Regresión Inútil Novela capítulo 40

Renis gritó. Miró con horror el cuchillo clavado profundamente en su pecho. Abrió la boca como si fuera a decir algo, pero solo brotó sangre.

—¿Hmm?

Mientras caminaba junto a Renis, los ojos de Do Sangrang se abrieron. En ese momento, Heelong sacó su cuchillo y corrió hacia Do Sangrang.

¡Pang! La lanza de Sungmin bloqueó el cuchillo. Do Sangrang se apartó ligeramente, y Sungmin frunció el ceño con el esfuerzo de resistencia.

—Qué fastidio.

Heelong murmuró. Dijo eso, pero se veía sorprendido de que Sungmin hubiera reaccionado tan rápido.

Lo sabía, perra.

El rostro de Sungmin se crispó. Fue un alivio haber estado alerta. Si no lo hubiera estado, no habría podido reaccionar en absoluto.

—Eu, Eun. ¿Qué es...?

Idiota. Sungmin consideró a Do Sangrang como un pobre desgraciado. ¿Renis había muerto y él todavía no entendía la situación?

—Solo deja este mundo tranquilamente.

Heelong dijo, y Wangpe se movió. ¡Sch! Un cuchillo se dirigió hacia Do Sangrang. Sorprendido, movió su cuerpo rápidamente. El cuchillo apenas rozó su hombro.

—¡Tú!

Do Sangrang gritó al fin comprendiendo. Corrió hacia Wangpe con las manos desnudas. Do Sangrang no usa armas. Parecía especializarse en el combate cuerpo a cuerpo.

—Escuchémoslos primero.

Sungmin dijo con un poco de calma. Do Sangrang y Wangpe. Parecían tener habilidades similares, pero Wangpe lucía más sereno en comparación con el agotado Do Sangrang. Eso se debía a la diferencia en sus estilos de artes marciales. Wangpe se mantenía a distancia lanzando cuchillos, mientras que Do Sangrang estaba en la primera línea luchando contra orcos. Do Sangrang estaba, obviamente, más cansado.

Pero aun así vencería a Wangpe. Las artes marciales que usaban eran simplemente demasiado distintas.

—No es nada.

Heelong murmuró. Retrocedió con una expresión cautelosa. Heelong había observado la habilidad de Sungmin mientras caminaban juntos. Aunque Sungmin era joven, Heelong sabía que no sería un oponente fácil. Si hubiera dependido de él, habría matado a Sungmin primero, pero nunca tuvo la oportunidad.

—Ese bolsillo que obtuvieron del gremio. Ganaríamos mucho dinero solo con venderlo.

—Ya veo.

Por supuesto. Al principio, pensó que querían quedarse con todas las recompensas de la misión para ellos. Pero eso no era posible. Si Do Sangrang o Renis morían, Wangpe o Heelong no recibirían ningún pago del gremio, incluso si presentaban pruebas de éxito.

Así que la única ganancia que obtendrían sería el bolsillo. Heelong tenía razón. Si era un bolsillo tan grande, se vendería por una fortuna.

—Idiotas, están siendo estúpidos.

Sungmin se rió de ellos con burla. Heelong se sorprendió por su cambio de actitud.

—¿Qué...?

—Son unos idiotas. ¿Vender el bolsillo que el gremio financió? ¡Ja, ja! Ser valiente es ser estúpido, les queda perfecto.

Sungmin se burló sinceramente de él. Con eso, Sungmin se sintió agradecido con Heelong. De repente habría más dinero para él debido a la falta de personas.

—¿De qué estás hablando...?

—Idiota. Si crees que el bolsillo es tan fácil de vender, ¿Por qué lo reparten tan fácilmente? ¿Eh? ¿Por qué los miembros del gremio no simplemente huyen con él? ¿Hmm?

Sungmin sabía eso por su vida pasada. Sabía lo estúpido que era intentar huir con un objeto que el gremio había entregado.

—Si huyes, mueres, idiota.

El gremio no era ni estúpido ni ingenuo. La razón por la que financiaban algo tan caro como el bolsillo era porque tenían la certeza de que podrían recuperarlo.

Todos los objetos de apoyo tenían magia de rastreo. Por lo tanto, si alguien huía, un rastreador lo seguiría.

—Con sus habilidades, apenas son de segunda categoría. Ni siquiera están cerca de ser de primera. ¿Verdad? Son rango C en el gremio. Pero entonces... si huyen con eso, vendrían tras ustedes rangos A, quizá incluso algo mejor.

Los rangos se ordenaban básicamente por fuerza. Las habilidades de segunda categoría seguían siendo de segunda, sin importar cuán buenas fueran. Rango C. Algunos llegaban a rango B, pero eso era por la experiencia.

Los B usuales tenían habilidades de primera categoría. Los mejores de los mejores recibían el rango A.

—Los rangos S son los verdaderos maestros. ¿Con su nivel creen que pueden escapar de alguien así? ¡Ja, ja, ja! ¿Venderlo? Tonterías. Estarán muertos antes de salir de este bosque.

—¡...maldito...!

El rostro de Heelong se crispó por la burla de Sungmin.

—¿Qué pasa? ¿Duele que te golpeen con la verdad?

Sungmin empujó la lanza. ¡Pak! Heelong corrió hacia adelante. Dio un paso intentando acortar la distancia.

Recordando el consejo de Wijihoyun, Sungmin se movió hacia atrás.

La Nube de Amatista recorrió su cuerpo.

Traducido por: Valiz

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