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Después De Mi Muerte Mi Marido Enloqueció Novela capítulo 40

[Traductor: Pryse]

“Diálogos”

‘Pensamientos’

*Sonidos*

T/N: (nota de traductor)

Después de mi muerte, mi marido enloqueció

Capítulo 40

[Esta ciudad es el hogar de muchas personas exóticas. Al principio fue extraño, pero me estoy adaptando bien a ello. Se me está acabando la medicación, así que planeo visitar al médico mañana...]

Mientras Sebelia se detenía en su carta a Denisa, estiró sus extremidades y bostezó suavemente.

"Hmm".

Sus hombros estaban rígidos por mantener la cabeza hacia abajo durante tanto tiempo. Dejando el bolígrafo a un lado, se levantó de su asiento para servirse un vaso de agua.

"Ya casi es la hora del almuerzo".

Miró por la ventana y vió a la gente entrar en la posada. El primer piso de la posada solía servir de restaurante, por lo que el edificio estaba lleno de gente a la hora de comer.

"Estar aquí me hace sentir como una persona normal".

Sebelia admiró la vista con una sonrisa relajada, pero rápidamente se endureció y se dio la vuelta. Su cara pálida parecía como si hubiera visto algo que no debería haber visto.

"Oh, no, otra vez no..."

Después de unos momentos, Sebelia se sentó de nuevo, frotándose la frente. Fue terriblemente molesto que siguiera perdiendo la compostura por algo tan insignificante.

Habían pasado tres días desde que había llegado a Ursic, una ciudad en el camino hacia el este. También fue el cuarto día desde que se encontró con un hombre que se parecía a su padre.

* * *

Hace cuatro días, Sebelia llegó a la ciudad de Ursic. Aunque las tierras del este se encuentran más allá de cuatro ciudades más, decidió desempacar aquí. Ella no quería esforzarse demasiado, especialmente porque no tenía compañeros y todavía sufría de una enfermedad incurable.

"Bienvenida a Ursic. Por favor, entra".

"Gracias".

El símbolo de identificación que Denisa había organizado resultó útil. Admirando el ingenio de Denisa, Sebelia desempacó sus cosas en el alojamiento con vistas a la plaza.

"Estoy agotada".

Ella durmió profundamente, no se despertó ni una sola vez hasta la mañana siguiente. Era la hora del almuerzo del día siguiente cuando ella bajó al comedor y escaneó el menú.

"Jaja, dejemos de decir chistes tan tontos, ¿no?"

Al escuchar la risa bulliciosa, Sebelia se volteó instintivamente hacia la fuente del sonido. Y fue entonces cuando ella lo vio.

"¡Ah...!"

¿Era un hombre que se parecía a Silas, o tal vez era el propio Silas? Solo lo vió una fracción de segundo, pero ella se movió como si actuara por instinto.

Sebelia contuvo la respiración y se encogió. Apoyada contra la pared, intentó esconderse en las sombras.

‘Padre, ¿eres tú?’

Un sudor frío corría por la parte posterior de su cuello. Apretando las rodillas con fuerza con ambas manos, tembló. Su determinación de ser inquebrantable y digna si alguna vez se enfrentaba a él parecía débil ante su terror. Sin embargo, el hombre frente a ella no se acercó a ella ni le habló como esperaba.

‘Tal vez lo ví mal’.

El tiempo pasó, y los sonidos de la mesa de al lado riendo y hablando resonaron en su alrededor. Sebelia levantó la mirada, quitándose las manos sudorosas de su regazo.

"...Ah."

No era su padre. Aunque había un parecido en el color de su cabello y en la comisura de su boca, sus ojos tenían un tono inconfundible de naranja.

"Ja".

La tensión que se apoderó de ella, fue reemplazada por vergüenza.

La vieja Sebelia está muerta, y había jurado cortar todos los lazos con su vida pasada...Estaba avergonzada de haber estado tan segura frente a Denisa, diciéndole que no se preocupara. Sebelia suspiró, frotándose los lóbulos de las orejas enrojecidas. Se enderezó la espalda encorvada y se sobó el cuello.

"Cálmate, Sebelia".

No era su padre. No, incluso si él era el Barón de Wheddon, ella tenía que mantenerse firme.

‘Ya no soy Sebelia Wheddon’.

Así que incluso si se toparan, él ya no podía mandarla bajo el disfraz de paternidad.

"Adiós, entonces".

Cuando Sebelia apenas recuperó la compostura, el hombre que se parecía a Silas se levantó de su asiento. Ella lo miró fijamente en silencio, queriendo seguirlo, sin querer ser atrapada. Simplemente encontró una situación increíblemente extraña.

Para huir a este lugar y ver a alguien que se parece a su padre.

Se sintió como el momento en que un personaje de cuento de hadas se despierta de una pesadilla solo para darse cuenta de que la realidad con la que se despertó era otro sueño.

"Señorita".

Mientras el hombre abría en silencio la puerta para irse, Sebelia, que había estado observando hasta entonces, volteó la cabeza hacia la voz que estaba a su lado.

"¿Te gustaría hacer tu pedido?"

No se había dado cuenta de que el camarero estaba de pie junto a su mesa, sonriéndole brillantemente.

* * *

‘Necesito calmarme’.

Habiendo declarado con audacia que su pasado yo estaba muerta y luego congelándose así...

Sebelia agarró su abrigo y su bolso, resolviendo deshacerse de su vergüenza mientras se preparaba para ir al consultorio del médico. Ya casi había pasado la hora del almuerzo, por lo que el consultorio del médico debería estar abierto.

Hoy tenía una cita con el médico para renovar su receta para el medicamento que se le acababa de acabar.

‘Estoy segura de que el diagnóstico será el mismo de todos modos, una enfermedad terminal…’

Sebelia suspiró, sabiendo que Denisa todavía tenía esperanza. Siempre fue doloroso entregar noticias que traicionaban sus expectativas.

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