Después De Mi Muerte Mi Marido Enloqueció Novela capítulo 18

Sería un tiempo hasta que aseguraran los gastos de viaje vendiendo la dote. Hasta entonces, Sebelia y Denisa pasaron un tiempo cómodo y lujoso en la casa de huéspedes. De vez en cuando, los sirvientes enviados por Glenn se ciernían a su alrededor, pero no se necesitaba mucho esfuerzo para alejarlos.

"Parece que otra persona se desmayó esta vez", dijo Denisa, inclinando la cabeza hacia un lado mientras miraba por la ventana, observando a un sirviente que se había desmayado, derramando espuma de su boca.

"Ojalá se callaran al respecto", comentó Denisa, lanzando una mirada fugaz hacia los lados. Donde el sirviente había estado mirando tan intensamente hace un momento, el fantasma de Belita yacía grotescamente sangrando.

"¿Qué diablos esperan ganar con esto?" Sebelia murmuró mientras despedía a Belita. "Me mudé a la casa de huéspedes como ella quería, y ahora no soy nada en absoluto..."

¿Qué es exactamente lo que la hace sentir tan incómoda que tiene que vigilarme así?

Sebelia suspiró profundamente ante el comportamiento incomprensible de Glenn. "Supongo que nunca hubo un momento en el que pudiera entenderla de verdad".

Si Sebelia hubiera sabido lo que estaba pasando por la mente de Glenn, no habría sido engañada tan fácilmente. Sebelia se rió amargamente y miró hacia atrás a Denisa.

"¿Cómo fueron las cosas con lo que te pedí?" Sebelia preguntó.

"Podría llevar algún tiempo. No es algo que se pueda vender cerca", respondió Denisa con una mirada de disculpa.

Sebelia sacudió la cabeza, señalando que no se preocupara. "Está bien. Todavía hay tiempo... hmm".

Antes de que pudiera terminar su sentencia, Sebelia cerró abruptamente la boca. Su prisa por salir del salón alertó a Denisa de algo que no iba bien. Se apresuró a agarrar la muñeca de Sebelia.

"¡Mi Señora!"

"¡Cough...!"

La sangre goteó a través de sus dedos. La cara de Denisa se puso pálida en un instante. Con las manos temblorosas, acompañó a Sebelia a una silla cercana.

"Tiene que descansar".

"Estoy bien..."

"¡Por favor, hágame caso!"

Su voz temblorosa dijo mucho. Sebelia miró los ojos enrojecidos de Denisa y decidió quedarse. Sería totalmente inútil insistir en que estaba bien en esta situación.

Denisa se apresuró de un lado a otro. En un instante, regresó con agua tibia, una toalla y medicina. Se sentó a los pies de Sebelia y se mordió el labio.

"No debería haberle hablado de sus habilidades. Debería haberle—" Su voz estaba retorcida de angustia. "Todo fue una estupidez".

Una cosa es reconocer que alguien que te importa está enfermo, pero otra es presenciar la realidad justo delante de ti.

‘Ojalá me hubiera enfermado en su lugar’.

Sintiendo que sus rodillas se debilitaban, Denisa luchó contra las lágrimas que le hinchaban en los ojos. Para ella, Sebelia era como una hija que había criado. Verla en tal estado, vomitando sangre frente a ella, fue realmente algo que nunca quiso volver a presenciar.

‘Nunca quise esto’.

Denisa se limpió la frente húmeda y habló con una voz temblorosa. "No quería que esto sucediera, no quería que hiciera algo que solo la hiciera sufrir más..."

"No, Denisa". Sebelia la agarró de la mano con urgencia y habló. "Esto es solo... un efecto secundario. No es por la enfermedad".

"¡Entonces no debería habérselo dicho! Te he robado el poco tiempo que te queda. Yo...”

Mirando a los ojos de Denisa, profundamente consumida por la agonía, Sebelia apretó su mano.

"Denisa, no hagas esto". La voz de Sebelia era decidida, igualada por una mirada inquebrantable. Su cara estaba pálida como la muerte, pero su expresión estaba determinada como siempre. "Si no fuera por ti, habría huido sin ningún plan. Habría vivido con un miedo constante, esperando a que mi padre me encontrara y posiblemente muriera".

Sebelia sostuvo las manos de Denisa con las de ambas y habló con sincera emoción. "Estoy agradecida de tener un futuro en el que no necesito entretenerme con esos pensamientos".

"... ”

"No me has robado el tiempo; he ganado la oportunidad de hacerlo más valioso gracias a ti".

Denisa respiró hondo, mirando a los ojos de Sebelia, sintiéndose asfixiada por su propia culpa.

T/N: Ojalá todas las disque “villanas” (que siempre ve mal la gente) tuvieran una Denisa que las apoyara en su destino desafortunado ):

"Hablo en serio". Sebelia susurró suavemente, consolándola. "En ese momento, quería escapar de aquí tan desesperadamente que no podía pensar en nada más. No hice los preparativos adecuados. Habría fracasado si me hubiera apresurado".

Hubiera sido terrible huir sin suficiente dinero.

‘Qué imprudente fui’.

Denisa parecía que quería decir algo, pero no se atrevía a decirlo. Finalmente, asintió lentamente. "...Lo entiendo".

La expresión de Sebelia se ha suavizado. "Gracias".

"No diga esas cosas". Denisa sonrió tristemente.

Ella metió una toalla en el agua tibia que había preparado y limpió suavemente la cara de Sebelia. "Realmente es usted un espectáculo para la vista, jovencita".

Sebelia se rió suavemente ante el intento de Denisa de aligerar el estado de ánimo con una broma.

"Cuando era joven, le encantaba jugar en el barro. Llegaba todos los días cubierta de tierra, y te limpiaba como ahora".

"Sí, lo recuerdo". Sebelia cerró los ojos, aceptando su toque. Y ocultó la verdad en lo más profundo de su corazón, el hecho de que nunca había disfrutado jugando en el barro, ni siquiera una sola vez.

‘Que bueno tener a Denisa a mi lado’.

Es por eso que podía soportar cada vez que Nathan la empujaba al barro, sabiendo que alguien estaría esperando en su habitación con una toalla caliente para limpiarla de toda impureza.

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