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Cómo Sobrevivir Como La Esposa Del Duque Monstruoso Novela capítulo 103

[Traductor: Mayu]

Además de la posible disputa entre las familias, Ilyn sabía que esta intrusión podría significar un baño de sangre dentro de Delrose. Una muchacha con una flor había burlado a los guardias y llegó sin obstáculos ante la señora de Biflten. La idea ridiculizaba la aclamada defensa de los caballeros de Delrose. Si Aden se enteraba de esto, no les iría nada bien a los caballeros que se habían quedado en la casa.

“Entré con eso” dijo la joven, señalando la flor que Ilyn acababa de sostener.

“¿Esto?” respondió Ilyn, dirigiendo sus ojos hacia eso.

“Sí.”

Setoze, el objeto divino de Mille. Ilyn analizó la delicada flor que parecía imposible en la dureza del invierno. Pero entonces, el Objeto Divino de Elo arrojaba un muro de luz que resistía la agresión. El Objeto Divino de Delrose podría encender un fuego que nunca se apagaría. Después de todo, ¿era tan imposible que hubiera una flor invulnerable?

“¿Qué habilidad posee?” preguntó, volviendo a mirar a la joven.

Rippo y Etra la miraron en respuesta. Sus expresiones la hicieron replantearse su pregunta, pero necesitaba saberlo.

“Si es de mala educación preguntar, es aún más descortés que te permitas entrar aquí” dijo, mirando fijamente a Rippo. “¿O deberíamos hablar sólo de tu intrusión?”

“Setoze posee la capacidad de borrar los sonidos provocados por la propia presencia” dijo Rippo en voz baja.

“¿Oh?” dijo Ilyn, mientras sus ojos volvían instintivamente hacia él.

“Con esa flor, puedes pasar desapercibido ante cualquiera” continuó Rippo. Su voz se elevó un poco al decir esto, con un tono presumido.

“¿Incluso monstruos?” preguntó Etra. Su señora había empleado un tono cortés, pero las palabras de Etra sonaban como si la estuviera interrogando. Rippo asintió con la cabeza, con un toque de miedo en sus ojos.

“Así fue como pude entrar a escondidas” dijo.

“¿Incluso con este frío de abril?” preguntó Ilyn. Incluso con el Manto Azul de Nos, el frío era terrible. Rippo de Mille podría proceder de la región invernal, pero incluso ellos rara vez se aventuraban a salir durante el invierno de abril.

“Me monté en el carro de suministros de Mille” explicó Rippo. Había un temblor en su tono. Ilyn estudió su rostro y no percibió ninguna mentira de su parte.

Si Setoze realmente puede hacer eso…

Recordó cuando la vio en la ceremonia de sucesión. Recordó el sonido de la puerta al abrirse. Escuchó los pasos de la chica, el movimiento de su vestido. Pero claro que los había escuchado; no escuchar a alguien que tenías delante sería inolvidable, y Rippo no quería que lo fuese, así que no había empleado su poder en aquella ocasión.

“Es la flor que nunca cae.”

Esa frase se había quedado grabada en la mente de Ilyn. Recordó cómo la muchacha se sonrojó al marcharse después de pronunciarla. Tan diferente de cómo se había comportado la Dama de Elo, tan completa y segura de sí misma en la danza de las costumbres.

“Hay personas de Mille en la mansión” dijo Etra, “ellos envían carruajes de provisiones regularmente.”

“Etra.”

“Diga, mi señora.”

El tono de Etra era más formal de lo usual -ahora no se encontraban aquí los habituales miembros de Delrose del séptimo piso. Había un tono diferente entre los que conocían el secreto de Delrose. Pero le dedicó una breve sonrisa a su señora, poniéndose de pie para que Rippo no la viera.

“Me gustaría conversar con Lady Rippo mientras tomamos un té” dijo Ilyn. Por el momento, aceptaba a Rippo como una importante invitada de Mille ante Delrose.

***

El ambiente en la fortaleza de Elo era caótico. Los refuerzos de la fortaleza secreta de Elo se marcharon con las manos vacías -Aden había llegado antes de lo que esperaban, y él y sus caballeros habían matado a los pocos Yester que quedaban.

“¡¡Aaaarggghh!!”

El Poder Divino de Aden para elevar la temperatura fue devastador para los Yester, quienes se habían reunido para descansar. Gritando, se derritieron en el suelo al igual que la nieve que los rodeaba cuando el poder de Aden cayó sobre ellos, dejando un espacio vacío como un nuevo valle en el paisaje blanco.

Pero una vez eliminados los enemigos que quedaban rezagados, Aden renunció a perseguirlos. Sabía que la tribu quería que los siguiera, quería llevarlos a él y a sus caballeros más allá de la zona segura. En su lugar, reunió a sus caballeros y regresó a Elo.

“¡Gracias!” gritó el pueblo cuando Aden y sus caballeros regresaron a la fortaleza.

Ilyn le había contado que los Yesters eran bastantes. A juzgar por los rastros dejados en el muro, ella tenía razón. Eran demasiados para ser dejados por una docena - tuvieron que haber sido cientos.

“Gracias, maestro” dijeron los caballeros de Elo cuando llegó Aden. Cuando se acercó Aden, primero lo miraron a los ojos, pero rápidamente desviaron la mirada. El ataque de los Yesters, su rescate por Delrose, los había castigado.

“Aumentaré la temperatura mientras la gente se recupera” dijo bruscamente y comenzó a alejarse. Sintió que los caballeros se movían nerviosos detrás de él mientras uno se acercaba.

“¿La orden no perseguirá a los Yester?” preguntó el nuevo caballero.

Aden volteó a mirar al caballero. Le resultaba familiar -Radon, un hombre de acero al que no le importaba mucho más allá que blandir la espada para Elo. Aden ya lo conocía.

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