La Emperatriz Se Volvió A Casar Novela capítulo 58

Cuanto más fuerte es la luz, más visibles son las sombras.

La Duquesa Tuania había reinado como un pilar de la alta sociedad durante veinte años, y como tal, había acumulado muchos enemigos. Sin embargo, con todos sus laureles y renombre, ni siquiera ellos podían hablar mal de ella. Permanecían callados, pero siempre ansiosos por hablar de sus defectos.

Los comentarios de Rashta frente a la Duquesa Tuania ayer por la tarde les habían dado la munición que necesitaban. Aquellos que secretamente odiaban a la Duquesa se reunieron en el salón de recepción de Rashta para reírse y chismorrear.

—De hecho, la señorita Rashta se quejó un poco después de escuchar las palabras de la Duquesa Tuania.

—¿A decir verdad, tiene solo cinco amantes? ¿Cuántos hombres la persiguen? ¿Todos son amores no correspondidos?

—La Duquesa sí tiene su vida.

—La verdadera Emperatriz siempre se sienta en silencio, mientras que la Duquesa Tuania siempre lleva la cabeza como si fuera la reina de la sociedad.

Para ellos, Rashta era como un escudo: alguien que podía hablar abiertamente y mal de la Duquesa Tuania, pero que no sería ignorada por la sociedad. Todo lo que tenían que hacer era soltar sus comentarios venenosos detrás del escudo que era Rashta.

—Rashta solo dijo lo que escuchó…

—A decir verdad, los rumores llevan un tiempo circulando. No podía hablar de ellos porque no tenía las palabras adecuadas, y temía ser atrapada por los seguidores de la Duquesa.

—¿Esos seguidores no son extraños también?

Los nobles susurraban con Rashta en medio, y no fue hasta tres o cuatro horas después que se levantaron.

—¿Cómo lo hizo Rashta?

Tan pronto como salieron, Rashta se acercó al Duque Elgy, quien había estado observando la conversación desde un lado. Él sonrió, bajando la mirada.

—Bien hecho, señorita.

Rashta giró su cuerpo de un lado a otro ante su cumplido.

—¿Está bien?

—Sí. Buen comienzo.

—Pero… ¿La gente se alejará de la Duquesa Tuania?

—No, no demasiado por el momento.

—¿?

—Ahora, solo esto. Ver si hay quejas. Agitar las cosas.

—Oh… entonces, ¿Qué debo hacer ahora?

Cuando el Duque Elgy miró la expresión ingenua de Rashta, estalló en carcajadas y se levantó de su silla.

—Usted sola puede hacerlo a partir de ahora, ¿Verdad?

—A Rashta no le gusta esto.

—Como le dije, señorita.

Se acercó a Rashta, luego se inclinó y susurró en su oído.

—Es linda, pero le dije que es difícil engañarme en áreas como esta.

—Tch.

Rashta le lanzó una mirada de desdén, y el Duque Elgy soltó una carcajada.

—No la estoy insultando, así que no se moleste.

Rashta hizo un puchero y levantó las cejas. El Duque Elgy abrió la puerta del salón de recepción y salió al pasillo.

—¿A dónde va?

Rashta corrió a su lado, y él se dio vuelta y negó con la cabeza.

—Voy a salir por un momento. No tiene que venir. No voy a dar un paseo.

—¿A dónde?

—Solo… espere.

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Aproximadamente de cuatro a seis veces al año se celebraba un gran baile público, un evento al que incluso los plebeyos podían asistir. Estaba en medio de una larga conversación con el ministro de cultura para decidir la fecha. Él se excusó apresuradamente para ir al baño, y yo salí de la oficina por un momento para aliviar mis ojos fatigados.

Voy a dar un paseo.

Miré por el largo pasillo y comencé a caminar lentamente, esperando relajarme. Sin embargo, después de solo unos pocos pasos, noté al Duque Elgy apoyado en un pilar no muy lejos. ¿Por qué estaba allí? Cuando me detuve y lo miré, él sonrió y se enderezó para hacer una reverencia.

—He estado esperando aquí tres horas. Debe estar muy ocupada.

Su cabello dorado y ondulado se movió con su reverencia. Me sentí aún más curiosa: ¿Esperó tres horas solo para verme? Traté de recordar si tenía una reunión previa conmigo. Si fuera urgente, debería haber enviado a alguien para darme un informe…

—¿En qué puedo ayudarlo?

Duke Elgy sonrió y murmuró:

—Ah. Directa al grano.

—Muy bien. Rápido. ¿Sabía que soy amigo de Heinley?

—Lo escuché.

—Lo escuchó.

—…

—Lo escuchó.

¿Qué demonios vino a decirme? El Duque Elgy murmuró "escuchó" para sí mismo y de repente frunció el ceño y miró al suelo. Pasó un silencio incómodo. Estuvo allí durante unos tres minutos antes de hablar nuevamente.

—He oído de Heinley unas cuantas veces sobre usted, Majestad. ¿Dijo Heinley algo sobre mí?

No a menudo, pero una vez. Y no fue un cumplido.

—No he escuchado mucho.

Le respondí honestamente, y él me miró fijamente mientras daba un par de pasos más cerca.

—¿Dijo algo extraño?

—¿Extraño...?

—¿Algo desagradable?

Heinley lo hizo, pero no podía responder eso. Negué con la cabeza y dije que no, mientras el Duque Elgy suspiraba y ponía su mano sobre su frente.

—Es solo su forma de ser. Siempre dice cosas malas de mí a alguien que le gusta.

¿El príncipe Heinley?

—Ha estado diciendo a la gente que soy una muñeca maldita o una historia de fantasmas vivientes…

—¡!

—Es una mentira, así que no hay necesidad de que preste atención a eso.

—…no sé por qué me está diciendo esto, ni cuáles son sus intenciones.

—Cuando la vi ayer, no pensé que socializaría con personas como Heinley.

—¿Qué tipo de persona es esa?

—El mismo tipo que Heinley y yo. Alguien que es frívolo.

Ayer solo sonreí y asentí, y apenas abrí la boca para saludar. Cuando se cortó el té, me fui. ¿Él apenas me vio y ya decidió qué tipo de persona soy?

—Pero si hay una diferencia, Heinley es un hombre que quiere que alguien sea su completo opuesto, y en cuanto a mí, soy un hombre frívolo que quiere llevarse bien con personas frívolas.

—¿Eso significa que no soy apta para ser amiga del Príncipe?

—No, vengo a darle un consejo.

¿Consejo?

—Heinley es un hombre de dos caras, Majestad. Dice una cosa frente a usted, y hace algo diferente detrás. Puede sonreír y herir a las personas.

—¡!

—No confíe en los dulces que le ofrece.

—¿No es un buen amigo del Príncipe Heinley?

¿Por qué el príncipe Heinley y el Duque Elgy hablarían mal el uno del otro? Tan pronto como hablé, el Duque Elgy sonrió despreocupado.

—Fue Heinley quien me llamó aquí en primer lugar. ¿No le dijo eso?

Negó con la cabeza y continuó.

—Durante unos años Heinley ha estado organizando…

Antes de que pudiera terminar de hablar, hubo un golpe en la pared. Me giré y vi a Sovieshu mirándonos a mí y al Duque Elgy.

—Otro extranjero más.

El Duque Elgy hizo una reverencia a Sovieshu y se fue con una sonrisa inocente.

Traducido por: Valiz

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