Cómo Evitar Convertirse En Una Madrastra Cruel Novela capítulo 40

Después de montar juntos en el trineo, Gellerhard y Carl empezaron a construir sus recuerdos uno a uno. En comparación con otros bebés de su edad, Carl ya era más fuerte y un poco más grande. Sin embargo, como cualquier otro niño, todavía estaba lleno de actividad, por lo que las niñeras y yo siempre nos quedábamos sin energía al perseguir a Carl. Sin embargo, Carl ni siquiera había sido un verdadero mordisco para Gellerhard. Gellerhard era lo suficientemente fuerte como para levantar a Carl antes de soltarlo con una mano. No solo eso, también era lo suficientemente ágil para atrapar a Carl, que intentaba correr cada vez que veía algo extraño y había sido un hombre con una buena cantidad de resistencia que nunca perdió el aliento incluso después de jugar con Carl durante una hora. La resistencia de Gellerhard era absolutamente asombrosa. Lo sabía por nuestra experiencia en la cama, pero cuando lo puse al lado de Carl, me quedé realmente impresionado. Carl, que había estado jugando incansablemente por primera vez en su vida, inmediatamente comenzó a seguir a Gellerhard.

"¡Papá!"

Tan pronto como le dije cómo llamar a Gellerhard, Carl comenzó a buscar a su padre tanto como fuera posible durante el tiempo en el que no había podido llamarlo antes.

"Papá está trabajando ahora mismo ~ Entonces, se decidió que tendremos que jugar con él un poco más tarde".

"Ugh..."

Como si quisiera jugar en ese mismo instante, Carl sacudió la cabeza con una cara de descontento. Después de eso, comencé a calmar al niño.

"Seamos pacientes por un rato, nuestro joven maestro, ¿eh? Hasta entonces, pasa el rato con Mandy en su lugar".

"¡Huh! ¡Mandy!"

Aun así, ¿sigo siendo el mejor? Me reí cuando Carl me abrazó. Gellerhard estaba bastante ocupado, por lo que no pudo hacer tiempo para nada más que el momento ya prometido. Pero en cuanto él también empezó a darle a su hijito mucho de su corazón, pasó toda la tarde con nosotros, desde la hora prometida hasta la cena.

Después de jugar con Carl y los otros niños en la guardería, se puso alerta justo a tiempo. Cuando vestí a Carl con ropa cómoda para sus siguientes actividades y lo abrigué con ropa gruesa para evitar que se resfriara, Carl comenzó a correr de un lado a otro al darse cuenta de que ya era hora de que jugara con su padre. Me puse

la ropa y salí a encontrarme con Gellerhard. Nuestro destino para hoy ya estaba fijado desde antes, ya que su perro había dado a luz la semana pasada.

“¡Papá!”,

“¡Carl!”.

Carl, que vio que Gellerhard ya nos estaba esperando, lo llamó de inmediato y salió corriendo. Gellerhard abrazó casualmente a su hijo, que había corrido hacia él como una excavadora. Los que estaban alrededor de Gellerhard observaban la escena con gran satisfacción y, cuando me acerqué, me saludaron mientras me presentaban sus respetos. A medida que Gellerhard y Carl se acercaban, el precio de mis acciones también comenzó a dispararse dentro del Ducado.

"Mandy".

Gellerhard se acercó a mí y me llamó por mi apodo. Bajó la cabeza y pronto me besó la mejilla.

"¡Mandy!"

Carl, que ya estaba en sus brazos, lo siguió y también me besó. Luego, respondí devolviéndole un beso en la mejilla al lindo Carl.

"No puedo hacer nada frente a los niños. Míralos a todos".

Cuando dije que era lindo mientras acariciaba las mejillas rubicundas de Carl, Carl sonrió ampliamente incluso cuando no se había dado cuenta de lo que estaba diciendo. Después de eso, Gellerhard comenzó a hablar con voz ronca.

—Creo que sería una buena idea enseñarle justicia al niño.

—¿Cómo?

—Gellerhard inclinó la cabeza en mi dirección. Mis ojos finalmente se encontraron con los ojos morados que me miraban fijamente. ¿Enseñarle a Carl la idea de la justicia? Mantuve mi contacto visual con él y puse una expresión de desconcierto a cambio.

—¡Mandy!

—Carl sonrió ampliamente y frunció los labios. Ah, una comprensión pasó instantáneamente por mi cabeza. Le di un beso en la mejilla a Gellerhard, que todavía me miraba a los ojos con la cabeza agachada, antes de besar a Carl, que había estado frunciendo los labios. Solo entonces Gellerhard enderezó la espalda. Mientras los tres nos movíamos al unísono mientras dejábamos a los demás atrás, me quejé suavemente a Gellerhard.

—¿Por qué no le enseñas a tu hijo a ser honesto y decirle a la gente lo que quiere primero? —

……

Cuando comparé lo que Gellerhard había dicho antes, Gellerhard se quedó realmente en silencio. Carl, que había estado en los brazos de Gellerhard con calma, de repente dio un pequeño forcejeo antes de bajarse y comenzar a caminar solo.

—¿Qué pasa?

—Bésame

—dijo finalmente Gellerhard con cara de pocos amigos. Pensé que estaba bromeando, pero su expresión era seria una vez más y me quedé absolutamente estupefacta, ya que no se trataba de una situación romántica. Miré a Gellerhard, pero no se retractó de nada. Cuando no parecíamos seguirlo, Carl miró hacia atrás y saludó con la mano. Cuando vi al niño, finalmente mis mejillas se tiñeron de rojo de vergüenza.

—¿Qué está diciendo este hombre ahora mismo? Tenemos un niño aquí.

—También es bueno enseñar a los niños sobre el afecto marital.

El brazo de Gellerhard pronto se envolvió alrededor de mi cintura. Carl se acercó a nosotros como si estuviera pisoteando. Parecía pensar que en realidad estábamos jugando.

—Eso es una tontería.

Empujé el pecho de Gellerhard. Gellerhard fue empujado con una expresión hosca y cuando me dirigí hacia Carl, comenzó a darse la vuelta una vez más.

"Hazlo cuando estemos solos".

"Mi padre y mi madre se habían besado incluso en lugares públicos antes".

Gellerhard se quejó, pero aún así siguió mi ejemplo. Pasó bastante tiempo para que sonara tan malhumorado. Sin embargo, besarse en los labios frente a un niño no había sido un poco así.

"... todavía".

Solo pensarlo había hecho que mis mejillas ardieran de pura vergüenza y bochorno. Miré la cara de Gellerhard y vi que su rostro también estaba rojo llameante. Ver la timidez de Gellerhard de alguna manera me dio un extraño coraje y energía a cambio.

"Hagámoslo en la cama. Podrías poner tu lengua también. Será muy erótico".

“¿Qué es eso?"

Los ojos morados de Gellerhard se volvieron completamente redondos. ¿Uh? ¿No era consciente de eso?

"Hmm, eso es bueno. Te lo haré saber esta noche".

Gellerhard asintió ante mis palabras con una sonrisa. Sus ojos morados brillaron en respuesta antes de que sus hermosos labios se dibujaran en un arco.

Traducido por: Sbd

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