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El Maníaco Obsesivo Intenta Confinarme Novela capítulo 6

[Traductor: Pryse]

El Maníaco Obsesivo Intenta Confinarme

Capítulo 06

¿Un plato?

La criada pasó la comida del tazón al plato.

-¿Qué está haciendo?

“Ya puedes comer.”

Richard no pudo responder gentilmente como usualmente lo hacía y simplemente la observó sin pronunciar ninguna sola palabra.

La criada sacó un pastel y lo que había preparado para su tobillo.

Envolvió muy bien el hielo en la toalla y se lo entregó a Richard.

“¿Qué es esto?”

“Te lastimaste el tobillo.”

No había pasado mucho tiempo desde que conoció a la criada, pero ella no parecía ser una gran persona que se preocupara por él.

Más bien, se sentía como si ella estuviera cumpliendo con algún deber.

“Ah, pero.”

¿Hay más?

La criada le ofrece el postre con una dulce sonrisa que no coincidía con ella.

“¿No quieres probarlo?”

“...”

¿Fue preparado con ingredientes extraños?

“Oh, no te lo voy a dar todo.”

La criada cogió un tenedor y se comió la mitad del pastel. Richard solo se dispuso a mirar, la criada le dejó la otra mitad a él.

“Quería compartirlo.”

Richard no respondió, la criada simplemente sonrió torpemente.

¿Argen se lo ordenó?

De lo contrario, no podía entender la actitud de la criada que había cambiado radicalmente.

Miró a los ojos color cerezo de la criada tratando de descubrir sus verdaderas intenciones, pero estos solo gritaban que no había malas intenciones detrás de sus actos.

“Tu amo no lo permitirá.”

“¿Te refieres al postre? El postre desaparece cuando lo comes, así que él no se va a enterar.”

La criada era increíblemente astuta.

“No es solo eso.”

“¿También te refieres al plato y al hielo?”

Richard originalmente no confía fácilmente en la gente. Por eso, duda del extraño comportamiento de la criada frente a él.

Pero sus ojos azulinos, que ocultan sus sentimientos más íntimos, todavía tienen un brillo esperanzador.

“Robé el plato mientras ayudaba a lavarlos en la cocina. Y fingí estar herida, así fue como conseguí las cosas.”

¿Por qué hiciste eso?

La criada confesó con tanta naturalidad cómo había conseguido las cosas, lo dijo como si no fuera nada, pero para Richard no era algo ligero.

No es que no haya gente que cuide de Richard entre los sirvientes.

Pero la razón del porque la mayoría lo cuidaba era porque Richard los seducía, por lo que se sentían atraídos por él y sentían cierta simpatía.

Sin embargo, esta criada era diferente, ella no estaba muy interesada en él. Más bien, expresó abiertamente que no quería involucrarse.

Entonces, ¿Por qué?

Tal vez fue solo un pequeño gesto de amabilidad, pero Richard siempre había tenido que pagar la buena atención a los demás sirvientes.

De esa manera, podría evitar que ocurriera algún inconveniente al intentar escapar.

Richard no dudó más de la criada y tomó un bocado del pastel que la criada compartió con él.

En ese momento, se dio cuenta de que la sensación que se extendía por toda su boca era bastante diferente.

No hablaba del sabor.

“No hay estimulantes.”

“No hay estimulantes.”

Siempre había cosas viciosas en su comida, pero hoy no.

¿Es por la criada?

“¿Sabe raro?”

“No, creo que solo sabe un poco diferente a lo habitual.”

“Entiendo. A veces, la comida que siempre como se siente diferente.”

Ya sea que ella estuviera ignorando sus palabras o fingiendo no saber de qué hablaba, la criada actuó como si hubiera pasado nada.

Richard opinaba que la segunda opción era la más probable.

Miró a la criada y murmuró algo que normalmente no habría dicho.

“¿Por qué hiciste esto por mi?

La criada se quedó callada, no pudo responder al instante de Richard haberle preguntado.

Sus ojos se posaron en el tobillo hinchado de Richard.

“Soy amable con mis pacientes.”

Eso es todo.

Richard recordó algo de cuando conoció a la criada por primera vez.

Cuando jadeó delante de ella y le rogó por medicina, ella se la dió obedientemente.

¿Fue realmente porque era un paciente?

Richad se dió cuenta de un hecho.

Para ganarse el corazón de esta criada, necesitaba estar un poco más enfermo.

*****

Originalmente, no iba a darle la mitad de mi postre.

Sin embargo, cuando vi su tobillo lesionado, me sentí culpable y mejor le di una parte de mi postre como recompensa.

Pero la expresión de Richard fue extraña. De ninguna manera, ¿Acaso está conmovido?

Richard, que normalmente habla mucho cuando estoy aquí, dijo poco.

Tomó el pastel y lo masticó lentamente como si estuviera intentando adivinar cada ingrediente del pastel.

Obviamente, solo comía pastel, pero cada gesto proveniente de Richard le hacía ver elegante.

“Criada, ¿Siempre eres así con los pacientes?”

¿No sería raro que la gente fuera mala con la gente enferma o herida?

Ah. Eres uno de los pocos.

“Incluso si no fueras un paciente, siempre soy amable.”

Cuando recién conocí al chef y a Emily, siempre hablé con ellos cortésmente. He sido amable con todos.

—Excepto con Richard.

“Ya veo, querida criada.”

¿Se está burlando de mí?

“Uhm, antes me preguntaste qué perfume uso, ¿Cierto?”

Intente ignorar su pregunta porque pensé que era un simple comentario al estilo Richard, pero el preguntó, así que decidí dejárselo saber.

“Resulta que no uso perfume.”

“¿Tenías que averiguar si usas perfume o no?”

Ah.

Hablé de más.

Bueno, puedo suceder mientras viva. Debo ser un poco tolerante conmigo misma.

“No tengo buena memoria. Ni siquiera recuerdo si comí.”

“Ah.”

¿La mentira fue muy poco sincera?

Creo que estuvo bien. De todos modos Richard escuchará historias aún más triviales.

“Pero ni siquiera usas perfume. Es increíble.”

“¿Qué cosa es increíble?”

“No se si lo sabes, pero tienes un aroma muy fuerte.”

¿Está tratando de seducirme?

La cara de Richard era seria.

“No hueles a aromas artificiales, es tu olor natural. Lo siento si te incomodó.”

“Si, sonó algo desagradable, así que aguanta la respiración.”

A mi firme respuesta, los ojos de Richard se abrieron como platos para después esbozar una sonrisa.

“Te dije que contengas la respiración.”

“Si eso es lo que quieres.”

–Realmente no te estás conteniendo, ¿Verdad?

Mis preocupaciones fueron en vano, Richard respiraba sin ninguna molestia.

Desde entonces, se mantuvo tranquilo. Terminó de comer y yo lo esperé por mientras, ambos en absoluto silencio.

Cuando no había más razones para estar aquí, envolví hábilmente el plato con una toalla y salí.

Todo salió perfecto.

–¿Tal vez?

*****

El sol ya había caído y la noche vistió al cielo con sus hermosas estrellas.

La mujer con el uniforme de criada miró a su alrededor.

Cuando confirmó que no había nadie, levantó los ojos ante la mirada de la criada de la cocina, la cual no paraba de temblar.

“¿Dijiste que no pudiste poner la fruta en la comida del monstruo?”

“...Lo siento.”

La expresión de la criada de la cocina estaba distorsionada por el miedo.

El nombre de la mujer del uniforme de criada es Marie. Pertenece a un alto rango entre las criadas.

Fue favorecida por la criada principal por su labia única, se parecía a una serpiente, y su posición era sólida.

Pero un día, un hombre sospechoso acudió a ella.

Le dió una gran cantidad de dinero a cambio de añadir una fruta de dudosa procedencia a la comida de Richard.

Intentó rechazar la incómoda oferta, pero cuando escuchó la cantidad de dinero que podía ganar, no pudo decir que no.

Así, Marie mezcló la comida de Richard con la fruta desconocida.

Por supuesto, no se presentó para evitar ser culpada y le dió algo de dinero a la criada de la cocina para que esta lo hiciera.

Si las cosas salían mal, iban a culpar a la criada de la cocina.

“No pudiste echarla ni una sola vez en todo el día, ¿Qué demonios está pasando?”

“Todo es porque la criada que está cargo de su comida estuvo observando todo el tiempo.”

La encargada de servir sus comidas…

Rosie.

Ojos rosados que te recuerdan a unas suaves flores de cerezo y flores de azalea. Basada en su apariencia, es una sirvienta impresionante.

Todo lo que Marie sabía de ella era de que es una persona callada.

¿Ese tipo de persona interrumpe el trabajo?

“Un día está bien. No te lo saltes mañana y ponlo pase lo que pase.”

“P-pero, eso es…”

“¿Cúal es el problema ahora?”

“Dijo que así sería de ahora en adelante…”

Aquellas palabras inesperadas rompieron la tranquilidad de Marie.

“¿Por qué?”

“Yo tampoco lo sé. Dijo que iría todos los días a ver cocinar al chef porque es genial…”

¿Eso será cierto?

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