persona lamentable, pero por otro lado, se sentía aliviado.

Al escuchar eso, Allen pensó que Radis sería una chica más rebelde o vengativa.

Sin embargo, al ver a Radis ahí y ahora, todo lo que podía ver era una pobre niña que había sido abusada por sus padres.

No importaba lo insignificante que fuera su lugar en esa casa, ella seguía siendo una joven dama de una casa noble, pero con solo mirar los objetos que traía de casa, cualquiera podía adivinar qué tipo de trato recibía de la familia Tilrod.

¿Cómo era posible que una muchacha de su edad sólo llevara ropa de hombre usada?

Además, parecía haber sido tratada tan mal que le resultaba difícil confiar su único bolso a alguien.

—Muchas gracias por su preocupación.

Allen podía sentir la sinceridad de Radis en esas palabras.

Era natural preocuparse por una persona enferma, pero esa niña parecía estar realmente agradecida por ello.

Después de sonarse la nariz con su pañuelo, Allen se dirigió a otro lugar.

Traducido por: Valiz

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