Después De Mi Muerte Mi Marido Enloqueció Novela capítulo 51

[Traductor: Pryse]

“Diálogos”

‘Pensamientos’

*Sonidos*

T/N: (nota de traductor)

Después de mi muerte, mi marido enloqueció

Capítulo

Gracias a un señor rebelde que dejó a Hillend Hall a su cuidado y se escapó, Ryan tendrá un día ajetreado y problemático.

Y hoy seguramente será uno de esos días.

"¿A dónde se ha ido el duque y por qué estás en su lugar?"

El vizconde Rems, hermano del duque dos generaciones antes y tío del padre de Dehart, irrumpió en las puertas de Hillend Hall.

El problema fue que las puertas de la mansión se rompieron.

"Dada la fuerte voluntad del duque, no podríamos–"

"Eso es suficiente, Yves".

Grose estaba siendo interrogado junto a Glenn, y el joven mayordomo que había sido nombrado anteriormente estaba claramente perdido por las palabras más allá de su profundidad.

"Bienvenido, Lord Rems. No tuve más remedio que recibir a los invitados en ausencia del Duque, así que pido su comprensión".

"¿Solo hay gente inestable alrededor del Duque?"

Lord Rems mostró un aire desagradable y golpeó el suelo con el extremo de su bastón.

"Pero bueno. Por lo que parece, puedo ver muy claramente que el Duque ha estado descuidando a Hillend Hall y no lo ha estado gestionando adecuadamente".

"Mi Señor, es demasiado rápido para juzgar".

"¿Qué sabe un simple caballero para atreverse a discutir conmigo?"

Aunque Lord Rems tenía el pelo plateado, su comportamiento era tan intrépido como los caballeros en su mejor momento. De hecho, era superior a su hermano, el duque de Inverness, en materia de gobierno, ganando un gran respeto en las regiones del norte. Tal era su fama y gloria que en su día Dehart era poco más que un niño inmaduro a los ojos del vizconde Rems. Así que no es de extrañar que se sintiera libre de derribar las puertas de Hillend Hall.

"Esto es un asunto familiar. No importa cuánto te haya confiado el duque sus responsabilidades temporales, ¡hay ciertos límites!"

El vizconde Rems se estaba haciendo cargo de restaurar el orden en el caótico hogar.

‘Ha venido a buscar a la Dama Glenn y a Lord Roger’.

Era evidente. En su día, el vizconde Rems era el que había marcado a Roger y a su esposa como guardianes de Dehart.

Ryan lo miró con una mirada fría y penetrante. Sin embargo, el vizconde Rems no cedió.

"Por ahora, deja que Yves te acompañe a tu habitación".

Ryan chasqueó su lengua mientras pasaba junto al Marqués, que lo miró con incredulidad.

‘De alguna manera debo ganar tiempo hasta que el Duque regrese’.

Esta es una situación insoportable.

* * *

Tenía la cabeza caliente. No, parecía que le ardía la garganta. Mientras se quedaba aturdido, de repente sintió una sensación de ebullición dentro de su pecho.

‘Oh, esto no otra vez’.

Cuando Dehart recuperó sus sentidos, se dio cuenta de que Denisa, la mujer de mediana edad, lo miró con una cara que parecía insegura de qué hacer, pero había un aire familiar en ella.

Se sentía como el cálido sol del mediodía, alejando las sombras húmedas, un aura suave como una brisa.

‘Se parece a alguien... Creo que sé quién’.

Dondequiera que miraba, sin importar lo que hiciera, los pensamientos de Sebelia inundaron su mente. Sentía que se estaba volviendo loco, dividido entre querer colapsar y dejar ir todo y querer incendiar el mundo y huir.

Pero tampoco era una opción.

‘Imposible’.

No se permitía arrepentirse, perdonar o incluso autodestruirse, no hasta que descubriera la verdad de la muerte de Sebelia.

De repente se mordió la muñeca para abrir una herida, trayendo de vuelta la claridad muy necesaria a su mente. Dehart hizo un gruñido a la mirada de Denisa mientras ella lo miraba como si fuera un loco.

"De cualquier manera, no tienes más remedio que venir conmigo".

"Su gracia, qué..." Denisa sacudió la cabeza y soltó un respiro triste. "Por favor, calmese primero. No puedo darle lo que quiere, pero puedo darle mi tiempo para hablar".

Ella no sabía qué le hacía pensar que Lady Sebelia había sido asesinada...

"Todo lo que está pensando ahora mismo es un malentendido".

Ella persuadió a Dehart suavemente. Si él quería, ella estaba preparada para responder a todas las preguntas que él estaba haciendo.

"Incluso si tuviera algún secreto, no podría tener nada que ver con la muerte de Lady Sebelia".

Pero esa no era la respuesta que Dehart quería. No quería aceptar una respuesta tan diplomática y despreocupada.

"Ja..."

Exhalando un suspiro, bajó la cabeza para encontrarse con la mirada de Denisa. "Escucha con atención. ¿Ves esa mesa de café al aire libre en diagonal al otro lado de la calle?"

"¿Sí?"

"No respondas, solo escucha. Hay una pareja amorosa sentada allí, y siguen observándote. ¿Por qué harían eso?"

Los ojos de Denisa parpadearon, pero Dehart no se detuvo allí.

"Y en el callejón trasero de la tienda por la que acabamos de pasar, había tres jóvenes fingiendo fumar durante más de veinte minutos".

Solo entonces Denisa se dio cuenta de lo que estaba hablando.

"Oh, y hay una mujer que pasa por el 231 de la calle Ellard, Apartamento 5-1, cada tres horas. ¿la conoces?"

"..."

"Ella estaba mirando por tu ventana esta mañana, preguntándose si estabas durmiendo".

La forma considerada de tener a tantas personas sobre ella tenía un solo significado.

‘Alguien me está vigilando’.

Cualquiera que fueran sus intenciones, iban a ser muy malas para Denisa.

Con un toque tranquilizador en el hombro congelado de Denisa, Dehart presionó suavemente. "Así es. No me importa si te quieren secuestrar, pero si es por algo que tiene que ver con Sebelia mi indiferencia cambia".

Con palabras elegantes, dibujó una línea dorada.

"Estar de pie y presenciar el horrible trato de la enfermera de mi esposa, no es algo que le convenga a una persona. ¿No lo crees?"

Denisa no tenía otra opción en el asunto.

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