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Posesión De La muñeca De Algodón Del Maníaco Obsesivo Novela capítulo 113

[TRIGGER WARNING: Este capítulo contiene escenas íntimas consensuadas.]

[TRIGGER WARNING: Este capítulo contiene escenas íntimas consensuadas.

* * *

—¿Qué?

Yuri parpadeó con sus grandes ojos. Las lágrimas que aún se aferraban a su cara goteaban por sus mejillas. Independientemente de las lágrimas, Yuri solo miró en blanco lo que estaba frente a él.

Sabía que, estructuralmente, ese pene debería ser similar al suyo, pero no podía entender por qué se veía tan diferente. Había descripciones en la novela sobre el tamaño de Mikael, pero presenciarlo con sus propios ojos era una experiencia completamente diferente a leer sobre ello.

La glande era aproximadamente del tamaño del puño de un niño, y su longitud era casi el doble que la suya.

“¿Cómo puede algo así...?”

Yuri se enfadó con la realidad cuando Mikael agarró sus piernas y las separó.

—¡M- Mikael! Prometiste que no me harías daño. ¿Recuerdas? ¡Dije que odio el dolor!

Todavía en estado de shock al ver la enorme erección de Mikael, Yuri olvidó que estaba exponiendo sus genitales y perineo al estar abriendo sus piernas. La idea de que algo tan grande entrara en su cuerpo lo aterrorizaba.

"Se romperá, se romperá. Incluso Levi se destrozó cada vez en la novela original. Será lo mismo para mí. ¿Qué debo hacer...?”

—¡Se romperá, se romperá!

—Me aseguraré de que eso no suceda.

En respuesta a las ansiosas palabras de Yuri, Mikael sacó un poco de aceite, preparado para evitar lastimar a Yuri.

Mikael vertió el aceite en su mano, y la fragancia de las flores y los aromáticos llenó la habitación. Llevó su mano resbaladiza al perineo de Yuri y extendió el aceite sobre los apretados surcos. La piel allí se contraía bajo su tacto.

Quería sumergirse en ese acogedor agujero inmediatamente. Ver a Yuri abrir bien las piernas en una posición tan erótica hizo que fuera difícil resistirse. Pero no podía hacerle daño a Yuri. Para evitar eso, necesitaba preparar suavemente los apretados e intactos repliegues.

Mikael levantó sólo un dedo y lo empujó lentamente hacia los suavizados surcos, hechos más flexibles por el aceite y su lamida anterior. Los pliegues se agarraron firmemente a su dedo mientras se deslizaba dentro.

—Ja, ah, ugh...

Afortunadamente, no fue tan doloroso como Yuri había temido. Sin embargo, fue incómodo. Sentir que algo entraba en un lugar que nunca había pensado en tener algo dentro le hizo fruncer el entrecejo.

Mientras Yuri se retorció inconscientemente la cintura ante la extraña sensación, Mikael presionó su pelvis.

—M- Mikael... se siente raro…

—Solo aguanta un poco más.

—Ja... ugh...

Mikael retiró su dedo, luego empujó dos dedos, girándolos suavemente para ensanchar la entrada. Yuri agarró las sábanas, sin saber qué hacer.

—¿Duele?

—Ah... en realidad no…

—Está bien.

Después de una breve respuesta, Mikael le dio a Yuri un suave beso en los labios. El tierno beso derritió la expresión llorosa de Yuri, pero fue de corta duración porque Mikael empujó tres dedos dentro, hasta su dedo anular. Sin ninguna recompensa por la minuciosa caricia que había hecho hasta ahora, sus tensos pliegues se estrecharon.

No quería nada más que meterse dentro y follar, pero recordó su promesa a Yuri y contuvo sus deseos. Mientras Mikael movía pacientemente sus dedos, el agujero se abrió gradualmente en respuesta.

—Hng...

Cuando Mikael quitó lentamente sus tres dedos, Yuri ronroneó como un gato contento. La agradable sensación le hizo pensar que tal vez el sexo no sería tan malo. Con un corazón más relajado, Yuri miró a Mikael.

—Voy a ponerlo ahora.

—Está bien, ja- ¡argh!

Yuri ni siquiera pudo terminar su breve respuesta antes de que Mikael comenzara a empujar. El dolor que nunca antes había experimentado le hizo gritar. Tres dedos habían sido soportables, incluso agradables. Pero había olvidado que el pene de Mikael era mucho más grueso y más grande, estaba en un nivel completamente diferente al de sus tres dedos.

A medida que la enorme glándula forzó su camino hacia adentro, se sintió como si pudiera desmayarse. Su visión se desenfocó, alternando entre blanco y negro. Su mente se sentía distante.

—Aah, eso, duele, uf...

Las únicas palabras que salieron fueron sobre el dolor. A pesar de eso, la erección de Mikael continuó empujando más adentro. Parecía que su agujero se rasgaría, sus entrañas estallarían y su cuerpo se partiría en dos. Era un tipo de dolor completamente nuevo que nunca había experimentado.

—Duele, duele,sollozo, dijiste que no dolería, ugh, Mikael, te odio, ugh,ah.

Yuri jadeó y desahogó su frustración. Quería escapar, pero con Mikael sosteniendo su cintura firmemente, no había manera de escapar. No es que pudiera moverse de todos modos, ya que el dolor lo inmovilizó.

Mikael dejó de moverse tan pronto como Yuri comenzó a llorar.

La tensión en el agujero de Yuri también le causó dolor, haciendo que sintiera que su pene se iba a romper. Pero el dolor de Yuri era más importante que el suyo.

Viendo el pecho plano de Yuri subir y caer rápidamente con cada respiración, Mikael tomó una decisión.

—Hgh, ¿qué estás haciendo?

—Lo voy a sacar.

No había manera de que pudiera forzar esto cuando Yuri estaba sufriendo tanto.

Por mucho que quisiera tener sexo con Yuri, su deseo no podía sobreponerse al sufrimiento de Yuri.

Sin embargo, en lugar de dar la bienvenida a sus palabras, la expresión de Yuri se retorció extrañamente, y luego gritó enojado.

—¡¿Qué puedes hacer con eso?!

Mikael se detuvo en seco, pausando su retirada, y esperó las siguientes palabras de Yuri.

—Si ibas a parar, ¡no deberías haber empezado en primer lugar! ¡Duele! ¡¿Lo empujas dolorosamente, y ahora te estás retirando?! Si desenvainas una espada, ¡al menos deberías cortar un rábano o algo así! ¡¿Qué tipo de gwanggong se detiene a mitad del sexo?!

Mikael no pudo evitar reírse del arrebato de Yuri. Hace un momento, había estado llorando por el dolor, y ahora estaba gritando con tanta energía. Pero Mikael se compuso rápidamente y miró a Yuri en silencio.

—¿Por qué? ¿por qué? ¿qué es? —Yuri tartamudeó, tal vez sintiéndose cohibido después de gritar.

Mikael le dio un suave beso en los labios y lo sacó, mirándolo con ojos relajantes.

—Duele, ¿verdad?

—S-sí, pero...

—¿Estás seguro de que estás bien?

—N-no estoy bien, pero ya hemos llegado muy lejos. No podemos parar ahora.

Mikael asintió ligeramente a la decidida respuesta de Yuri. Si eso era lo que Yuri quería, tampoco había razón para que él retrocediera.

—Entonces, incluso si dices que pare, voy a seguir adelante.

—...Está bien.

—Incluso si dices que no puedes hacerlo, voy a seguir adelante.

—...Dije que está bien.

—Incluso si dices que duele, voy a seguir adelante.

—E-entonces solo haz que duela menos.

—Lo intentaré.

—¡No lo intentes, solo hazlo! ¡Ahg!

Antes de que Yuri pudiera terminar su frase, el enorme pene de Mikael se sumergió en el interior de Yuri. En un instante, tanto su abdomen inferior como su superior estaban completamente llenos.

Yuri ni siquiera podía dejar salir un gemido, solo se las arregló para tomar respiraciones andrajosas y jadeantes. Sus ojos medio en blanco, totalmente aturdidos.

—Yuri, respira.

—Ja, aaah, aaah...

A pesar de la orden urgente, Yuri solo podía jadear.

Mikael lo besó rápidamente, forzando aire en sus pulmones. Incluso entonces, Yuri luchó por recuperar sus sentidos. Mikael repitió la respiración artificial un par de veces más.

Después de algunos intentos más, la respiración de Yuri comenzó a normalizarse, todavía rápida pero no alarmante.

—Uf, me estoy muriendo...

Al escuchar esas palabras, Mikael sintió una sensación de alivio. Si Yuri pudiera hablar así, significaba que estaba aguantando.

—¡Ja, ah! ¡Ah, ugh!

Mikael, aliviado, movió lentamente su cintura, y el hermoso cuerpo desnudo debajo de él tembló. Se quejaba de que iba a morir, y los gemidos húmedos fluían de sus labios.

Los dulces sonidos estaban volviendo loco a Mikael.

Sintió una abrumadora necesidad de empujarlo y penetrarlo bruscamente. Quería ver a Yuri llorando y rogándole que se detuviera. No se había dado cuenta de que tenía tal deseo tan sádico.

—No puedo contenerme más.

Traducción: Arkonte.

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