Después De Mi Muerte Mi Marido Enloqueció Novela capítulo 33

"¡Qué demonios estabas pensando, Dehart!"

A medida que recuperó sus sentidos, las primeras figuras que notó fueron Flora llorando y Glenn al borde del colapso.

"Por favor, detente. La muerte de Sebelia ya es una gran pérdida, pero si sigues así..."

Parpadeando sin decir palabras, Dehart recordó haber sido detenido justo antes de caer.

‘Ryan’.

Sus ojos escanearon la habitación. Pero Ryan no se veía por ninguna parte.

"..."

Dehart se puso de pie y comenzó a volver hacia su habitación.

‘Ese es el único lugar donde aparece Sebelia’.

Pero en el momento en que se levantó, las palabras inmaduras de Flora lo cortaron.

"Oppa, ¿cuánto tiempo actuarás así por culpa de esa mujer maldita?"

*¡Clang! ¡Boom!*

Cuando Flora terminó de hablar, toda la cristalería y las artesanías de la habitación se rompieron a la vez.

"¿Qué estás haciendo?"

Glenn miró fijamente a Dehart con ojos incrédulos.

"¿De verdad..."

Entre mechones negros desenredados, los ojos dorados de Dehart brillaban como un rayo. "Todavía crees que no sé nada?"

Le siguió una fuerte burla. La expresión de Glenn se endureció en un instante.

‘No puede…’

Un rastro de sospecha se levantó en su pecho. Mientras tanto, Flora, con una expresión asustada, sacudió la cabeza y se aferró a su muñeca.

"Oppa, por favor, deja de hacer esto".

No estaba en su sano juicio. Esa mujer trastornada estaba tratando de consumir incluso a su propio hermano.

"Por favor, anímate, ¿quieres? Llamaré a un chamán si tengo que hacerlo, para traer de vuelta a mi oppa..."

En ese momento, su mirada, que había sido fija en Glenn, se posó hacia Flora. "¿Tu sabias también?"

"¿Yo?"

"Si, ¿desde cuando sabes todo?, antes de que le despojaran de sus derechos, o..."

Su apariencia despeinada, su comportamiento desconcertante y sus ojos distorsionados, se sentía como enfrentarse a un loco.

‘D-Da miedo’.

Flora soltó inconscientemente su agarre y dio un paso atrás. Pero Dehart persistió.

"Para, suficiente". Glenn se puso delante de Flora. "Dehart, no causemos más grietas dentro de la familia por algo que ya se ha hecho".

No había ni un rastro de vergüenza en ella mientras sostenía la cabeza en alto.

"Y como sabes, la muerte de Sebelia es su propia tragedia".

En el fondo, Glenn estaba secretamente agradecida de que ella se haya quitado la vida. Si por casualidad se hubiera empleado a un asesino, las consecuencias podrían haber sido graves. El sudor frío le corrió por la columna vertebral.

‘Al menos parece que solo se ha dado cuenta del alcance de nuestras manipulaciones pasadas’.

Glenn inmediatamente respiró un suspiro de alivio.

‘Gracias a Dios’.

Eran momentos como estos en los que necesitaba ser descarada. Inclinar la cabeza de uno por error era similar a conceder la victoria al otro. Glenn hizo un esfuerzo concertado para persuadir a Dehart de la manera más cariñosa y convincente posible.

"Solo hemos hecho lo necesario para Inverness”.

"..."

Era la misma retórica, la misma actitud que Roger.

Los ojos de Dehart se encendieron mientras miraba a Glenn. Se levantó lentamente de su asiento. Glenn sostuvo a Flora, protegiéndola de Dehart, pero no hizo ningún movimiento hacia ninguno de ellas.

"¿Sabes qué, tía?"

Pasando una mano a través de su cabello despeinado, Dehart caminó hacia ella, sus ojos se hicieron más afilados por su cara demacrada. Un ruido crepitante resonó alrededor de la habitación, y una pequeña luz comenzó a golpear el suelo.

"¡Tú, qué...!"

La cara de Glenn se iluminó con horror cuando la habitación comenzó a rugir como si tuviera vida. Alfombras, tapices, cortinas gruesas que cubren las ventanas. Incluso las puertas, hechas de la mejor madera, estaban encendidas por llamas blancas, que luego estallaron en chispas similares a petardos.

"Dicen que asustas a las ratas pondiéndolas en fuego", dijo Dehart en un tono lánguido mientras abre casualmente la ventana. "Aún así, son familia, así que no quiero verlos asfixiarse hasta la muerte frente a mí. Ahora, ¿qué tal esto? Si tienen problemas para saltar, las empujaré".

"¡Oppa!"

Mientras Flora gritaba, una ráfaga de viento le azotó las mejillas.

"...Por fin ha sucedido. Esa sangre maldita ha despertado".

Mientras Glenn lo miraba fijamente, se volteó hacia ella y se rió fríamente. Estaba claro que se había vuelto loco.

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