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Posesión De La muñeca De Algodón Del Maníaco Obsesivo Novela capítulo 84

Poseyendo a la Muñeca de Algodón del Maníaco Obsesivo

—¿Q-qué? ¿Por qué te ríes tanto?

Yul retrocedió en silencio. Temía que Constantine, que ya estaba ligeramente loco, enloqueciera aún más. Constantine, consciente o no de los sentimientos de Yul, se limitó a sonreír dubitativamente.

Con un sentimiento ominoso provocado por esa risa, Yul de repente saltó de la mesa.

Se balanceaba con el algodón revoloteando de su mano perforada. Yul comenzó a huir de él, contoneándose sobre sus cortas piernas, sin siquiera pensar en lo ridículo que se veía.

—¡Uf, déjalo ir! ¡Suéltame! ¡Déjame ir!

Lo atraparon rápidamente, pero fue en vano.

Yul agitó sus cortas extremidades en un intento de escapar de las garras de Constantine. Era lo mejor que podía hacer, pero no fue suficiente para liberarse de su fuerte agarre.

—¿Por qué huyes? ¿Tienes algo de qué tener miedo?

—¡Eso es porque me estás mirando con recelo! ¡Tus ojos están rodando, bastardo!

—¿Ojos? ¿Dijiste ojos, justo ahora?

—Mírate en el espejo, esos son tus ojos, obviamente. ¡Es el destello!

Yul respondió bruscamente a la pregunta de Constantine sin retroceder. Entonces, el hombre soltó una risa absurda. Yul no desaprovechó la oportunidad y golpeó la mano de Constantine.

¡Golpe!

Por supuesto, incluso si golpeara tan fuerte como pudiera con su mano de algodón, no podría hacer mucho daño.

Yul abrió la boca tan fuerte como pudo, pensando que al menos debería morder. Recordó el recuerdo de él mordiendo a Mikael antes, y lo replicó.

Sin embargo, Constantine no fue tan fácil de derrotar. Antes de que Yul pudiera hacer algo, lo agarró por la cabeza y lo arrojó de nuevo a la manta en la que estaba envuelto durante el secuestro y lo envolvió.

—Mantén la calma. Puede que no sientas ningún dolor, pero no quieres ser miserable.

—¡No puedo respirar, no puedo respirar!

—Mucho más tranquilo. Mucho mejor.

—¡Uf, qué imbécil!

Yul se retorció bajo la manta. La manta tembló débilmente, pero eso fue todo. Pronto, Yul, agobiado por el peso de la gruesa manta, se hundió de agotamiento.

Yul tomó la profunda determinación de escapar del hombre a toda costa y rechinó tanto los dientes que podría hacerlos pedazos.

* * *

Mientras tanto, Mikael envió apresuradamente a su cochero a la mansión para llamar a Caleb. Y como podría necesitar la ayuda de Andrei, también envió un mensaje al palacio imperial.

En caso de que llegara una situación en la que tuviera que moverse solo antes de que llegara la ayuda de Caleb y Andrei, uno de los caballos que tiraban de la carreta se mantenía a su lado.

Mientras esperaba ansiosamente a Caleb, se devanó la mente para averiguar quién era el tipo que secuestró a Yuri.

Lo primero que le vino a la mente fue, por supuesto, la Santa Sede. Se preguntaba si la Santa Sede, que no se había echado atrás debido a su anterior operación fallida, estaba conspirando contra él. Dado que la Santa Sede estaba ideando derrocarlo, era una hipótesis plausible.

Sin embargo, el perpetrador hizo las cosas con demasiada impulsividad como para afirmar que era obra de la Santa Sede.

No había forma de que ellos, que valoraban mucho la imagen externa, irrumpieran en las casas de la gente del imperio a plena luz del día. Además, incluso había niños en la casa. Si no les importara eso, sin duda enfrentarían una reacción violenta por cometer algo inhumano.

La siguiente persona que me vino a la mente fue Marina Wilson. Ella podría haber hecho esto, sintiéndose resentida por la amenaza que hizo la última vez. Además, ella era una de las personas que conocía la identidad de Yuri. Dado que Yuri era el objetivo principal de este caso, no podía descartar la posibilidad de que fuera ella la culpable.

Sin embargo, la escala de este incidente fue demasiado grande para ser considerada como obra de Marina. Tenía miedo incluso de difundir rumores sobre Yuri, probablemente no podría atreverse a secuestrar a Yuri.

—¿Quién demonios es? —murmuró Mikael con amargura.

Había un escalofrío en la voz que no podía ocultarse. Estaba decidido a que si atrapaba al culpable, lo despedazaría miembro por miembro de inmediato.

—¿Esirene?

La voz de Mikael bajó aún más. Al menos sabía que le guardaba rencor a la familia Orlov por lo que había sucedido en su infancia. Después de ese incidente, se volvió vengativo a cada paso, y no ocultó su hostilidad hacia él y hacia la familia Orlov.

Pero para verlo como una obra suya, no podía entender cómo el bastardo sabía sobre la existencia de Yuri y planeó tal cosa. Para elegir solo a Yuri y secuestrarlo, tendría que al menos conocer la verdadera identidad de Yuri. Pero no había evidencia de que supiera algo.

—Pero... Es un poco lo que me molesta.

Contó a las personas que podrían haber secuestrado a Yuri una por una, pero la más probable era Esirene.

No sabía cómo se enteró de Yuri, pero una vez que se extendieron los rumores por todo el imperio de que el archiduque Orlov estaba jugando con una marioneta relacionada con la magia negra, podría haber descubierto la identidad de Yuri a través de eso.

Además, teniendo en cuenta su carácter, no podía dejar de lado la posibilidad de que estuviera chismoseando a sus espaldas.

Mikael tomó una decisión rápida.

—-Liena.

—¿Sí?

—Iré a casa de Esirene. Cuando Caleb venga, dile que llame a Marina Wilson. Cuando venga alguien de la familia imperial, dile que consulte con la Santa Sede.

—¡Ah, ya veo! Pero, ¿va usted solo? ¿No sería eso demasiado peligroso?

Liena, que había dejado de llorar mientras tanto, preguntó con expresión de preocupación. Al verla decir esto a pesar de que era una niña que no tenía idea del peligro que podría esperarle, parecía bastante impactante verla decir esto.

—Está bien. Lamento no haber podido quedarme contigo.

Mikael se disculpó por dejar su puesto, dejando a la niña sola, a pesar de que era consciente de la ansiedad de Liena.

Quería quedarse el mayor tiempo posible hasta que llegara Caleb, pero era más urgente para él rescatar a Yuri.

—¡No, estoy bien! Debemos darnos prisa y salvar a Yuri. —insistió Liena mientras agarraba el dobladillo de su falda. Había un oscuro miedo en su pequeño rostro, pero su voz era firme. Parecía que ella también esperaba desesperadamente el rescate de Yuri.

—Entonces dejaré que te ocupes de eso aquí.

—¡Sí! ¡Cuídese!

Mikael asintió levemente a las palabras de Liena y salió de la casa. Se subió al corcel que había sido atado frente a su puerta y agarró su caballo con fuerza. Pronto, con un gran estrépito, su caballo galopó por el camino.

La gente despejó el camino hacia un lado para evitar al caballo que venía corriendo a una velocidad aterradora. Inclinaron la cabeza preguntándose qué estaba pasando, luego bajaron rápidamente la cabeza cuando se dieron cuenta de que el que montaba el caballo era el archiduque Orlov.

De cualquier manera, Mikael estaba ocupado dirigiéndose a la residencia del Esirene. Lo único más rápido que la velocidad de su caballo al galope eran los latidos de su corazón.

* * *

—¡No, dije que no lo hicieras!

Yul estaba bajo la manta mientras Constantine lo apretaba. Agregando su fuerza al peso de la gruesa manta, sintió como si estuviera siendo aplastado por una sartén para gofres de doble cara. Trató de darse la vuelta con frustración, pero nada salió como él quería porque estaba muy envuelto en la manta.

—Entonces dime, ¿quién es Yuri?

—¡No, ¿qué se supone que debo decir mientras me estás torturando así?! ¡Tal vez no te lo diré incluso si cooperas!

Yul replicó obstinadamente a las palabras de Constantine.

De hecho, incluso si cooperaba, no tenía intención de responder a su pregunta porque no parecía beneficiarse de decirle que él era Yuri. Pero antes que nada, era frustrante ser asfixiado, por lo que se preguntó si Esirene dejaría de acosarlo si decía esto.

—Je, eso ni siquiera es gracioso.

La persuasión fue en vano.

Al final, Yul tuvo que soportar su propio momento doloroso, siendo constantemente amasado y triturado como masa de pastel de arroz.

Pero mientras tanto, surgió otro problema. Era porque un dolor de cabeza ominoso había comenzado a aparecer. Yul, que ya había experimentado el mismo dolor de cabeza varias veces, sabía lo que significaba este dolor de cabeza.

Al final de un terrible dolor de cabeza, se convertiría en un ser humano.

Y si se convertía en un humano estaría realmente jodido.

Al ser una muñeca, no dolía incluso si lo golpeaban con una brocheta de hierro caliente, pero cuando sí se convertía en humano, la historia sería completamente diferente. Yul clamó fervientemente a Dios, a quien solo buscaba cuando estaba desesperado, y oró para que no sucediera el trágico evento de convertirse en humano.

—Uh, ugh…

Sin embargo, parecía que Dios no tenía intención de conceder el deseo de Yul, tal vez porque era una deidad a la cual solo buscaba en tiempos desesperados. El dolor de cabeza no hacía más que empeorar.

Bip, bip, bip, bip.

Un sonido mecánico desconocido llegó como una alucinación auditiva. No era un sonido que se escuchara en el mundo en el que Yul se encontraba actualmente. En el momento en que se dio cuenta de que el sonido provenía del otro lado, Corea, pensó que podía escuchar el sonido de la ropa rasgándose, y el cuerpo de Yul creció docenas de veces más.

Yul se aferró con fuerza a la manta que cubría su cuerpo. Se negaba a mostrarle a Constantine su cuerpo desnudo con las ropas rasgadas.

—¿Qué es esto…?

La voz sobresaltada de Constantine le perforó los tímpanos. Por mucho que Yul se hubiera envuelto en una manta, había crecido mucho más, así que no había forma de que la otra persona no supiera que algo había cambiado.

“¡Maldita sea, ¿qué debo hacer?!”

Nervioso, Yul tragó saliva secamente, pero Esirene se echó a reír cuando vio el cabello rosado que sobresalía de la manta.

—Jajaja... Tenía dudas sobre si era cierto.

—…

Como si hubiera predicho esta situación, Yul cerró los ojos ante las palabras de Constantine. En ese momento, una voz fría perforó el tímpano de Yul.

—Cuando eras una muñeca, dijiste que ninguna cantidad de tortura te haría daño, pero ¿qué pasará ahora que te has convertido en un humano?

Traducción: Arkonte.

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