0%

Posesión De La muñeca De Algodón Del Maníaco Obsesivo Novela capítulo 18

Poseyendo a la Muñeca de Algodón del Maníaco Obsesivo

Capítulo 18

Mikael, quien estaba a punto de abrir la puerta, vaciló ante el sonido que escapaba a través de la puerta. Caleb, a su lado, abrió los ojos y miró alternativamente entre la puerta y el rostro de Mikael.

—Ah, ¿qué es ese sonido… al interior?

—... Caleb, escúchame primero…

—¡¿Qué clase de persona se atreve a maldecir al Archiduque?!

Antes de que Mikael pudiera detenerlo, Caleb abrió la puerta con una fuerza aterradora. Desenvainó la bayoneta en su cintura a la velocidad de la luz. El brillo azul de la hoja lucía excepcionalmente afilada.

—... ¿eh?

Pero, pronto, Caleb dejó salir un vago sonido.

Se debía que la única cosa que veía frente a él, quien venía a atrapar al bastardo descarado que insultó al Archiduque, era una muñeca de algodón desnuda.

Confundido, Caleb rápidamente miró alrededor de la habitación. Pero no había nadie. En el momento en que abrió la puerta, se preguntó si esa persona había huído, así que revisó todas las ventanas e incluso la puerta del balcón, pero no pudo hallar nada extraño.

—Archiduque, ¿no había un sonido proveniente del interior?

—... ¿Lo había? No lo escuché.

—Pero, obviamente…

—Dejemos de hablar de eso.

Mikael rápidamente se hizo a un lado. Efectivamente había escuchado un grito que decía “¡Mikael, tú, hijo de putaaaaaaa!” pero decidió encargarse de ello más tarde, uno a uno con Yul.

Sabía porqué Yul había, como se esperaba, insultado de esa forma, así que tenía que encargarse de eso antes que nada.

—Caleb, tienes una hermana menor, ¿verdad?

—¿Sí? Sí… Así es. ¿Está hablando de Linea? Si es Linea, ¿acaso el Archiduque no la conoce?

—Cierto. Sí la conozco. No es eso lo que me da curiosidad.

—¿Entonces?

—Entonces, ¿has visto a Linea jugar con muñecas?

—Sí, por supuesto. Le compro una nueva muñeca cada cumpleaños.

—Grandioso.

Mikael se sintió aliviado por las palabras de Caleb, y Caleb estaba desconcertado por las palabras de Mikael.

Caleb estaba entrenando a los caballeros del Archiduque.

Después de su entrenamiento físico, iba a demostrar su manejo de la espada en un duelo con el líder adjunto, pero Mikael repentinamente solicitó verlo con prisa, así que dejó al líder adjunto para una fecha posterior.

Pensó que era urgente, así que le preguntó qué había sucedido en el camino, pero su superior dijo que le diría cuando llegaran, así que lo siguió en silencio. Pero, cuando llegó a la habitación, le preguntó por su hermana Liena y muñecas. No comprendía en absoluto.

—Caleb. De ahora en adelante, no malinterpretes lo que digo, y escucha.

—Sí. Por favor, dígame.

A la expresión más seria de Mikael, Caleb respondió con una expresión firme. No sabía cuál era la historia, pero debía ser algo serio de todas formas.

—... ¿Qué hago si una muñeca está aplastada?

—¿Sí?

—Así que, la muñeca… está abollada. Su rostro está torcido, y sus extremidades están disparejas. ¿Hay alguna forma de arreglarlo?

—...

En lugar de responder, Caleb silenciosamente cubrió su boca con una mano. Parecía que su jefe se había vuelto loco.

Con ojos temblorosos, miró de nuevo a la muñeca desnuda que vió recién.

Pensando en ello, la última vez que vió a la muñeca, llevaba ropa y ahora no llevaba ni un hilo. No había manera de que la muñeca se hubiera quitado sus propias prendas por sí mismo. Así que…

—A-Archiduque…

—Sé muy bien que luzco bastante extraño ahora mismo. Pero Caleb, no importa lo que pienses. Juro que definitivamente no es así.

Mikael añadió urgentemente, pero Caleb no escuchó una sola palabra suya.

Caleb se acercó a la muñeca con una expresión tranquila. Tenía un olor dulce pero fragante. La última vez, le puso un anillo a la muñeca, y ahora parece que incluso le dió un baño.

“¡Por eso debes escucharme cuando te digo que comiences a tener citas…!” Era cierto que había alcanzado el punto de la insatisfacción y había perdido la cabeza. Afortunadamente, al menos no había noticias sobre la capacidad de Mikael para funcionar apropiadamente.

Como su subordinado, sus pasatiempos personales no eran un asunto sobre los que pudiera hablar. Caleb pensó así e intentó tranquilizar su agitada mente. Pero fue incapaz de incluso hacer eso debido a un pensamiento repentino.

—Archiduque.

—Sí. Habla.

—Estos días, usted sólo come en su habitación y evita salir tanto como sea posible… ¿Puede ser debido a la muñeca?

—¿Eh? Eso, eso… Sí, pero… De todas formas, Caleb, no es así. No es lo que piensas que es, en absoluto.

Caleb dejó caer la espada que sostenía y frotó su rostro.

La cabeza de la familia más noble del Imperio, que podía tener cualquier cosa que quisiera, realmente se había vuelto loco. Y jugando a las muñecas, además.

Caleb sacudió la cabeza ante la inaceptable realidad.

—¡Archiduque! ¡¿No es por esto que le dije que hiciera algo, como tener citas o conocer a alguien?!

—Caleb, ¡no es eso! ¡Estoy bien!

—¿Está diciendo que una persona normal pone un anillo en una muñeca e incluso le da un baño? No, digamos que es posible. ¿El secreto del Archiduque… sí, bueno, los “gustos”? Bien. ¡Puedo admitir y aceptar que esto sea un asunto de gustos! Pero, ¡está comiendo en su habitación y aislandose dentro por una muñeca! ¡Esto es inaceptable!

—¡Dije que no es eso!

—¡¿Entonces qué es?!

Las voces de dos hombres que no tomaban un sólo paso atrás iban y venían.

Mientras tanto,Yul observaba con interés a ambos discutiendo. Definitivamente, ver peleas era la cosa más divertida.

En ese momento, Mikael agarró a Yul con una expresión determinada y lo puso enfrente de la nariz de Caleb.

—Yuri, tú dile. No es eso.

—¡Archiduque…!

Frente al extraño comportamiento de Mikael, Caleb llamó su título desesperadamente. Pensó que estaba loco, pero verlo actuar como un loco, en tiempo real, le hizo sentir como si fuese a derrumbarse.

—Yuri, ¿por qué no dices nada? ¡Habla rápido! ¡Todo es un malentendido!

—¡Deténgase, Archiduque!

Mikael, que se volvió impaciente, urgió a Yul a contestar. Sin embargo, yul deliberadamente no decía nada para vengarse de Mikael, quien lo apretó tan fuerte como pudo y retorció su cara, e hizo sus brazos y piernas desiguales.

“¡Intenta estar en problemas por una vez, tú, idiota!”

Caleb, que nunca jamás habría soñado con esta realidad, tomó un profundo suspiro con una expresión determinada mientras luchaba por calmar su desesperación.

—Fiu… No, Archiduque. Seguramente hay una forma. No me rendiré con usted, Archiduque. Tal como el Archiduque extendió su mano hacia a mi, yo también ayudaré al Archiduque. Entonces, nunca se rinda.

—Caleb, no es eso. Yuri, ¿por qué no dices nada? Siempre estás hablando tonterías, ¿por qué estás callado repentinamente? ¿Tal vez, tú-?

Mientras Caleb se tornaba más serio, Mikael se desesperaba más. Sin importar qué tanto intentaba que Yul dijera algo, él estaba en silencio. Se preguntaba si algo le había sucedido en el transcurso.

Sin embargo, el rostro de Mikael, que miraba a la cara de Yul con ansiedad y agitación, rápidamente se volvió frío.

La razón era simple: Yul estaba riendo.

Mikael inmediatamente tomó a Yul y se dirigió hacia la chimenea.

Al principio, Yul, que no sabía qué está sucediendo, pronto se dio cuenta que se dirigía hacia el fuego y luchó.

“Oh, Dios, ¡este lunático intenta quemarme!”

—Yuri, no tengo más opción si no dices nada. Parece que tu alma ya no está aquí. Así que, ya no necesitas tu cuerpo. —Dijo Mikael, malhumuradamente.

Ante sus palabras, los ojos azules de Yul se ampliaron como si fueran a caerse. Mikael, pretendiendo no ver esos ojos, tomó a Yul con unas pinzas y lo acercó al fuego.

—¡Aaaah, por favor perdóname! ¡Me equivoqué, Mikael! Sálvame, ¡no me quemes!

Yul, en peligro de ser quemado vivo, exclamó con urgencia. Su voz llorosa sonó fuertemente.

Entonces, Mikael resopló y Caleb se congeló de sorpresa con su boca abierta.

—Parece que regresaste. Qué alivio, Yuri.

—¡Está caliente! Déjame ir, déjame ir, awaaaaaaaaaaah, ¡me vas a quemar!

Mikael estaba siendo cuidadoso de no quemar a Yul, así que las palabras de Yul no eran nada más que drama. Por supuesto, podría estar caluroso debido a la temperatura.

Deliberadamente, sacó las pinzas que sostenían a Yul fuera de la chimenea lentamente.

—Juajaja, pensé que iba a morir.

Yul, que casi murió muchas veces hoy, acarició su latiente corazón.

Se dio cuenta que realmente podría ser quemado si le jugaba una broma a ese estúpido Mikael dos veces, Yul pensó que nunca debía hacer tal cosa en el futuro.

Debía conservar sus extremidades intactas hasta el día en que escape de las garras de ese lunático.

Traducción: Arkonte.

Inicio Detalle del manga