0%

La Emperatriz Se Volvió A Casar Novela capítulo 51

Capítulo 51 - No llores, Queen (2)

Porque Queen se echó a llorar y salió volando, decidí visitar el palacio del sur por mi cuenta.

Estará bien mientras no me quede demasiado tiempo.

Quiero agradecer al Príncipe Heinley por el pastel de todos modos, pero sobre todo estaba preocupada por Queen.

—Oh, cielos. Emperatriz Navier.

Un caballero del Reino Occidental se mostró asombrado al verme. Estaba frente a los aposentos donde se hospedaba el Príncipe Heinley, y otro caballero de cabello azul se apresuró a acercarse a mí. Me reconoció, pero más que eso, su mirada indicaba que parecía saber algo. Mis damas de compañía sabían que el Príncipe Heinley y yo intercambiábamos cartas, y tenía que haber alguien en su entorno que también supiera de mí. Aun así, debía mantenerme cautelosa incluso con los más cercanos al Príncipe, así que le sonreí levemente.

—Tengo un mensaje para el Príncipe Heinley. ¿Está dentro?

—Me alegra que haya venido. Me preocupaba porque llegó aquí llorando.

—¿El príncipe llegó llorando?

—¿Perdón? Oh, no, no el Príncipe, el pájaro. Es un pájaro. El pájaro malvado del Príncipe llegó llorando.

El hombre de cabello azul agregó que el Príncipe nunca lloraba, luego llamó rápidamente a la puerta cerrada y gritó.

—¡Príncipe, Su Majestad la Emperatriz está aquí!

Pasaron unos tres segundos. Creí oír un fuerte estruendo desde dentro, tal vez algo cayendo, pero luego todo quedó en silencio. Miré al caballero de cabello azul para ver si todo estaba bien, pero parecía indiferente al ruido de la habitación. Unos minutos después, el caballero abrió la puerta tras recibir una señal desde dentro de que podía entrar.

—Gracias.

Entré lentamente en la habitación, curiosa por lo que había ocurrido. La habitación del Príncipe Heinley pertenecía claramente al palacio del sur, sin embargo, se sentía extrañamente ajena. Su fragancia flotaba suavemente en el aire, y había objetos inusuales esparcidos aquí y allá. Lo más familiar en ese espacio desconocido era el propio Príncipe Heinley, que estaba de pie en el centro de la habitación.

—Lo siento. Tenía algo que hacer…

Mientras observaba rápidamente la habitación y lo miraba, el Príncipe sonrió y besó mi mano antes de dar un paso atrás.

Algo que hacer…¿Significaba que se estaba aseando? Parecía que se había vestido apresuradamente. Normalmente, no había una sola arruga en su esmerada vestimenta, pero en este momento parecía algo desordenado. Podía ver su piel asomándose a través de los botones sueltos de su camisa, pero sería incómodo mencionarlo. No es que no hubiera gente que usara su camisa así.

Desvié la mirada y, mientras decidía si ignorarlo o mencionarlo, algo me tomó por sorpresa.

Sus ojos estaban rojos y había humedad en sus pestañas. Era obvio que había estado llorando hace poco.

No debería haber venido. Fue un mal momento.

Desvié la mirada con torpeza. ¿Había llorado mientras se bañaba? Qué vergonzoso debé haber sido visitarlo tan repentinamente. Lo lamentaba de verdad.

—¿Recibió el pastel?

Sin embargo, como era extraño mantener una conversación sin mirarlo a los ojos, finalmente volvi a girar la cabeza. El Príncipe Heinley me miraba con sus grandes ojos púrpura, todavía húmedos. Había oído que los animales a menudo se parecían a sus dueños. ¿Sería esa la razón? De repente me di cuenta de que los ojos del Príncipe Heinley se parecían mucho a los de Queen.

—Oh, no. ¿No lo recibió?

No fue hasta que el Príncipe volvió a preguntar que logé desviar mi atención de sus ojos húmedos.

—Lo recibí. Solo quería venir aquí a saludarlo y agradecerle.

—Menos mal. Me preocupaba que Queen no lo entregara bien.

—Sí, parecía un poco pesado para que lo llevara.

—Quise traerlo yo mismo, pero Queen insistió en llevarlo él solo… es más fuerte de lo que parece, así que no se preocupe.

El Príncipe Heinley esbozó una sonrisa lánguida, pero sus ojos seguían húmedos, haciéndolo parecer menos arrogante y orgulloso que de costumbre.

—¿Le gustaría una taza de té? Oh, ¿Le gustó el pastel?

—Estaba delicioso. ¿Lo hizo usted mismo?

—Es un pasatiempo. Incluso tengo mi propia cocina en el Oeste. ¿Es buena cocinando?

—Nunca lo he hecho antes… así que no creo que lo sea.

—He oído que aquellos que saben cocinar y los que no están hechos el uno para el otro. Supongo que eso significa que la Reina y yo estamos destinados a estar juntos.

Esa historia me era desconocida. Lo miré con el ceño fruncido y él se sonrojó, rascándose la nariz.

—Supongo que el dicho no cruza fronteras.

—Supongo que no.

—¿Quería algo?

Traducido por: Valiz

◈❖◈

Si te gustó, Puedes apoyarnos aquí ~  [http://www.paypal.com/paypalme/MangoNovelas]

http://www.paypal.com/paypalme/MangoNovelas

Tambien contamos con página de facebook ~ [https://www.facebook.com/MangoNovelas]

https://www.facebook.com/MangoNovelas

Tambien visítanos en TikTok ~ [https://www.tiktok.com/@mangonovelas]

https://www.tiktok.com/@mangonovelas

Inicio Detalle del manga