Incluso el Villano Tiene Una Historia Novela capítulo 40

El sol se hundía y el cielo que daba la bienvenida a la noche estaba sombrío. Era apenas alrededor de la medianoche cuando llegaron al campo y salieron del auto. Se podía ver a los miembros del Gremio de las Night Rats, que habían llegado temprano, moviéndose afanosamente.

—¡Oh, hyung-nim!

—¡Maestro del gremio!

—¡Jefe!

Como si fuera un hermano menor travieso, solo tenía un nombre y un título, pero varios apodos. Entre los rostros que lo saludaban alegremente, había una expresión triste. Era Gu-oh, el líder del equipo C-Team Raiders.

—Hyung-nim, le dije claramente la última vez que es demasiado difícil…

—¿Por qué alguien te estaba molestando?

—¿No es usted el que me molesta, hyung-nim…? Alek dijo que cree que le ha tomado el pelo. Si ha añadido más trabajo por eso, ¿No es demasiado responsabilizar a todo el equipo…?

Tal vez por falta de energía para apelar y argumentar adecuadamente, la persona con ojeras murmuró débilmente. Su voz se hizo más pequeña y su pronunciación se volvió confusa hacia el final, casi como una maldición. Sintiendo una vibración siniestra, Sa-yoon golpeó la cabeza de Gu-oh con el costado de su mano, haciendo un sonido como de chasquido. Gu-oh levantó la cabeza de repente.

—¿Estás volviendo a la razón ahora?

—Todavía no…

—Entonces ¿Debería golpearte más?

Sa-yoon, que había llegado a una conclusión simple y clara, golpeó a Gu-oh dos veces seguidas. Gu-oh, que tenía una expresión aturdida, se rió mientras se sujetaba la cabeza dolorida.

Como ya se ha dicho, era uno de los tipos que se emocionaba cuando lo golpeaban. Normalmente era alguien a quien había que evitar, pero golpearlo una o dos veces cuando estaba de mal humor tuvo un buen efecto.

Sa-yoon, que ignoró por completo la petición de Gu-oh de golpearlo más ahora que había recuperado el sentido y tenía una cara emocionada, observó la agitada escena. Un hombre de cabello plateado, que era el líder general, vio a Sa-yoon y salió lentamente.

—Yen.

—Está aquí, hyung-nim.

El discurso informal fue tan amistoso y natural que cualquiera que lo viera pensaría que Yen era el vicelíder del gremio y el secretario de Sa-yoon, no Jongsik. Fue el segundo miembro del gremio en convertirse en ejecutivo, por lo que en términos de tiempo, no había mucha diferencia entre él y Jongsik.

Sin embargo, Jongsik tenía un lado excesivamente educado, mientras que Yen era excesivamente informal, por lo que Jongsik era más adecuado para puestos importantes.

De hecho, también era más leal.

Sa-yoon saludó con la mano hacia el rostro que no había visto en mucho tiempo, y Yen, con cara de golondrina, lo saludó con la mirada y miró el auto del que había salido Sa-yoon.

—¿Dónde está el novato?

—¿No vino a la fiesta de bienvenida la última vez?

—Eso es demasiado, hyung-nim. Yo estaba en París en ese momento.

—Ah.

—¿Ah? ¿De verdad te olvidaste después de decirme que me fuera, hyung?

—Tuve mucho trabajo.

—¡Hyung-nim!

Aunque probablemente no estaba tan triste, Yen fingió estar dolido, actuando como una reina del drama. Sa-yoon, que se había convertido en el público de una obra llena de lágrimas con Yen como único actor, director y asistente de dirección, miró la hora.

—¿Está todo listo?

—Sí. ¿De verdad van a entrar solo ustedes dos?

—No es que vaya a ser un problema.

—No habrá ningún problema para usted, hyung-nim, pero…

—Ya he escuchado suficiente de Jongsik, así que no empieces a chillar tú también.

—Pio, dice.

—Hyung-nim, crees que soy un verdadero pájaro, ¿No?

Mientras se acercaban a la puerta, las palabras de Yen quedaron sepultadas por el sonido vibrante de la puerta que decía "whoong". Un cuervo voló y se convirtió en el compañero parlanchín de Yen en lugar de Sa-yoon. Sa-yoon, que había revisado cada rincón del campo para ver si había algo inusual o algún miembro sospechoso del gremio, terminó todas sus inspecciones y estiró su cuerpo rígido.

—¿No va a despertar a Geon-joo?

—Lo despertaré después de que terminen los preparativos. Tengo que arrojarlo a la puerta mientras está medio dormido.

—…

—¿Qué pasa esta vez?

Jongsik solía mirar a Sa-yoon con malos ojos, pero la frecuencia había aumentado notablemente después de la llegada de Geon-joo. Ahora, harta de ello, Sa-yoon le preguntó el motivo y Jongsik respondió con evasivas.

—No es nada. Es solo que en momentos como este, creo que los demonios y Satanás solo existían en la antigüedad para ganarse su reputación. Si estuvieran a su lado, hyung-nim, ¿No huirían llorando también?

—Jongsik.

—¿Sí?

—¿Quieres entrar al campo juntos?

—…lo que quise decir es que parece más fuerte que Satanás, hyung-nim. Sabe que siempre lo he respetado, ¿Verdad?

Adulador.

Dejando atrás a Jongsik, que bajó la cola y reflexionó sobre sí mismo al oír la mención de entrar en el campo, como si fuera un perro al que le dicen que se bañe, Sa-yoon se dirigió al área donde se abría la puerta de entrada. Parecía que el ciclo estaba a punto de terminar, ya que la línea roja del dispositivo de medición instalado fluctuaba.

—¿Ya pasó medio año?

Cada puerta tiene un período requerido para ser conquistada. Si no se conquista dentro de ese período, la cantidad de entidades monstruosas dentro de la puerta aumenta, lo que lleva a un fenómeno llamado saturación de la puerta, donde la puerta explota. En el caso de “El mundo en ruinas”, ese período fue de seis meses, por lo que Sa-yoon examinó el dispositivo de medición.

Si hubieran llegado unos días más tarde, tal vez habrían presenciado la explosión de una puerta.

Mientras pensaban que tenían suerte, los miembros del gremio le entregaron a Sa-yoon algunos artículos consumibles.

Había pociones de salud, pociones de maná y piedras de retorno que había mencionado de antemano.

Incluso le dieron algunas armas de uso frecuente, todas las cuales Sa-yoon puso en su inventario y revisó la hora.

1:01 am

Fue un momento agradable. En caso de que Geon-joo intentara escapar, Sa-yoon les dijo a los miembros del gremio que se quedaran cerca, y los miembros del gremio, que encontraban felicidad en las desgracias de los demás, se rieron mientras pensaban en Geon-joo dormido.

—Se los advierto de nuevo, no le pongan las manos encima imprudentemente y solo atrapenlo cuando Han Geon-joo escape.

—¡Sí, hyung-nim!

—Si alguien dice alguna tontería, hablaré libremente sobre mi deseo de entrar en ese campo juntos más tarde.

—¡Sí, hyung-nim!

—…

Debería estar agradecido de que el campo estuviera ubicado en las afueras.

Si Sa-yoon fuera un ciudadano común, habría informado inmediatamente de esa respuesta y de ese grupo a la policía, por lo que no continuó hablando.

Al alinear a los miembros que podrían considerarse élites y escuchar sus respuestas, parecía que no eran un gremio criminal notorio sino simplemente un grupo de matones organizados.

Realmente debería haberles hecho dejar de llamarlo "hyung-nim".

Empezando por Jongsik, la moda de “hyung-nim” se había extendido como un reguero de pólvora, y antes de que él se diera cuenta, la forma general de dirigirse a los demás dentro del gremio se había solidificado en “hyung-nim”. Ya era un lugar con muchos tipos rudos, y con todos ellos llamándolo “Hyung-nim”, se había formado una atmósfera acorde con sus rostros feroces.

Suspirando, Sa-yoon avanzó para ver a su lindo niño.

Al novato que tenía el talento para hacer el trabajo de tres personas solo entre los frustrantes y patéticos miembros del gremio, y cuyo rostro también era increíblemente atractivo. En ese momento, Yen se acercó y empujó abruptamente su rostro hacia adelante, solo para ser golpeado en la nariz por Sa-yoon.

—¡Ay, hyung-nim! ¿De verdad está saliendo con él?

—¿De qué estás hablando ahora? Vete antes de que te vuelvan a pegar y llora.

Su reacción al rumor también fue lenta. A estas alturas, Jongsik debería haberlo suprimido hasta cierto punto, pero Yen apareció de repente y le dio una paliza. Sa-yoon le dio una patada suave a Yen, que había estado diciendo tonterías, y lo hizo volar y estrellarse contra un árbol. El hombre, agarrándose el estómago dolorido, se tambaleó.

—Uf, me duele… entonces, ¿Está saliendo con alguien?

—No, no lo estoy. No lo estoy. ¿Estás satisfecho ahora?

—¡Sí!

—Tiene que avisarme si empieza a salir con alguien —Yen habló mientras curvaba los ojos, con pestañas plateadas que salpicaban densamente la forma de sus ojos. Night Rats era un lugar donde se reunían chicos únicos e impredecibles, pero Yen era excepcional incluso entre ellos.

Aunque parecía inocente, su especialidad eran los asesinatos por encargo. Tal vez por eso disfrutaba de la limpieza y también era sobresaliente en la recopilación de información mediante hackeos. Sobre todo, lo más peculiar era que Sa-yoon no lo había reclutado, sino que cuando Sa-yoon estaba recién estableciendo y criando a las Night Rats, Yen había entrado por su cuenta, diciendo que parecía divertido.

Recordando cuando inicialmente se mostró cauteloso con Yen, pensando que podría ser un seguidor de otro gremio o asociación, Sa-yoon se tragó su incomodidad al ver a Yen, de veintiocho años, tirado y jugando con cuervos y serpientes.

¡Y pensar que había nombrado a alguien así como ejecutivo!

No importaba cuán faltos de mano de obra estuvieran, Sa-yoon no tenía idea de lo que su yo pasado estaba pensando.

Ahora que Yen, que lo había estado molestando de la nada, se había retirado, Sa-yoon caminó inmediatamente hacia el sedán, abrió la puerta y sacudió al dormido Geon-joo. Ante eso, los miembros del gremio vitorearon con los puños en alto.

—Bastardos locos.

De hecho, los miembros de su gremio eran los más horribles y extraños cuando se reunían. Sa-yoon maldijo brevemente a los locos y sacudió el hombro de Geon-joo unas cuantas veces más. Geon-joo, que había estado frunciendo el ceño, reaccionó lentamente.

Parpadea, parpadea.

El lindo niño levantó los párpados.

—¿Dormiste bien?

—…

Quizás debido al efecto del perfume, sus ojos estaban claros a pesar de haberse despertado recientemente. Después de confirmar que su condición estaba bien, Sa-yoon cerró la puerta y se trasladó al asiento del conductor que había dejado libre Jongsik. Los emocionados miembros del gremio aplaudieron nuevamente, preguntando si iban a tener una cita, pero esta vez, Sa-yoon no los detuvo ni maldijo por el bien de la atmósfera.

Empezando con un grito genérico como “Woohoo”, hubo gritos distintivos como “Yahoo” y “Ay”, así como gritos vulgares llenos de malas palabras. Confundido por ellos, Geon-joo miró a su alrededor y frunció el ceño.

—Esto no parece del gremio.

Era algo natural de decir. Incluso después de escuchar la pregunta de Geon-joo, Sa-yoon arrancó el auto con calma, como si le hubieran preguntado si había comido.

—Bueno, a juzgar por la apariencia de nuestros niños, parece que es del gremio, muchacho bonito.

—Deja de bromear. ¿Dónde estamos?

¿Donde más estaría?

El campo, por supuesto.

En lugar de responder, Sa-yoon llamó a Jongsik, que estaba parado frente a la entrada de la puerta.

—Abre la puerta.

—¿Puerta?

Ante la voz baja, Geon-joo inclinó la cabeza. La persona, que comprendió tardíamente la situación, abrió la boca para decir:

—¡Ah, de ninguna manera! —Pero en ese momento, Sa-yoon pisó el acelerador con todas sus fuerzas.

Jongsik, que había recibido la llamada, abrió la puerta de entrada con expresión renuente y el auto que transportaba a Sa-yoon y Geon-joo entró en el espacio resplandeciente.

Poco a poco comenzó a acelerar y luego alcanzó su velocidad máxima, imparable en su sprint.

¡Por eso había aparcado tan lejos!

¡Ruido sordo!

El coche se sacudió violentamente debido a la conducción brusca, como si fuera a volcarse. Geon-joo, que agarró el cinturón de seguridad por instinto de supervivencia, se le hincharon las venas del cuello.

—¡Pero qué…! ¿De verdad estás loco? ¿Por qué no detienes el coche…?

Usando la agradable voz de tenor como música de fondo, el sedán negro se dirigió hacia la puerta. Los vítores de los miembros del gremio se hicieron cada vez más fuertes. Sa-yoon, que se había ido en medio de reverencias de noventa grados deseándole un regreso seguro, se sintió muy bien y tocó la bocina con fuerza.

¡Hooooonk!

Una luz brillante golpeó junto con el ruido.

—Sujeta bien el cinturón.

Sa-yoon aconsejó a su lindo hijo que se cuidara de él justo antes de que lo trasladaran a la puerta. Se tomó el grito de “bastardo loco” como un cumplido.

Traducido por: Valiz

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