La Emperatriz Se Volvió A Casar Novela capítulo 32

—El príncipe Heinley parece una persona completamente diferente a lo que sugieren los rumores.

La condesa Eliza, que estaba jugando al ajedrez cerca, giró la cabeza ante mis palabras apenas audibles.

—¿Hm? ¿Qué ha dicho, Su Alteza?

Di la vuelta a mi libro y lo coloqué sobre mi regazo. ¿Podía contarles esto? ¿Sonaría extraño?

Mis damas de compañía sabían que yo era la verdadera amiga por correspondencia, así que no era necesario decir nada más. Sin embargo, pensé que sería útil si podía cambiar alguno de los rumores sobre el príncipe Heinley con mis propias palabras…

—El príncipe Heinley. Parece mejor de lo que pensaba.

Hablé con indiferencia mientras tomaba mi taza de té de la mesa y daba un sorbo. Laura, que jugaba frente a la condesa Eliza, cambió la posición de un caballo a escondidas mientras la Condesa no miraba.

—Cierto. Y sabía que la doncella y la esclava no escribieron esas cartas. Ah~ eso estuvo mal. En cualquier caso, lo descubrió rápidamente. A pesar de que es un mujeriego, es más fiel que otros nobles.

La condesa Eliza le dio una palmada en el dorso de la mano a Laura y devolvió el caballo a su posición original en el tablero.

—Laura tiene razón. Aunque pueda parecer una persona despreocupada, no es frívolo.

Una dama de compañía sentada cómodamente en un sillón soltó una risa vengativa.

—Aún más, me gustó cuando salió a la luz la mentira de la esclava.

Comentarios de simpatía comenzaron a surgir de las demás damas.

—¿Vió cómo le subió la presión cuando ella le mintió tan descaradamente?

—Los nobles extranjeros que se juntan con ella deben haber entrado en razón ahora.

Sin embargo, Artina, que estaba de pie junto a la puerta en silencio, lanzó un balde de agua fría sobre la conversación.

—No lo creo.

Ante el tono seguro de Artina, las damas de compañía lo miraron con expresiones interrogantes. El caballero se rascó nerviosamente la mejilla, como si se sintiera abrumado por todas las miradas sobre él.

—El Barón Lant está a cargo de los asuntos de la señorita Rashta, y habla de ella de una manera diferente.

—¿Diferente? ¿Cómo?

Los ojos de Laura se abrieron de par en par mientras lo interrogaba. Yo también miré a Artina, dejando la taza vacía sobre la mesa.

Conocía al barón Lant, era el secretario de Sovieshu y un hombre bastante brillante. Además, sentía un gran afecto por Rashta, y si él estaba interviniendo para cambiar los rumores, eso solo podía beneficiarla.

—Por la belleza y el encanto de la señorita Rashta, algunos dicen que el Emperador y el Príncipe Heinley están peleando por ella.

Cuando se esparcen dos rumores opuestos, siempre habrá quienes crean en uno o en el otro. El barón Lant había planeado eso cuidadosamente.

Laura cerró el tablero de ajedrez con frustración.

—¡La detesto absolutamente!

—Cuida tus palabras, Laura. Eres dama de compañía de la Emperatriz, y un lenguaje ofensivo solo dañará la imagen de Su Majestad.

—Soy cuidadosa delante de los demás, Condesa Eliza. Pero aun así… ¡No tengo otra forma de expresar mis emociones!

Entonces, mientras Laura expresaba su frustración, se escuchó un golpeteo en la ventana.

—¡Queen!

Habían pasado varios días desde su última visita, y me levanté rápidamente para abrir la ventana y dejarlo entrar. Estaba tan feliz de verlo después de tanto tiempo que lo abracé con fuerza.

—...

Queen me envolvió con sus alas, y Laura finalmente se calmó y soltó una risita.

—Ese pájaro es tan dulce. Mira cómo abraza a Su Majestad. Tal vez no sea un pájaro.

—...

Regañé a las damas por burlarse de Queen, luego lo coloqué suavemente en mi regazo y acaricié su cabeza.

Los grandes ojos morados de Queen se cerraron mientras dormitaba, pero de vez en cuando se sobresaltaba y me miraba.

—Te extrañé.

Le confesé mis sentimientos con franqueza, y él me observó como si pudiera entenderme.

—…

Extraño. ¿Por qué este pájaro me recordaba al príncipe Heinley? Bueno, tal vez era porque el príncipe Heinley era su dueño.

—Ah.

Casi olvidé revisar la nota en su pata. Tomé el trozo de papel, aparté a Queen y lo abrí.

—Aposté mi identidad. ¿Por qué no quieres participar en la apuesta?

¿Sabía el príncipe Heinley que yo era su amiga por carta o no? Hace unas horas, me dije a mí misma que el escritor era el príncipe Heinley, pero ni siquiera tuve tiempo de preguntárselo porque Sovieshu y yo peleamos de inmediato…

Dudé antes de escribir mi respuesta.

—Por favor, mantengamos nuestra amistad solo por carta.

Queen me observó pacientemente mientras escribía. Tan pronto como levanté la mano del papel, revisó el contenido, luego hizo un ruido extraño y comenzó a saltar arriba y abajo.

—¡Gu! ¡Gu! ¡Gu!

Parecía que estaba criticándome en nombre de su dueño.

—No te molestes, Queen. Prefiero que sea así.

—¡Gu!

—Si tu amo y yo nos encontráramos, seríamos la Emperatriz del Este y el Príncipe del Oeste, no amigos que puedan hablar con libertad. Tendríamos que tener cuidado con nuestra conducta frente a los demás.

—…

—Me he convertido en una fuente de entretenimiento debido a Sovieshu y Rashta. En estas circunstancias, los rumores empeorarían si se descubre que intercambio cartas con un mujeriego.

Tal vez era porque Queen parecía tan inteligente, pero antes de darme cuenta, le estaba confesando mis verdaderos sentimientos.

El pico de Queen se abrió como si estuviera sorprendido. Cerré su pico y añadí apresuradamente una explicación.

—Sé que tu amo no es tan malo como dicen los rumores. De hecho, creo que es una buena persona. ¿Hm? Ja, ja, ¿Por qué te avergüenzas?

Traducido por: Valiz

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