La Emperatriz Se Volvió A Casar Novela capítulo 70

—¡¿Qué?!

No. No podía haber dicho eso. Mi cabeza giró hacia Sovieshu. ¿Por qué mentiría...?

Mi esposo se acercó a mí y luego se inclinó para besarme la mejilla.

—Es hermosa más allá de la imaginación, Emperatriz. Gracias por conceder mi petición.

No sabía por qué inventaría algo así, pero respondí rápidamente como si sus palabras fueran ciertas.

—Cualquier color que desee, simplemente dígalo.

—Oh... fue una petición del Emperador.

El gran Duque Liltiang parecía avergonzado, pero luego sonrió rápidamente y corrigió sus palabras.

—Es agradable verlas llevarse tan bien.

El grupo que rodeaba a Rashta intercambió miradas nerviosas entre ellos. La expresión de Rashta, por otro lado, era oscura. Incluso con Sovieshu a su lado, se veía infeliz. Vi a Sovieshu tomar un trago, pero su mirada estaba fija en otro lado y no pude preguntarle por qué me ayudaba.

Sujeté mi copa como un salvavidas mientras miraba alrededor del salón. Las damas de honor se quedaron conmigo al principio, pero, a medida que se aburrían, una por una comenzaron a alejarse en diferentes direcciones. Los nobles que estaban cerca del Emperador se dirigieron a la pista de baile en cuanto comenzó la música. Sorprendentemente, Rashta fue a otro lugar en lugar de quedarse aquí.

¿Irá con el Duque de Elgy?

No, había escuchado que el Duque Elgy había salido del palacio hace unos días. Tal vez solo quería socializar con todos. Estaba sumida en mis pensamientos cuando una voz habló a mi lado.

—¿Entonces, quién copió a quién?

Me giré hacia el lado. Sovieshu me miraba con una expresión suave.

—¿Quién cree usted?

—Para ser honesto...

Su voz era un susurro bajo en mi oído.

—No me importa.

—¿Y aun así se puso de mi lado?

—¿No lo aprueba?

—No me gusta. La señorita Rashta se molestará después.

—Aun así, no tuve más opción que ayudarla.

—¿Qué quiere decir con que no tuvo opción?

—La Emperatriz es el rostro del Imperio Oriental. Representa el honor de la Familia Imperial. ¿No es obvio?

—Ya veo.

Su respuesta alivió mi confusión. Convencida, volví a mirar al frente mientras una luz brillante y música alegre comenzaban a llenar la sala. Hombres y mujeres enmascarados se tomaban de las manos, sonriendo y moviendo los pies alegremente al ritmo de la música. Incluso si alguien no era un bailarín habilidoso, tenía una expresión sonriente en su rostro. Los plebeyos disfrutaban de la novedad del baile, mientras que los nobles parecían emocionados por el ambiente menos formal.

Hubo un aplauso desde algún lugar de la sala. Me giré hacia el sonido y vi a Rashta bailando sola en el centro de un escenario elevado. Su cabello plateado brillaba en el aire mientras sus pies ligeros hacían giros y vueltas, y la multitud se sentía atraída hacia ella como una polilla hacia la llama. Los plebeyos, en particular, parecían alegres y aplaudían cada vez que Rashta giraba. Noté que la mirada admirativa de Sovieshu también estaba fija en ella.

—¿Por qué no va y baila con ella?

Las palabras salieron involuntariamente de mi boca. Sovieshu se giró a mirarme.

—¿Allá?

Sus cejas se levantaron en sorpresa.

—Parece que quiere ir.

Respondí con un asentimiento de cabeza, y él me dió una mirada extraña.

—¿Está celosa?

—¿Celosa? ¿Yo?

—¿O es sarcasmo?

—¿Quién dice que es sarcasmo?

—¿Cuándo va a dejar el hábito de hablar así cuando está enojada?

—¿No es lo mismo?

—Sabe, creo que...

Sovieshu inclinó la cabeza en un momento de reflexión, luego se volvió hacia mí con una expresión seria en su rostro. Me preguntaba qué iba a decir.

—¿Por casualidad, cuando mi madre la Emperatriz la trajo aquí, le enseñó a pelear con palabras? ¿Por qué siempre se niega a apoyar siquiera una palabra mía?

—¿Quiere saber?

—Para ser honesto, un poco.

—Entonces, ¿Por qué no dejamos la corona por media hora y hablamos de corazón a corazón? ¿En una zona neutral? Entonces le daré mi opinión.

Los ojos de Sovieshu se entrecerraron.

—Lo dijo una vez cuando éramos niños. ¿Recuerda lo que hizo después?

—¡¿Qué?!

—No me lo trago otra vez. Claramente no me gusta.

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¿De qué están hablando?

Rashta dejó de bailar y se secó el sudor de la cara mientras bajaba del escenario. Frunció el ceño al ver las cabezas del Emperador y la Emperatriz inclinadas hacia el uno al otro en conversación. Se veían bastante serios...

El corazón de Rashta se hundió. El Emperador nunca discutía asuntos de estado con ella, ni su trabajo, ni lo que había estado haciendo, ni por qué se preocupaba, y así sucesivamente. Disfrutaba de sus ojos cálidos y su atención, pero se sentía inquieta cada vez que el Emperador y la Emperatriz hablaban de algo tan serio.

El Duque Elgy ha ido a Rimwell...

No había recibido noticias de él desde que se fue a la finca de Roteschu a investigar el asunto del bebé. Se preguntaba si estaba haciendo bien su trabajo. Rashta había dejado de bailar, incapaz de manejar la ansiedad que aumentaba dentro de ella.

Sin embargo, había algo más que captó su atención. Desde el otro lado de la sala vio al Duque Tuania, quien, a diferencia de la siempre popular Duquesa Tuania, estaba tomando su vino solo. Rashta sonrió para sí misma y se acercó a él.

Traducido por: Valiz

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