Incluso el Villano Tiene Una Historia Novela capítulo 2

Capítulo 2

—¿Han terminado finalmente, las constantes transferencias de la puerta sin previo aviso?

Jongsik, lo suficientemente leal como para morir alegremente si se le ordenaba, se acercó después de quejarse consigo mismo con todo tipo de quejas. Cuando se trataba de quejas verbales, era el mejor del mundo.

Viajando en el coche conducido por Jongsik, Sa-yoon reflexionó sobre el mes pasado.

Debido a la búsqueda de matar a principiantes, había sido empujado a las puertas todos los días sin falta. Era una búsqueda indeseable, pero la opción de negarse no existía. Cada vez que surgía esa maldita búsqueda de “La verdadera maldad de la humanidad”, no podía elegir entre aceptar o declinar.

No es como si sólo lo hubiera experimentado una o dos veces, por lo que era tolerable.

Habiéndose acostumbrado a ello, trató de llevar a cabo la misión en lugar de malgastar energía enojándose, pero el problema estaba en cómo funcionaba el recuento de principiantes asesinados.

Incluso si él mataba a los nuevos Despertados de los gremios enemigos, el conteo de muertes no aumentaría, y era lo mismo al entrar por las puertas regulares.

Sólo se contaba como progreso en la búsqueda si mataba a los que se encontraban dentro de las puertas de los principiantes a las que el sistema lo transportaba a la fuerza sin previo aviso, y ese era el dolor de cabeza.

Las puertas de los principiantes eran, como su nombre lo implicaba, puertas a las que sólo los nuevos Despiertos podían entrar. Una vez que se despejaran tres puertas de principiante después de despertar, se diseñaron para que no se pudiera volver a entrar. Así que incluso si corría todo el día tratando de avanzar en la búsqueda, no había manera de despejarla a menos que el maldito sistema lo transportara a la fuerza.

Cuando las cosas resultaron así, ¿Qué otra opción tenía sino resignarse a ello?

Desde el principio, no era una fuerza a la que pudiera resistirse.

¿No hubo un momento en que fue abruptamente transportado mientras comía o se duchaba?

—...esto es una tontería.

Sa-yoon, recordando el pasado y frunciendo el ceño ante el recuerdo de haber sido transportado desnudo a una puerta, miró la parte posterior de la cabeza de Jongsik, que parecía espinosa. Entre los que se sintieron incómodos por los repentinos traslados de Sa-yoon, la mayor víctima fue sin duda Jongsik.

Como el único que sabía que Sa-yoon estaba siendo sacudido por el sistema, tenía que convertirse en chofer a todas horas del día cada vez que Sa-yoon regresaba de ser arrastrado a una puerta.

Sa-yoon le dijo a mitad de camino que podía hacer que otro lo hiciera, pero Jongsik, insistiendo en que no podía haber lugar para sospechas, se hizo cargo del volante con ojos moribundos. Era del tipo de sufrir por elección.

También hoy, viéndole agarrar el volante con círculos oscuros bajo sus ojos, Sa-yoon chasqueó la lengua.

Conducir no fue la única dificultad que Jongsik soportó.

Cuando Sa-yoon era transportado mientras manejaba los asuntos del gremio, Jongsik tuvo que trabajar horas extras para ocuparse a regañadientes de las tareas restantes. Si Sa-yoon desaparecía durante una reunión, Jongsik tenía que explicar expertamente la razón de la ausencia del maestro del gremio y dirigir la reunión. Ese estilo de vida se repitió durante casi un mes, así que no era incomprensible por qué Jongsik se quejó hoy de que no vendría.

“Entonces haz que alguien más tome el volante como te dije.”

Sa-yoon murmuró, cruzando las piernas y apoyándose contra el asiento.

No es como si hubiera estado haciendo cosas absurdas por sólo un día o dos.

Mientras no hiciera que Jongsik lo hiciera consecutivamente, no había razón para sospechar, por lo que habría estado bien pedirle a otra persona que lo recogiera una o dos veces. Sin embargo, Jongsik cogió el volante, y siguió guardandole el secreto. Ni siquiera era su propio secreto, pero de alguna manera Jongsik era más proactivo en cuanto a la confidencialidad que el propio Sa-yoon.

Aunque su excesiva lealtad era agotadora, apreciar a Jongsik por su arduo trabajo era un asunto aparte. Cuando Sa-yoon le informó que la vida del mes pasado había terminado, Kim Jongsik, de treinta y dos años, demasiado ingenuo como para estar en las Night Rats, se regocijó con ojos llorosos.

—¿De verdad se ha acabado?

—Sí.

—¿Así que el sistema no ha dicho nada? Si hay nuevas misiones, por favor hágamelo saber. Si hay algo que preparar, se lo diré a los chicos de antemano.

Parecía que la desconfianza del sistema que sólo había sido de Sa-yoon se había pasado también a Jongsik. Decían que hasta un perro aprendía a recitar poesía después de tres años en un templo. Asistir a Sa-yoon durante más de tres años hizo que Jongsik se diera cuenta de lo despreciable y vicioso que era el sistema de Sa-yoon.

Contento de que alguien entendiera su difícil situación, que era difícil para cualquiera empatizar, Sa-yoon asintió en respuesta.

El sistema.

La bendición de Dios que aparece en tiempos difíciles, guiando a los despiertos con bondad y justicia.

Esa era la definición general dada por la Asociación Mundial del Despertado, pero el sistema de Sa-yoon era diferente.

¿Por Dios? Como si lo fuera. Empleó todo tipo de métodos subversivos y malvados para alentar a Sa-yoon a volverse malvado. No, incluso podríamos llamarlo manipulación.

Y durante mucho tiempo, Sa-yoon se convirtió en un humano retorcido, justo como ellos querían. Prueba de ello fue que ya no sufría de terribles pesadillas o traumas incluso cuando mataba gente.

Se había vuelto completamente loco.

Hubo un tiempo en el que no podía dormir por la noche por culpa, pero ahora sólo deseaba que sus oponentes fueran un poco más fuertes. La vida era aburrida y fugaz, así que se encontró buscando algo estimulante. Diez años después de despertar, comprendió por primera vez la mentalidad del villano loco que sólo se ve en las películas, que sólo busca tipos duros.

—Es porque nada más me interesa.

—¿Perdón?

Jongsik reaccionó al murmullo. Sa-yoon pateó el asiento delantero con el pie, señalándole que se concentrara en conducir. En el golpe, Jongsik cogió el volante sorprendido.

—¡Ah, jefe!

—¿Ah, jefe?

—...el, el asiento se romperá.

—¿Entonces debería romperte la espalda en lugar del asiento?

Ante la cálida sugerencia, Jongsik murmuró sobre por qué era muy violento. Acostumbrado a tales quejas, Sa-yoon lo ignoró y volvió a reflexionar sobre sus problemas internos.

No importaba lo loco que estaba ahora, no estaba tan loco desde el principio. Patear sillas por enojo... bueno, para ser honesto, él también hacía eso hace diez años. Pero aún así, en ese entonces no andaba por ahí matando gente o cometiendo terrorismo a la ligera.

La culpa que parecía haberse evaporado estaba todavía intacta.

Esos días parecían un recuerdo lejano. Sa-yoon volvió la cabeza y miró el paisaje que pasaba rápidamente por la ventanilla del coche.

Sus ojos, recordando el pasado, se hundieron profundamente. Todo comenzó hace diez años, en enero, retrocediendo en el tiempo.

Cuando Sa-yoon aún era joven e inocente, un estudiante de tercer año de secundaria.

Hace diez años.

En el año que Sa-yoon cumplió dieciséis años, la primera puerta que se abrió sumió al mundo en pánico.

Apareciendo sin previo aviso, ondulaba con una luz sospechosa, estimulando la curiosidad que podría ser el pecado original de la humanidad. Las personas que ingresaron a ese espacio sin saber nada más nunca regresaron, dejando atrás sus últimas palabras: “Está bien, no voy a morir”.

El número de personas desaparecidas creció día a día. A medida que su número superaba los tres dígitos y la inquietud de la población se amplificaba a través de diversos medios de comunicación, el gobierno finalmente envió soldados para confirmar la verdad.

Cuando enviaron a las fuerzas especiales, todo el mundo anticipó las noticias que traería. Pero la realidad era cruel. Incluso los soldados, que afirmaban que las cosas serían diferentes, entraron en el extraño espacio y no pudieron distinguirlo.

Todos desaparecieron.

Todos y cada uno de ellos, sin excepción.

En ese momento, un erudito teorizó que el espacio ondulado podría ser una puerta conectada a otro mundo, mientras que otro afirmó que podría ser un dispositivo de teletransportación, y otro especuló que podría ser similar a un agujero negro, que succionaba a la gente y evitaba su escape.

Argumentos absurdos se repitieron sin fundamento, y la ausencia de soldados condujo a luchas políticas. En medio del caos mundial, con el extraño espacio llamado “puerta”, se difundió la noticia de que el primer soldado en entrar en una puerta había regresado.

Dumpa, el líder del equipo de las fuerzas especiales desplegado en la puerta que apareció en la India.

Regresando con una pierna cortada, empapado en sangre, abrió los ojos de par en par y declaró una sola frase al mundo, aun estando al borde de la muerte.

Fue un infierno.

Vomitando sangre, Dumpa terminó su breve e intenso informe, luego volvió los ojos hacia atrás y murió como si por fin hubiera cumplido con su deber.

Naturalmente, los medios de comunicación y los ciudadanos estaban desconcertados, aterrorizados y agitados. Hubo gritos de que las puertas debían ser investigadas rápidamente, y algunos incluso fueron a explorarlas en persona. El momento en que la gente se dio cuenta del significado del infierno del que hablaba Dumpa, mientras eran consumidos por la curiosidad y el miedo, fue justo después de que las puertas que aparecieron en todo el mundo explotaran simultáneamente.

Con un ruido atronador, monstruos que parecían existir sólo en las novelas de fantasía salían de las puertas. Algunos se asemejaban vagamente a demonios, mientras que otros tenían apariencias indescriptiblemente horribles, evocando la imagen de los demonios. Como si criaturas que se veían tan diferentes pudieran ser amigables con los humanos.

Los monstruos crueles y violentos arremetieron en un frenesí, el mundo estaba teñido de sangre como si hubiera estallado una guerra.

No, para ser precisos, fue una guerra.

La guerra por la supervivencia y la preservación de la especie entre las monstruosas formas de vida que aparecen de repente y la humanidad.

A partir de ese día, no pasó un solo día sin gritos, y cientos de huérfanos que perdieron a sus padres nacieron cada día. Las armas militares desplegadas por las naciones tuvieron poco efecto contra los monstruos, e incluso las armas nucleares que Estados Unidos disparó ambiciosamente lucharon por aniquilarlos.

Los humanos no eran rival para las criaturas que sobrevivieron a una explosión nuclear.

La población humana disminuyó rápidamente, y los expertos que perdieron la esperanza llegaron a la conclusión de que toda la humanidad perecería en el plazo de un mes, apenas una semana después de la explosión de las puertas.

Se decía que los héroes emergen en tiempos difíciles.

No importaba cuán abrumadora fuera la guerra o la batalla, siempre había un momento para contraatacar, y para la humanidad, una ventana azul apareció un día.

La ventana azul, presentándose como el ‘Sistema’ a un pequeño número de personas, otorgó a la humanidad el poder de enfrentarse a los monstruos. Aquellos que despertaron a través de ella usaban habilidades tan fuertes y especiales, que era difícil verlos como la misma especie.

La humanidad comenzó su contraataque con ellos en la vanguardia. Llevaron a la frontera a los monstruos que se habían apoderado de todos los países y consiguieron aniquilarlos mediante la cooperación.

Fue una victoria preciosa obtenida a costa del veinte por ciento de la población total.

Todos se regocijaron y encendieron fuegos artificiales en la tierra reclamada, pero cuando la humanidad recuperó la esperanza, hubo alguien que la estaba perdiendo.

Ese fue Sa-yoon.

Ventana de sistema.

La entidad que apareció ante unas pocas personas al comienzo del Gran Pánico, trayendo esperanza a la humanidad.

Cuando las puertas se abrieron simultáneamente y comenzó el caos, Sa-yoon también recibió una ventana de sistema.

Sin embargo, de una forma bastante peculiar.

<¡Has sido seleccionado como el mal de la humanidad! Oponte a los salvadores y lleva al Planeta 9180, 'Tierra', a la ruina. ( oᴖ▽ᴖ)o >

Traducido por: Valiz

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