La Hija Mayor Camina Por El Sendero De Las Flores Novela capítulo 18

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Pero esa risa pareció ofender a Margaret.

—¿De qué te ríes? ¿Te parece gracioso el regalo que te hice?

Radis negó con la cabeza en lugar de responder.

No era el vestido.

Radis se reía de sí misma.

Ella sabía mejor que nadie que las expectativas sólo conducirían a la miseria, por lo que no pudo evitar reír.

¿Cómo se atrevía a tener esperanza de nuevo incluso después de haber muerto tan terriblemente no hace mucho tiempo?

—Es el vestido perfecto para mí —dijo Radis.

Ante eso, Margaret la fulminó con la mirada.

—Genial. Es el vestido que llevarás en la fiesta de cumpleaños de Su Alteza Olivier. Por supuesto que te queda bien.

Pero Jurich, que lucía extasiada su vestido amarillo, estaba horrorizada.

—¿Mamá?

Radis pudo ver los labios de Jurich torciéndose como si quisiera decir:

—¿Estás loca?

No lo dijo directamente, pero Radis lo sabía: Margaret era una mujer vanidosa que valoraba mucho las apariencias externas.

No importaba lo caro que fuera, siempre confeccionaba vestidos a medida para cada temporada. Incluso llegó al extremo de vender mantas de invierno solo para poder pagar las deudas de ropa.

Preferiría dormir durante el invierno con sólo mantas finas destinadas al verano, que vender un chal de piel con el que cubrirse los hombros en una fiesta de té.

¿Cómo podría una persona así darle ese tipo de vestido a su hija y llevarla a un banquete de alta sociedad?

—Seguro.

Margaret miró a Radis con una mirada feroz e implorante.

—¿Por qué? Después de pisotear el honor de la familia y humillar a tu hermano menor, ¿Crees que estar confinada en esa habitación es suficiente castigo? ¿De verdad crees que eso es todo? Dios mío. Si tienes un poco de conciencia en ti, aunque sea del tamaño de una uña, eso no puede ser, ¿Eh? ¿No lo crees, Radis?

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Radis decidió asistir al banquete de cumpleaños de Olivier Arpend, el tercer príncipe del Imperio Cardia. Y no fue por la "conciencia" que le exigía Margaret.

Ahora que Radis había aceptado la situación como su nueva realidad, estaba consciente de que debía cambiar.

Ella no podía continuar sentada quieta en su habitación mientras esperaba que su duro destino llamara a la puerta.

Justo a tiempo, el banquete de cumpleaños se iba a celebrar en la residencia del Marquesado Russell, la casa noble más influyente del sur.

Mucha gente asistiría a este banquete. Radis no sabía cuándo más podría volver a tener una oportunidad como esta.

Era una posibilidad remota, pero como Radis estaba desesperada por aprovechar cualquier oportunidad, no podía dejarla pasar.

Por eso Radis iba a asistir a ese banquete, incluso si tenía que llevar un vestido rosa tan horrible y de mal gusto.

—Radius.

En el carruaje que se dirigía a la residencia del marqués, Jurich la llamó.

Jurich lucía tan hermosa como un hada de primavera, ya que llevaba un vestido amarillo que combinaba bien con su suave cabello rubio. Pero parecía que estaba a punto de llorar.

—No te acerques a mí una vez que lleguemos al salón de banquetes. Ese vestido... estaba con un descuento del 90 por ciento en el catálogo. Si alguien lo reconoce, ¿qué debo hacer?

Radis intentó responder sin querer: "¿Qué le pasa a mi vestido?", pero Radis se dio cuenta de por qué estaba tan preocupado Jurich cuando vio su expresión.

Radis miró a su hermana menor con ojos nuevos.

Debido a que creció con el afecto distorsionado de Margaret, Jurich era como una princesa que nunca creció.

Más tarde, esta princesa se comprometería con un hombre de una casa vizcondal con el pleno apoyo de la familia Tilrod.

Era una buena familia para casarse, teniendo en cuenta que la familia Tilrod no tenía un título nobiliario.

Por supuesto, esto sólo era posible con una dote adecuada.

Para recaudar este dinero, Radis tuvo que matar a muchos monstruos sólo por las piedras mágicas que le dio a su familia.

La sangre, el sudor y las lágrimas de Radis fueron intercambiados por monedas de oro que se utilizaron para comprar los vestidos y las joyas de Jurich.

Mientras Jurich se ponía una rosa blanca que simbolizaba una nueva novia y salía de la mansión Tilrod agradeciendo a su familia, Radis quedó inmovilizada en su cama, agonizando por un dolor extremo.

En un día tan bueno, los gemidos que se filtraban sirvieron como una sombra debajo del brillante futuro de Jurich.

Sin embargo, aunque se casó sin problemas, la felicidad de Jurich no duró.

Aunque Radis fue condenada al ostracismo en esa mansión, se enteró del tumultuoso matrimonio de Jurich.

Después de suspirar, Radis habló.

—Hermana mayor.

Jurich sólo miró a Radis con ojos perplejos.

—Tienes que llamarme "Hermana mayor", Jurich. Así es como debe ser. En lugar de fijarte en lo caro que es el vestido, deberías considerar más importante a la persona que lo lleva. No importa lo cara que sea tu ropa...

—¿Hermana mayor? ¡Ja!

De repente, Margaret interrumpió el sincero consejo de Radis.

—¡Tienes que comportarte como una hermana mayor para que te llamen así! ¿No deberías comportarte de la misma manera que quieres que te llamen primero?

Radis miró a Margaret con una mirada exhausta.

Ante esto, la tez de Margaret cambió.

—¿P-Por qué me miras así?

—Si es así, ¿debería empezar a llamarte 'Margaret'?

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Traducido por: Valiz

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