Cómo Sobrevivir Como La Esposa Del Duque Monstruoso Novela capítulo 138

[Traductor: Mayu]

Ilyin miró por la ventanilla, hacia abajo, a la zona donde Aden pronto atravesaría la alta puerta de Biflten que conducía al exterior de las altas murallas. Según le habían dicho, ningún monstruo había sido capaz de escalarlas.

Este lugar era realmente un refugio. Ilyin nunca había sentido realmente la comodidad del hogar, pero aquí sí. En el pasado, siempre que había oído a huéspedes o criadas hablar con nostalgia de su hogar, se había sentido celosa. La palabra siempre había parecido significar algo diferente para ella que para ellos.

Ciertamente, la mansión del vizconde Arlen no había sido un hogar para ella. Pero la mansión Biflten se había convertido en eso: el lugar que la esperaba, que se preocupaba por ella. El lugar donde podía descansar, donde podía dejar a un lado sus preocupaciones y temores.

La sensación de confort, de calidez, la adormiló a pesar suyo, y levantó la mano para reprimir un bostezo. Etra, sentada frente a ella, se dio cuenta enseguida y se incorporó de inmediato.

“¿Quiere que le preparen la cama, señora?”, preguntó.

“Perdona que haya bostezado en medio de nuestra conversación”, dijo Ilyin.

"En absoluto, señora. Es hora de dormir", dijo Etra con una sonrisa.

“Entonces, gracias”, respondió Ilyin.

A pesar de la petición de Etra, su cama siempre estaba lista. Para su Señora, aún tan poco acostumbrada al aire frío, siempre estaba preparada con una funda de agua caliente cubierta de tela suave bajo la manta. Sólo tenían que quitarla y enderezar la manta para Ilyin.

Etra se excusó mientras Ilyin se preparaba para acostarse.

“Como siempre, gracias", susurró Ilyin a Etra mientras se preparaba para acostarse.

“Descanse bien, señora”, respondió Etra. Se volvió y se fijó en el móvil que colgaba del borde de la cómoda.

“Señora, ¿desea que lo guarde en algún sitio?”, dijo examinándolo. Parecía importante para su Señora. No era buena idea dejarlo por ahí.

Ilyin miró el móvil, el objeto de su madre. No pudo contener los recuerdos de la región cálida cuando lo vio.

“¿O quiere que lo colguemos?”. continuó Etra, sonriendo.

Los ojos de Ilyin se abrieron de par en par ante la sugerencia. Ella no lo había querido colgar en el dormitorio, como si estuviera en la mansión del vizconde. Pero éste era Biflten, su verdadero hogar. Colgar el móvil ahora nunca cambiaría eso.

“¿Puedes hacerlo?” preguntó Ilyin. No era habitual colgar un móvil en el dormitorio de un adulto. Pero Etra asintió.

"Por supuesto, señora. Delrose es suyo", dijo.

Y el séptimo piso también es suyo,pensó. ¿Por qué iba a importarle a la Señora de Delrose lo que pensaran los demás?

“Entonces hazlo, por favor”, dijo Ilyin.

"Sí, señora. Y si me necesita, llámeme cuando quiera", respondió Etra, recogiendo el móvil para ir a buscar algún tipo de cordón que combinara bien con sus colores. Ilyin vio un último destello del móvil al pasar por la puerta antes de que Etra cerrara la puerta tras de sí.

***

Mientras Ilyin dormía, Delrose Rojo terminaba sus preparativos. Aden entró sigilosamente en su habitación, le dio un beso de despedida con cuidado de no despertarla y se marchó con el mismo sigilo. Si todo iba bien, regresaría rápidamente.

Y mientras tanto, Ilyin soñaba.

Abrió los ojos y vio a los Yester cargando por el blanco campo de nieve. Como siempre en sus sueños, los Yester no se fijaron en ella.

El sueño la había puesto en medio de los monstruos. Ilyin se estremeció al ver pasar a las criaturas de escamas anaranjadas.  No podía evitar jadear cuando cada una pasaba cerca, cuando incluso pasaban a través de ella. Guardaba un miedo irracional a que, al igual que el ser de ojos violetas, los Yester se dieran cuenta de repente, la miraran.

Los Yesters se dispersaron, como si quisieran evitar ser perseguidos.

Eso era, pensó. Esta fue la previsión del ataque de Den a la base de los Yesters. Dio un paso adelante, atravesandolos como un fantasma, y luego se desplazó en el sueño a una nueva ubicación en la parte delantera de su base.

¡Kyaaak!

El poder divino de Aden brilló con intensidad frente a la base. Incluso a través del cielo gris y el espeso remolino blanco de la terrible ventisca que los rodeaba, la luz de su poder no disminuía. Le habían dicho que la luz brillaba aún más al fortalecerse en los lugares más fríos. Aquí, donde su poder derretía la nieve y dejaba al descubierto el suelo, la luz sobre la tierra desnuda hacía que pareciera la región cálida.

[¡Atrápenlos a todos!]

La voz de Idith. Los caballeros de Delrose estaban atacando a los Mollys. Como era de esperar, los Mollys no podían aprovechar el viento del norte como lo hacían los Yesters. Se estaban quedando atrás y siendo derribados sin siquiera la oportunidad de usar su magia.

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