Incluso el Villano Tiene Una Historia Novela capítulo 10

[Ambos, ninguno.]

Un mensaje de texto poco entusiasta vino de Gyeongjin, el esclavo número dos de Night Rats, el líder del equipo que supervisaba toda la información de Night Rats. Era el informe semanal que Sa-yoon había solicitado a partir del mes pasado después de no poder encontrar a los titulares de las disposiciones durante un mes.

Definitivamente no fue tan corto al principio, pero sin avances durante ocho semanas, los informes de Gyeongjin se volvieron cada vez más superficiales. La semana que venía, parecía dispuesto a enviar una sola 'X'.

—¿Dónde enterró este maldito sistema a los poseedores de disposiciones?

Murmuró Sa-yoon después de recibir otro informe de mala calidad. Habían pasado tres meses desde que despertó✧ Ojos de Catástrofe ✧, pero todo lo que obtuvo al usar la habilidad hasta desmayarse fue que el número de miembros del gremio había aumentado ligeramente.

Excepto por atraer a todos los que valía la pena usar después de verificar su ventana de estado y llevarlos a Night Rats, no hubo un solo punto reconfortante.

Gastó tiempo y soportó el dolor.

—Esto me está volviendo loco.

Pensar en ello hizo que su ira volviera a surgir. Sintiendo que su cuerpo se calentaba, Sa-yoon se colocó la bolsa de hielo a un lado del ojo. Fue un pequeño servicio para sus ojos sobrecargados sin un solo día de descanso.

“Mi trasero por sentir un ligero dolor al usar la habilidad.”, un dolor que no podía considerarse leve atravesó sus ojos, y si usaba la habilidad✧ Ojos de Catástrofe ✧más allá de un cierto número de veces, la sangre finalmente fluía de sus ojos. Abusando así de sus ojos todos los días, incluso su visión se había deteriorado.

Aún así, siendo de rango S, su vista era mejor que la de la gente promedio, pero no podía negar que había recibido un golpe.

—¿Estas cosas realmente no están en Corea?

Hace apenas unos meses, había estado cantando sobre Bellezas, pero en apenas tres meses, su apodo cambió a "estas cosas".

Al ver que no aparecían a pesar de buscar tanto, Sa-yoon se puso ansioso pensando que tal vez realmente no estuvieran en Corea y saltó de su asiento.

Aún así, si los chicos del sistema tuvieran conciencia, deberían haberlos hecho coreanos. De lo contrario, no eran dioses sino simplemente matones, satanás, demonios.

Sin embargo, parecían ser esas entidades.

De alguna manera, cuanto más maldecía, más creíble se volvía. Sintiendo una siniestra premonición, Sa-yoon, con el corazón urgente, agarró las gafas de sol tiradas en el sofá y rápidamente llamó a Jongsik.

Ahora no era el momento de tumbarse tranquilamente.

—¡Jefe! Llamó en el momento perfecto. Es casi la hora del trabajo voluntario en el jardín de infantes…

—En este momento, esos mocosos no son importantes, Jongsik.

Estaba ardiendo de urgencia, pero el poco discreto Jongsik propuso trabajo voluntario. No estaba de humor para rebajar su infamia ofreciéndose como voluntario y jugar con niños.

Tenía que encontrar✧ Yo solo estoy en lo alto ✧o✧ Alguien que desafía la corriente ✧lo antes posible. Sin avances en la búsqueda durante tres meses, sin saberlo, había tardado un poco en encontrar a los poseedores de las disposiciones, pero al darse cuenta de que aquellos que buscaba podrían no estar en Corea, se encendió un fuego bajo sus pies.

Antes de que el incendio lo quemara hasta morir, Sa-yoon, decidido a encontrar a una de las dos Bellezas, empujó la espalda de Jongsik y lo instó a conducir.

Jongsik, expulsado sin saber por qué, entró torpemente en el coche. Sa-yoon, sentado en el asiento trasero, mencionó el centro de registro del Despertado de Incheon como destino. Desde Gyeonggi-do hasta Seúl, había buscado por todas partes y ahora estaba en Incheon.

Amenazó al sistema, esperando no tener que ir hasta la isla de Jeju. Sin embargo, pensó, ¿Qué pasaría si el titular de la disposición en Incheon hasta ayer hubiera ido a Seúl mientras tanto?

El auto rodó en medio de ansiedad e impaciencia, y tan pronto como llegaron al centro de registro del Despertado de Incheon, Sa-yoon salió del auto y pisó el suelo. Al abrir la puerta y salir antes de que el auto se detuviera por completo, Jongsik gritó:

—¡Jefe! ¡Le dije que no hiciera eso, que no hiciera eso!

—Deja de regañar y ve a estacionarte, Jongsik.

Enviando al que ladraba dolorosamente al estacionamiento, Sa-yoon se puso la capucha pegada a su sudadera. En ese estado, metiendo las manos en los bolsillos, Sa-yoon se sentó en un banco frente a la entrada central y escaneó a la gente que iba y venía.

Inhaló y usó la habilidad✧ Ojos de Catástrofe ✧. El dolor agudo atravesó sus ojos, familiar pero aún intenso.

—¿Tiene que encontrar a ese tipo? Parece que está exagerando. No se apresure y viva como lo ha hecho…

—Jongsik-ah.

—…lo lamento.

“¿Vivir como lo había hecho hasta ahora?”

“Qué cosa más ridícula acaba de decir.”

“¿Cómo podría describirse como vida una vida apenas vivida?”

Cuando Sa-yoon lo señaló a la ligera, Jongsik, que había observado más de cerca la vida de Sa-yoon, se disculpó de inmediato. También parecía ser consciente de su desliz, por lo que Sa-yoon no lo reprendió más.

No es que no entendiera el corazón de Jongsik.

Por supuesto, sería preocupante ver a la persona a la que atiendes tosiendo sangre y desplomándose todos los días.

Aun así, en el mundo hay cosas que puedes conceder y cosas de las que nunca puedes echarte atrás pase lo que pase, así que Sa-yoon persistió y se mantuvo firme. Cada vez que ponía los ojos en blanco, lo acompañaba un dolor punzante.

Después de unos treinta minutos, surgió el mareo.

Después de una hora, la sangre manaba de sus ojos, pero había usado gafas de sol negras y una máscara esperando eso, por lo que no se notó. Anteriormente había ido sin máscara y cuando la gente vio fluir la sangre, gritaron, causando un gran problema.

Después de dos horas, la sangre se acumuló lo suficiente como para empapar el interior de la máscara. Sa-yoon, que abrió la boca una vez y terminó bebiendo esa sangre, frunció el ceño.

—Jefe…

Jongsik, al notar que las yemas de los dedos de Sa-yoon temblaban, dejó escapar una voz preocupada. Sa-yoon, cerrando los ojos con fuerza durante un largo rato y luego abriéndolos, inhaló profundamente.

Al soportar treinta minutos más, su condición ya no era la adecuada para sentarse erguido y la parte superior de su cuerpo se balanceaba. Jongsik, que había estado parado a distancia, notó el estado de Sa-yoon, corrió y sostuvo su cuerpo.

El interior de sus ojos se sentía caliente como si alguien hubiera encendido un fuego. Hubo un momento en que pensó que era un dolor al que nunca podría adaptarse, pero después de experimentarlo cientos de veces, se volvió algo soportable.

Sólo uno más.

Sólo uno más.

La determinación de atraparlo esta vez llevó a Sa-yoon al límite.

La sensación de que esta vez podría encontrarlo también influyó en ese sobreesfuerzo.

Era un sentimiento endeble, patético como la premonición del éxito en una mesa de juego, pero Sa-yoon no podía pasar por alto ni siquiera ese pequeño "tal vez".

Si hubiera un poseedor de disposiciones ahí y lo perdía. Si ese titular incluso se fuera al extranjero, la dificultad para encontrarlos sería extrema.

Cantando "sólo uno más" como un mantra, se apoyó en Jongsik y luchó por aferrarse a su confusa conciencia. Por un momento, sus ojos se pusieron en blanco y luego volvió al frente.

—Tsk.

Incluso como rango S, parecía que no podía soportar sangrar durante más de dos horas. Pensando que su cuerpo estaba irremediablemente débil, Sa-yoon apretó el puño. Jongsik dijo que incluso a él le parecía doloroso y le dijo a Sa-yoon que clavara sus uñas en el brazo de Jongsik, pero que no podía hacer eso.

Tuvo que dispersar el dolor aunque fuera un poco para mantenerse consciente.

Sólo uno más por última vez.

Sa-yoon sabía bien que era un esfuerzo excesivo. Después de desmayarse más de una o dos veces, podía sentir que perdería el conocimiento en el siguiente intento, por lo que apretó los dientes y escaneó a las personas con los ojos ocultos detrás de gafas de sol.

La persona por la que tenía el sentimiento más fuerte.

Tenía que atrapar a ese tipo.

Hasta ahora, había usado la habilidad con cada persona que veía, pero como era la última vez, tomó su decisión con cuidado. Pasó por encima de un hombre barrigón y de una mujer que habían estado mirando en esa dirección. También pasó junto a los transeúntes que susurraban y miraban furtivamente, encontrando extraño que él y Jongsik estuvieran juntos.

No, para ser precisos, intentó pasarlos.

Si tan solo no hubiera visto a ese hombre que giró su cuerpo en el momento exacto en que Sa-yoon giró su cabeza.

Parecía sospechoso.

Sa-yoon usó la habilidad con el hombre que se movió como sorprendido por la acción de Sa-yoon de mirarlo y luego darse la vuelta, evitando su mirada.

Con un sonido, apareció una ventana azul insoportablemente familiar. Sa-yoon miró la ventana con expresión prudente, examinó primero la sección de disposición y abrió mucho los ojos.

—¡Ese tipo…!

Cof.

Con una excitación momentánea, saltó de su asiento y vomitó sangre. Sa-yoon, enderezando con fuerza su cuerpo colapsado, agarró el brazo de Jongsik.

—¡Jefe!

Jongsik se inquietó ansiosamente, confirmando que la condición de Sa-yoon era inusual.

Sa-yoon, dejando escapar un gemido, se mordió el labio con fuerza para mantener la conciencia.

Su visión era borrosa. Sus ojos se pusieron en blanco y luego giraron hacia la izquierda, por lo que incluso se mordió la lengua para controlarlos. Sa-yoon miró al hombre que descubrió con una mirada escalofriante y abrió la boca con dificultad.

—K-…Jongsik.

—¡Jefe! ¿Está bien? Como era de esperar, paremos…

—…ese ba-, ¡Cof! Ese bastardo…

—¿Sí?

—... trae a ese bastardo.

“Sepa que no comerá si lo deja ir.”

Señalando a su homólogo con la punta de un dedo tembloroso, Sa-yoon puso los ojos en blanco ante esas palabras. Su cuerpo, temblando como un álamo, se desplomó sin fuerzas.

Mientras su cuerpo caía hacia abajo, la sangre acumulada debajo de la máscara goteaba. En ese momento, un transeúnte que pasaba junto a Sa-yoon vio la escena y gritó.

—¡Kyaaaaaah!

Un grito agudo que podría abofetear tres veces las mejillas de un personaje secundario en una película de terror resonó frente al Centro de Registro de Despertado. Jongsik gritó a Sa-yoon como un gemido, como si fuera testigo de sus últimos momentos:

—¡Jefe!

“Qué malditamente ruidoso.”

Ese fue el último pensamiento de Sa-yoon antes de perder el conocimiento.

Traducido por: Valiz

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