La Hija Mayor Camina Por El Sendero De Las Flores Novela capítulo 15

—Esa mocosa debe haber perdido la cabeza.

Margaret tenía una bolsa de hielo en la cabeza mientras murmuraba.

Jajaja.

Mientras hojeaba un catálogo de vestidos, Jurich bostezó sin pensarlo dos veces. Margaret ya había murmurado las mismas palabras más de diez veces ese día.

La cuestión del futuro de su hermano y el honor de la familia era simplemente aburrido para Jurich, que tenía apenas trece años.

En lugar de eso, era mejor para Jurich simplemente mirar los catálogos de vestidos apilados en la habitación de su madre.

Un vestido de muselina blanca como la nieve, cintas de colores, amarillo brillante, rosa pálido, azul elegante, hermosos vestidos de noche que le quedarían bien…

Jurich finalmente tomó una decisión.

—¡A Jurich le gusta el amarillo!

Sin embargo, Margaret continuó ignorando a Jurich, sin escuchar los lloriqueos de la adolescente mientras sostenía el catálogo frente a su cara.

—¡Mamá! ¡Me encanta este vestido amarillo!

Sólo entonces Margaret se dio cuenta de su hija.

—¿Qué?

Jurich habló claramente.

—¡Mamá, lo prometiste!

—¿De qué estás hablando?

Jurich podía sentir que su estómago se hundía.

Ella pisó fuerte y sacudió el catálogo bruscamente.

—¡Mamá! ¡Eres tan mala! ¿Ya te olvidaste? ¡El banquete de cumpleaños del Tercer Príncipe! ¡Mamá, definitivamente dijiste que me comprarías un vestido nuevo para el banquete!

El colorido catálogo se agitaba violentamente ante los ojos de Margaret mientras el sonido de los quejidos de Jurich le perforaba los oídos.

Margaret podía sentir palpablemente que su temperamento aumentaba.

Ella explotó y le gritó a Jurich en ese momento.

—¿Morirás congelada si no consigues ropa nueva?

Ante esto, los brillantes ojos verdes de Jurich se abrieron con asombro.

—Entonces ¿No vas a comprarme un vestido nuevo…?

Eso no puede ser.

No podía usar ropa vieja para el banquete de cumpleaños del tercer príncipe del imperio, Olivier.

Si lo quisiera, esa despreciable Rosalie se reiría de ella.

Jurich necesitaba conseguir ese nuevo vestido de alguna manera.

—Uwaaaaaaaaahhhh.

Lloró y lloró durante días y días. ¡Incluso hizo una huelga de hambre!

—¡Ahhhh, cállate!

Margaret se tapó los oídos.

Sin embargo, sus manos no podían hacer mucho para bloquear los agudos gritos de la niña.

Margaret sintió que se estaba volviendo loca.

“¡Todo esto es por culpa de Radis!”

¡Mira cuánto está sufriendo por la acusación de admisión ilegal!

Margaret y Zade intentaron encubrir el incidente como una broma que una hermana celosa le hizo a su hermano menor.

Sin embargo, aparte de los rumores, hubo un problema que no pudieron solucionar.

Klein Rockton, el oficial de admisiones.

Si Klein Rockton hubiera sido una persona menos inflexible, las cosas se habrían solucionado sin problemas.

Sin embargo, ni la adulación de Margaret ni la de Zade funcionaron con él.

Klein regresó inmediatamente a la academia y solicitó al comité académico que volviera a realizar el examen a David. El comité, al ver que los argumentos de Klein eran válidos, aceptó la moción de volver a realizar el examen.

El problema era que si David tomaba esa nueva prueba, lo atraparían inmediatamente.

Finalmente, Zade envió una carta diciendo que cancelaría la admisión de su hijo a la academia para preservar su honor.

Fue una suerte que la cosa no fuera más grave que eso, pero en el proceso, ¡Cuánta solicitación tuvieron que hacer, cuántas cosas que limpiar...!

—¡Perra!

Margaret, que maldijo reflexivamente, jadeó y se cubrió los labios.

“¡¿Cómo pudo esa débil Radis hacer que una dama elegante como yo jurara…?!”

Ella no fue la única que se sorprendió por las agresivas palabras que salieron de sus labios.

—¡MM-Mamá…!

Ella sólo había estado fingiendo llorar todo ese tiempo, pero los ojos de Jurich comenzaron a llenarse de lágrimas reales, como cuentas.

Tan pronto como Margaret vio esas lágrimas en los ojos verdes de su hija, recobró el sentido, pues no quería molestar a su encantadora hija.

—¡Ah, Jurich! ¡No, no! ¡No te dije eso!

—¡¡Uwaaaaaah!!

—Todo esto es por culpa de Radis, esa malvada mocosa. ¡Dios mío, mi amor, no llores! ¡Está bien, está bien, vamos a comprarte ese vestido!

—Hiic, hiiiiic…

—¿Cuál te gusta más? ¿El verde?

—¡Hiic, uwaah, el—el amarillo…!

Mientras derramaba lágrimas, Jurich señaló el vestido que quería.

—¡Está bien, está bien! Es un vestido bonito y caro. Deja de llorar. ¡Mamá siente como si su cabeza se fuera a partir en dos!

Después de conseguir lo que quería, las lágrimas de Jurich disminuyeron rápidamente.

Margaret suspiró al ver el precio escrito bajo el diseño del vestido amarillo.

Entonces, algo interesante le llamó la atención.

Traducido por: Valiz

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