Cómo Evitar Convertirse En Una Madrastra Cruel Novela capítulo 29

“Debes estar cansado, pero no esperaba que vinieras a mi habitación hoy”.

"Sí."

“¿Viniste porque querías hacer algo bueno?”

Cuando le preguntaron con picardía, el duque asintió con franqueza. Sus mejillas estaban más rojas que antes. Tal vez fuera por el calor de la chimenea, por el alcohol o por las cosas buenas.

-¿No lo hiciste solo ahí?

El duque guardó silencio ante mi pregunta. Sus ojos violetas me llamaron la atención. Vamos, con eso.

—No importa si lo haces solo. No lo hiciste con otra chica, ¿verdad?

El duque asintió con fuerza. Ojalá hubiera seguido siendo modesto durante medio año. Le di una palmadita en la espalda al duque. Tenía la espalda encorvada, por lo que se le marcaban la columna y los huesos de las alas, lo que la hacía más irregular de lo habitual.

“Me imaginé haciéndolo con Amanda”.

"¿Ah, de verdad?"

Esto es demasiada información... Las palabras del Duque hicieron que mis mejillas se sonrojaran sin razón alguna.

“Sí, la cara y el cuerpo felices de Amanda…”

Lo que un caballero no diría, dijo el duque sin ningún pudor. Avergonzado sin motivo, evité su mirada. No sabía si el calor en mi mejilla se debía a la mirada apasionada del duque o a la llama de la chimenea.

"Vamos a la cama. Debes estar cansado, así que durmamos un rato".

El Duque se acercó a mí, levantándose obedientemente ante mis palabras. Cuando agarré la mano, el Duque, que levantó mi cuerpo ligeramente, se quitó toda la ropa que le quedaba en el cuerpo y subió a la cama. Yo también me quité la ropa. Toda la ropa cayó al suelo y el Duque abrió los brazos mientras me dirigía a la cama. Por alguna razón, Carl abrió los brazos para pedirme que lo abrazara. De repente, recordé lo que dijo antes de jugar.

“Cuando te fuiste me pediste que te abrazara cuando regresaras ¿no?”

Abracé al Duque, pero fue diferente a lo habitual. Fue más como arrojarme a sus brazos. Cuando abrí los brazos hacia él, el Duque abrazó mi cintura y apoyó su rostro en mi pecho.

—Sí, lo hice. Pensé que lo habías olvidado…

Tenía remordimientos porque lo había olvidado hace un momento, pero no me molesté en revelarlo. El aliento caliente del Duque tocó mi pecho.

—Me alegro de que hayas vuelto sano y salvo, Gellerhard.

—Sí, yo también me alegro de haber vuelto con vida.

El duque apoyó su rostro sobre mi pecho durante un buen rato y me acercó a la cama. Pensé que sería agradable dejar de lado las quejas urgentes y dormir tranquilamente con mi marido, que estaba cansado del alcohol y de un largo viaje.

Pero, ¿será capaz de ponerse de pie cuando esté cansado? La voz del Duque sonó baja mientras sentía el cuerpo del Duque con mi mano y lo sostenía.

"Umm..."

¿Es un triunfo de la juventud? El bulto de carne, bastante blando, comenzó a endurecerse a medida que el calor subía rápidamente cuando lo envolví y lo sostuve en mis manos. El Duque sacudió su espalda y pronto comenzó a masturbarse envolviendo su mano sobre la mía. Los ojos morados, que habían estado más sombríos de lo habitual, rápidamente se nublaron, tal vez por el alcohol o porque estaba emocionado después de regresar hoy.

—¡Ah, Amanda, jaja!

Sus ojos violetas se movieron detrás de mí. Lo besé en su cuello colorado y acaricié su amplio pecho con mi mano, estimulando también los pezones del pequeño Duque. Cada vez que frotaba el pequeño pezón, el Duque se encogía y gemía.

Los ojos morados ligeramente húmedos, el rostro enrojecido y el cuello largo y grueso estaban rojos de excitación, lo que le daba un aspecto muy erótico. El Duque gimió con la boca, pero sus manos envueltas debajo se movieron con bastante brusquedad. Mi mano sostenida en la suya comenzó a humedecerse. El fluido fluyó de los genitales del Duque y sus manos comenzaron a moverse con más brusquedad.

Y al poco tiempo, el líquido turbio se derramó sobre su estómago.

—¡Amanda, ah!

El pecho del Duque subía y bajaba repetidamente. Su cuerpo musculoso, ya sudoroso, estaba brillante. El Duque me soltó y yo apreté y abrí repetidamente el puño. Mi mano hormigueaba porque la apreté con tanta fuerza.

—Oh, mira. Es rojo.

Los ojos del Duque se abrieron mientras yo gruñía con las manos rojas frente al somnoliento Duque.

"Lo lamento."

El Duque, que nunca se había disculpado con nadie, se disculpó rápidamente conmigo. Me sujetó la mano con cuidado con ambas manos y comenzó a besarme. Casi grité ante esa acción inesperada.

Los labios que se rozaron fueron románticos. Sentí cosquillas y vergüenza. Me puse encima de él, sacando mi mano de él. La expresión del Duque mirándome era extraña cuando levanté mi mano para atarme nuevamente el cabello ligeramente enredado.

“¿Por qué? ¿Te cayó algo encima?”

—No, es solo que seguían apareciendo en mis ojos.

"Sexy."

Con el pelo atado de nuevo, puse mi mano sobre el pecho del Duque. Los ojos del Duque captaron mi mano. Deslicé mi cuerpo sobre el vientre mojado del Duque.

"Umm..."

Mientras movía intencionalmente mi cintura y bajaba gradualmente por debajo del cuerpo del Duque, sentí que su pene se levantaba y tocaba mi cadera. Como siempre, parecía un Duque muy enérgico. El Duque de color rojo me miró con los ojos húmedos. Me estaba suplicando con su expresión.

"Amanda."

Su mano acunó mi brazo y lo acarició.

“Amando”

La mano que me acariciaba el brazo y el codo fue subiendo poco a poco, acariciando mi espalda y tocando mi cintura. Levanté la espalda, escuchando una voz dividida por el deseo, a la que llamé con ansia. La mano del Duque, que sostenía mi cintura, se llenó de energía cuando me acosté y froté los penes del Duque, que se mantuvieron erguidos.

Traducido por: Sbd

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