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Posesión De La muñeca De Algodón Del Maníaco Obsesivo Novela capítulo 50

Yul, que había estado observando silenciosamente el césped donde ella había desaparecido, abrió su boca, susurrando.

—Sin importar qué, ¿cómo puedes  decir que vas a matar a alguien? Y esa mujer, ella es quien ayudó a Mikael en la historia original.

—No me ayudó en ni mierda.

Aunque él la mantuvo con vida porque pensó que sería útil, Mikael no esperaba grandes cosas de ella, así que las palabras de Yuri eran divertidas para él.

—Ah, hablo en serio, ¿okay?

Yul respondió, lanzando una mirada resentida a Mikael, como si hubiera sido acusado falsamente. Justo como antes, mantuvo su voz tan baja como fuera posible para que otros no la escucharan, tanto que incluso Mikael no podía escucharlo.

En ese momento, una flecha voló hacía ellos desde alguna dirección.

Yul, que vió la flecha dirigirse hacia Mikael, se movió inconscientemente. Con toda la fuerza de sus cortas piernas, saltó fuera del bolsillo de Mikael. Aún así, sólo se movió dos o tres centímetros, pero fue suficiente para detener la flecha volando hacia el corazón de Mikael.

—Uh, ughh…

Yul gruñó y cayó a los pies de Mikael.

Todo esto sucedió en un instante.

—¡¡¡YURI!!!

Mikael gritó con urgencia y cuidadosamente tomó a Yul. Yuri, cuyo cuerpo fue perforado por la mitad, tenía sus dos grandes ojos cerrados tensamente.

—Demonios, Yuri. Abre los ojos. Equipo médico, ¡equipo médico! ¡Mierda!

Mikael, que sacudía el cuerpo de Yuri, fue al centro médico, gritando, sólo para hallar al personal de seguridad desplegado en todas partes. Debían tomar medidas de emergencia pronto.

Los ojos rojos de Mikael se estremecieron con impotencia. El miedo de perder a Yuri le rodeaba.

Fue en el momento en que iba a comenzar a derramar lágrimas, aquellas que se habían formado sin su conocimiento…

—Oh, no estoy muerto.

Yul abrió sus ojos y cuidadosamente tocó con sus cortos brazos la flecha que había perforado su estómago. Sintió un dolor terrible en el momento en que fue impactado por la flecha, pero debió haber sido sólo un sentimiento. No sentía nada al tocarla.

—Mikael, mira esto. Hay una flecha atrapada en mi estómago. Se siente bastante extraño.

—...

—¿Mikael?Hick, Mikael, ¿estás llorando?

Yul, que había llamado a Mikael con una voz clara, miró su rostro, sorprendido por la ausencia de una respuesta. Entonces, Yul, que encontró lágrimas en los ojos de Mikael, dudó de sus propios ojos.

—...Silencio.

—Pero…

—Cierra la boca, a menos que quieras ser perforado por otra flecha.

—Sí.

Ante las palabras de Mikael, Yuri rápidamente cerró su boca, como si nunca la hubiese abierto.

Mikael frotó su rostro sin decir una palabra. Había estado tan conmocionado que por un momento olvidó… el hecho de que Yuri es una muñeca.

Era sorprendente que estuviese bien después de haber sido golpeado por una flecha, pero al pensarlo bien, habría sido más extraño que se tratara de una herida fatal cuando ni siquiera tenía órganos en su cuerpo o sangre en sus venas como los humanos.

Era vergonzoso estar asustado de que algo le suceda a Yuri, una muñeca. Sin embargo, el alivio que sintió sobre el hecho de que Yuri estaba bien era aún más grande que eso.

Al mismo tiempo, el enojo hacia la persona que disparó la flecha se encendió. Al menos, algo grave estuvo a punto de sucederle a Yuri. Por supuesto, estaría bien mientras fuera una muñeca, pero el hecho de que había sorprendido a Yuri no había cambiado.

—Mikael, ¿puedes retirar esa flecha? No duele, pero… ¿cómo decirlo? No se siente muy bien.

—Está bien.

Por petición de Yuri, Mikael extrajo la flecha atrapada en su cuerpo. El algodón blanco se había enredado en la punta y brotó.

—Jadeo, mis órganos… ¡Oh, no! ¡Mi algodón! ¡Se me sale todo el algodón!

Normalmente, los órganos sí saldrían en esta situación, pero del cuerpo de Yuri salió suave algodón.

Mikael intentó remover de la flecha tanto algodón como fuera posible y empujarlo dentro del hoyo, pero su estómago se volvió más delgado que antes.

—Tengo una fisura…

Yul murmuró en voz baja.

Después de que la flecha fuera retirada, un feo hoyo había perforado su estómago. Afortunadamente, no había sido penetrante, así que no había salido por la espalda, pero ya que era un cuerpo pequeño, el hoyo hecho por la flecha era relativamente grande.

—... Te sanaré, aguanta un poco.

—Pero, ¿cómo sanas esto? No puedes ir al hospital y pedir puntos de sutura. ¿Me repararán si me llevas a una lavandería? No, espera. Entonces, ¿me van a coser sin anestesia? Juju. Terrible.

Yul, perdido sólo en su imaginación, parloteó.

Mikael también estaba profundamente preocupado sobre cómo sanar a Yuri, pero no podía dejar su estómago abierto de esta forma, así que tenía que hacer algo. Mientras estaba perdido en sus pensamientos durante un largo tiempo, una persona que podía curar a Yuri apareció en su mente.

—Mikael, ¡¿qué sucedió?!

—¡Archiduque! ¡Archiduque! ¡¿se encuentra bien?!

En ese momento, Andrei apareció, montando salvajemente junto a Caleb. Ellos debieron haber estado apresurados, a juzgar por la pesada respiración de sus respectivos caballos.

—Escuché que llamaba al personal médico, ¿está herido?

Parecía que había oído a Mikael buscar urgentemente a los médicos.

Caleb saltó de su caballo y corrió hacia Mikael. Miró a su Lord con preocupación en sus ojos.

—Estoy bien. No estoy herido.

—Entonces…

La mirada de Caleb, que había inclinado su cabeza debido a las palabras de Mikael, se detuvo en cierto punto. Había visto el estómago abierto de Yuri.

—¿Acaso la razón por la que buscaba al personal médico…?

—Shh. No digas más.

—...Ni siquiera quiero.

Caleb sacudió la cabeza, como si estuviera sin energía. Afortunadamente su Lord estaba a salvo, pero la razón de aquella voz desesperada que nunca antes había escuchado era una muñeca herida. El shock hizo que su corazón doliera.

—¿Realmente estás bien? ¿No estás herido en ningún lado?

—...

—...Oh, el amiguito está hecho harapos.

—¡Harapos! ¡¿Qué harapos dices?!

Andrei, cuya voz sonaba preocupada, también pareció entender la situación. Estalló en carcajadas como si fuera algo absurdo.

—Una flecha llegó volando. Apuntaba directo a mi corazón.

—¿Qué?

—¡¿Perdón?!

Ante las palabras de Mikael, la atmósfera se tornó seria de nuevo por un instante.

Ellos pensaron que había sido un simple incidente, pero no lo era. El culpable debía ser arrestado e investigado, fuese un error o no. Pero, incluso si fue un error, no era un caso ordinario dado que casi lastima al Archiduque.

—Yuri recibió la flecha en mi lugar.

—¿Qué?

Andrei, sorprendido por las palabras de Mikael, miró una y otra vez entre Yuri y él. Fue sólo entonces cuando entendió la urgencia en la voz de Mikael. Se debía a su sorpresa y frustración debido a que Yuri, a quien quería tanto, había recibido la flecha en su lugar.

—... Ya veo.

No sabía exactamente qué había sucedido ya que no había estado presente, pero tenía la certeza de que la pequeña muñeca había salvado a su amigo.

Andrei miró fijamente a Yuri. Aún tenía preguntas sobre su identidad, pero, por más preocupante que fuera, no parecía ser una amenaza para su amigo.

—Gracias.

—Oh, no. ¡No fue nada!

Yuri sacudió su cabeza mientras la voz grave de Andrei le agradecía, avergonzado. Al ver esto, Andrei empezó a reír, sintiéndose más tranquilo.

Andrei dió por terminada la competencia de caza abruptamente porque alguien le había disparado al Archiduque.

Mientras la verdadera razón del incidente era investigada, un aire ominoso arrasó a través de la familia imperial y las familias nobles.

Sin embargo, Yuri, la más grande víctima de este incidente, se encontraba comiendo pastel de helado cómodamente en la mansión Orlov, sin conocimiento alguno.

Toc, toc.

La cabeza redonda de Yul se inclinó hacia un lado junto al sonido de la puerta.

—Adelante. —dijo Mikael con voz impasible.

Justo cuando Yul iba a tomar otro bocado del pastel, pensando que sólo se trataba de Caleb, Levi o Andrei, juzgando por la forma tan cómoda en que la persona entró a la habitación…

—¡Hola, Archiduque!

Sorprendido

Traqueteo.

Sorprendido, a Yul se le cayó el tenedor. Mientras se encontraba atónito, sin saber qué hacer, la niña se detuvo justo frente a Yul.

La niña miró a Yul, quien también miró directamente a la niña.

Yul se congeló, sin saber cómo reaccionar en una situación tan vergonzosa.

—¿Hola, Yuri? Soy Liena.

—Oh, ¿hola?Jah.

Traducción: Arkonte

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