0%

La Hija Mayor Camina Por El Sendero De Las Flores Novela capítulo 30

───── •🎕• ─────

Cuando Marqués Russell llegó a las puertas de la mansión Tilrod, los sirvientes de la casa que lo saludaron casi sintieron que no podían respirar.

En la región al sur del Río Plata, no había nadie que no conociera la reputación del Marqués Russell.

Además, "ese" Yves Russell se hizo aún más famoso cuando obtuvo el título. O tal vez, más notorio que famoso, porque cualquiera en el sur debía haber oído ya al menos una vez los horribles rumores que lo rodeaban.

Si los monstruos le habían arrebatado el alma, si le habían echado una maldición o si, en realidad, él mismo era un monstruo.

Sin embargo, aparte de tan horribles rumores, los sirvientes de la mansión instintivamente tuvieron que bajar la cabeza cuando Yves apareció a la vista.

Había un instinto natural en la gente de reconocer a alguien que exudaba aires de gobernante.

Los que bajaron la cabeza para hacer una reverencia se miraron unos a otros.

Ese era el tipo de hombre que era Yves Russell.

Una vez frente a él, Zade y Margaret, al igual que los sirvientes, sólo pudieron pensar que querían inclinar la cabeza.

Pero ellos eran los dueños de esa mansión, por lo que tuvieron que resistir ese impulso.

Zade y Margaret saludaron al Marqués, sintiendo que su esperanza de vida se estaba acortando en el proceso.

—Excelencia, Marqués, es un honor conocerlo.

—N-nuestra residencia no es gran cosa, pero por favor, entre.

David vestía su mejor traje y Jurich su vestido más caro. Aun así, no se atrevían a levantar la cabeza y se quedaban mirando al suelo.

—Excelencia, es un honor conocerlo. Soy el hijo mayor de la familia Tilrod, David Tilrod.

—Yo soy Jurich.

Yves Russell ni siquiera respondió a sus presentaciones. Se limitó a asentir levemente.

Luego se quitó los guantes y se los entregó a un sirviente, luego caminó tranquilamente hacia la mansión.

Aturdidos, Zade y Margaret sólo pudieron seguirlo, como sirvientes, en lugar de guiarlo a su propia casa.

El Marqués Russell entró en el salón sin más, como si hubiera estado dentro de esa mansión docenas de veces, sentado, naturalmente, en la mejor tumbona de la habitación.

Después de lo cual, con sus largas piernas abiertas, miró a Zade y Margaret como diciéndoles que se sentaran.

El amo y la señora de la mansión Tilrod se sentaron inexpresivamente en pequeñas sillas, uno tras otro, sin siquiera percibir que esa progresión fuera extraña.

—La razón por la que estoy aquí…

El Marqués Russell habló lánguidamente.

Ante sus palabras, Zade y Margaret miraron fijamente los labios del Marqués, cautivados, sin querer perderse ni un detalle.

—...es porque lo que necesito está en este lugar.

Zade y Margaret se miraron.

Como si las respuestas estuvieran escritas en las caras de cada uno.

¿Qué necesita el Marqués?

No es posible que existiera algo así en la mansión Tilrod.

Pero el Marqués estaba ahí, así que debía ser.

Zade habló apresuradamente.

—Si me dice qué es, entonces…

Margaret, tardíamente, le dio un codazo a su marido en el costado.

Mientras Zade gruñía en silencio, ella añadió apresuradamente.

—¿P-puedes decirnos qué es? ¿Hay algo que el Marqués quiera dentro de la mansión Tilrod…?

Y él respondió simplemente.

—Radis Tilrod.

—¡…!

Los ojos de Zade y Margaret se abrieron considerablemente.

Cuando hicieron expresiones tan atónitas, los dos cuyas facciones no se parecían en nada, de repente se volvieron similares.

En lugar de Zade, que estaba tan nervioso que no podía decir nada, Margaret preguntó.

—Radis Tilrod… con eso, ¿Se refiere a la hija mayor de la familia?

—¿Hay dos Radis Tilrod aquí?

—No, por supuesto que no. Pero ¿Por qué necesitaría a esa niña…?

El Marqués Russell, que miraba con indiferencia hacia otro lado, se volvió hacia Margaret.

Sus ojos estaban cubiertos por su flequillo que era ondulado en las puntas, pero cuando sus miradas se encontraron, lo único que ella pudo sentir fue su frialdad.

Sin siquiera darse cuenta, Margaret inclinó la cabeza.

El Marqués Russell miró fijamente a Margaret y habló en ese momento:

—Espero que no me haga repetir lo que dije. Necesito a Radis Tilrod. Así que, dígame, ¿Me la entregará o no?

Traducido por: Valiz

◈❖◈

Si te gustó, Puedes apoyarnos aquí ~  [http://www.paypal.com/paypalme/MangoNovelas]

http://www.paypal.com/paypalme/MangoNovelas

Tambien contamos con página de facebook ~ [https://www.facebook.com/MangoNovelas]

https://www.facebook.com/MangoNovelas

Tambien visítanos en TikTok ~ [https://www.tiktok.com/@mangonovelas]

https://www.tiktok.com/@mangonovelas

Inicio Detalle del manga