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Posesión De La muñeca De Algodón Del Maníaco Obsesivo Novela capítulo 51

Yul, que inconscientemente saludó a la niña que se había presentado brillantemente como “Liena”, rápidamente cerró la boca con sorpresa. Porque había recordado que Mikael le había pedido no hablar descuidadamente frente a otros.

Yul disimuladamente echó un vistazo hacia Mikael. La expresión de Mikael parecía decir “Obviamente, tú harías eso.” Afortunadamente, no parecía molesto o conmocionado. Sólo entonces, Yul dejó escapar un suspiro de alivio desde su corazón.

Tan pronto como se alivió de que Mikael no estuviese molesto, un nuevo sentimiento de curiosidad se elevó en su lugar.

Había escuchado el nombre “Liena” en algún lugar, pero no podía recordar dónde. Mientras se cuestionaba al respecto….

—Yuri, esa niña es Liena, la hermana de Caleb.

“—Caleb, tienes una hermana menor, ¿verdad?

—¿Sí? Sí. Así es. ¿Se refiere a Liena? ¿El Archiduque no sabía sobre Liena?

—Sí, lo sabía. No es sobre eso por lo que tengo curiosidad.

—¿Entonces?

—Entonces, ¿alguna vez has visto a Liena jugar con muñecas?

—Sí, por supuesto. Le compro una nueva para cada cumpleaños.”

Cuando Mikael había lavado y retorcido a Yuri por todos lados, Yul recordó cómo había llamado apuradamente a Caleb para preguntarle sobre Liena. Parecía que Liena se trataba de la niña que tenía frente a él justo ahora.

—Así que puedes hablar.

—Ajá. Lo hubieras dicho antes.

Yul gruñó a las palabras de Mikael. Entonces, los ojos de Liena brillaron.

—¡Wow, realmente hablas! Mi hermano dijo que era una muñeca increíble, así que sí es cierto.

—Ajem,hmmm. No soy tan increíble.

—Entonces, Yuri, abriré el estómago.

—¿Huh? ¿Uh? Por qué el estómago-

Antes de que tuviera tiempo de detenerla, Liena le subió la camisa a Yul. Por supuesto, el estómago era claramente visible, y los agujeros perforados por las flechas también quedaron al descubierto.

—Oh, mira el agujero. Debe ser muy doloroso, Yuri. ¡Te sanaré bien!

Liena dijo eso y levantó una aguja afilada. La aguja puntiaguda brillaba intensamente.

—¡Aaahhh, arghhhhh! Sálvame, Mikael!

Yul, que vio la aguja, gritó asustado. Intentó escapar, forcejeando con sus cortas piernas, pero quedó atrapado en la mano de Liena y no pudo moverse.

—No pasa nada, Yuri. Confía en mí. No te haré daño.

—¡Duele, dolerá, dolerá! No, aunque no duela, ¡no quiero!

¿A quién le gustaría que le cosieran la piel con una aguja estando totalmente sobrio?

Por supuesto, Yul era una muñeca, así que estaba cosido de tela, no de piel, pero la sensación de miedo era la misma.

Sin embargo, por mucho que luchara Yul, era imposible escapar de las garras de los humanos, a menos que realmente fuera Chucky o Annabelle.

Eventualmente, una aguja afilada se clavó a través de la tela perforada de Yul.

—¡Aaaaargh! No me duele. No me duele, ¡pero lo odio!

Mikael sacudió la cabeza ante el grito agudo. El libro que estaba leyendo se lo había prestado Andrei, y tenía que ver con magia antigua.

La magia negra estaba estrictamente prohibida en el Imperio, así que no podía conseguir un libro relacionado con ella, pero el libro que le prestó Andrei también mencionaba someramente la transferencia de almas.

Leía cada recoveco del libro, con la esperanza de poder desvelar el secreto de Yuri, al menos un poco. Mientras tanto, Yuri gritaba tan fuerte como podía.

—¡¡Aaaaarghh!! ¡¡Lucky!! ¡Sálvame, ayuda a papá! ¡Mikael, traidor!

Yul llamó a Lucky y Mikael entre los gritos y armó un alboroto. Era una habitación tan grande y él era una muñeca pequeña, así que su voz no llegaba ni a Lucky, que dormía en la esquina de la valla del otro lado.

A pesar del llanto exagerado de Yul, Liena continuó hábilmente su costura. Pese a su corta edad, dominaba a la perfección la costura. Como a Liena le encantaban las muñecas, no se limitaba a jugar con ellas, sino que también las reparaba y remodelaba cuando era necesario.

De hecho, aunque Yul no lo sabía, Liena era la directora de un famoso hospital de muñecas de la ciudad. Con su extraordinaria habilidad para restaurar muñecas desgastadas o rotas, había reparado innumerables muñecas. Solía ganarse un dinerillo arreglando muñecas sin que Caleb, su hermano, lo supiera, y utilizaba el dinero para comprarse muñecas nuevas.

Liena podía reparar una muñeca que pareciera salida del infierno tras haber recibido excesivo cariño de los humanos durante décadas. Para ella, el agujerito de la barriga era como un chicle.

Las partes sucias también quedarían tan limpias como una muñeca nueva con el toque de Liena, la jefa del hospital de muñecas.

—Tienes la barriga delgada. Te pondré un poco más de algodón.

—¡Eek, no hace falta que te pongas eso!

Hagamos dieta esta vez. Yul escuchó las palabras de Liena con asombro, incluso en medio de un griterío frenético, y rechazó su oferta de inmediato. Luego sacudió la cabeza con expresión decidida.

—No. Si no hay algodón aquí, la tela se moverá.

—-¡No pasa nada si se mueve un poco!

—Aish, ¿he dicho que no? Entonces, el algodón del lugar hinchado se mueve a otro lugar. El algodón de las piernas va al estómago, y el algodón de la cabeza va al estómago. Entonces te convertirás en una muñeca fea.

—...

Ante las palabras de Liena, Yul se mordió la boca con fuerza. No le importaba convertirse en una muñeca fea, pero le molestaba que el algodón del interior de su cuerpo pudiera moverse.

Es extremo, pero qué pasaría cuando el algodón del interior del cuerpo se moviera, ¿no lo había experimentado ya una vez por culpa de Mikael?

—Ves. No te gusta eso, ¿verdad? Por eso tengo que poner más algodón.

—De acuerdo.

Al final, Yul no tuvo más remedio que seguir las palabras de Liena. Pero surgió otro problema. Liena le metió el algodón, pero por alguna razón sintió su cuerpo lleno y pesado.

—Um, Liena.

—¿Sí?

—El algodón. ¿No estás poniendo demasiado?

Eso era. No sabía cuánto algodón era la cantidad correcta que debería haber en su cuerpo, pero podía sentir que la cantidad de algodón que empujaba hacia dentro como si la tela estuviera a punto de reventar era excesiva. Yul miró a Liena con el rostro más redondo.

—Desde siempre, las muñecas son adorables sólo cuando están llenas de algodón.

—No, pero yo no quiero ser adorable.

—¡¿Qué dices, Yuri?! No digas tonterías. ¡Las muñecas tienen que ser adorables!

—Ese prejuicio…

—Mira. ¿No es mucho más lindo?

Liena cortó las palabras de Yul y le enseñó el espejo. Su reflejo en el espejo era más redondo que antes.

Por supuesto que era tan lindo como ella decía. No era simplemente que el algodón estuviera bien apretado, sino que era gracias a la forma en que el algodón estaba repartido por todo el cuerpo de la muñeca.

—Sniff... Me engordé.

“Mikael, lo siento. Todavía me cuesta usar la ropa, pero creo que va a ser aún más difícil en el futuro.”

Yul le entregó a Mikael una sincera disculpa desde el fondo de su corazón.

Mientras tanto, el estómago de Yul estaba perfectamente arreglado. Se sorprendió al ver que la nueva tela había sido acolchada de nuevo y no dejaba marcas de puntadas.

—Vaya, Liena. Es realmente genial. No se nota nada.

—¿Verdad? Te dije que confiaras en mí.

Liena sonrió orgullosa.

Durante la conversación, la mirada de Mikael, que había estado fija en el libro, se desvió hacia Yuri. Sólo miraba de lejos, pero podía ver que el estómago de Yul, que tenía un agujero, se había restablecido por completo.

De hecho, no había podido decir nada durante un rato, pero cada vez que Yul se movía, derramaba algodón por su chaqueta, lo que hacía que le doliera el corazón.

Por mucho que no pareciera dolerle y no pareciera importarle mucho, a Mikael le dolía que Yul se hubiera puesto así por su culpa.

Aún le hormigueaba un rincón del corazón cada vez que pensaba en la conmoción de aquel día, pero ver al Yuri arreglado hacía que su corazón se sintiera mucho más ligero.

—Y ahora, ¿nos lavamos?

En ese momento, la viva voz de Liena rompió los pensamientos de Mikael.

—¡¿Qué?!

Yul se asustó al oír las palabras de Liena. Aunque se trataba del cuerpo de una muñeca, era porque le resultaba pesado e incómodo confiar el baño a alguien que no fuera Mikael.

—Espera, Liena. Yo lo haré.

Y esa sensación era la misma para Mikael. Seguro que los demás se reirían de él por estar especialmente nervioso con una muñeca, pero no podía dejar que nadie más lavara a Yuri

Traducción: Arkonte

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